martes, 22 de abril de 2008

“Elegy” de Isabel Coixet


Ayer con más miedo que vergüenza fui a ver la última película de Isabel Coixet. Miedo porque su anterior película, “La vida secreta de las palabras”, contra la opinión general me pareció artificiosa, tramposa y aburrida. Sin embargo, curiosamente, esta nueva película a pesar de ser artificiosa, tramposa y aburrida me ha gustado bastante.

Coixet adapta libremente una novela de Philip Roth, “El animal moribundo” y filosofa en imágenes sobre temas trascendentales del hombre contemporáneo como el miedo a la vejez y a la muerte, la soledad o la incomunicación, a través de la tortuosa historia de amor entre David Kepesh, un profesor de literatura maduro y seductor, padre de un hijo al que no comprende y que no le comprende (Peter Sarsgaard) y con una amante oficial con la que tiene sexo cada quince días (interpretada por una bella Patricia Clarkson, que merecería algo más de espacio en la cinta), interpretado por un magistral Ben Kingsley, y una de sus alumnas de origen cubano, Consuela (Penélope Cruz). El profesor, acostumbrado, a buscar relaciones con mujeres bellas sin comprometerse con ninguna, empezará a sentir algo muy especial por Consuela, de la que se enamorará perdidamente hasta el punto de replantearse sus convicciones personales.

Isabel Coixet en anteriores películas ya demostró su gusto por historias atormentadas rebosantes de existencialismo y trascendencia a través de un planteamiento cinematográfico, en mi opinión, excesivamente artificioso y teatralizado, con el que busca más sugerir que contar y que exige del espectador demasiada complicidad a la hora de rellenar los silencios entre los personajes en un discurso excesivamente ambiguo. Si la apuesta le sale bien, la película emociona, si sale mal, aburre hasta las ovejas. Esto, que gente como Bergman o Dreyer dominaban como nadie (porque estos aparte de sugerir, contaban), a Coixet no le sale siempre, logrando resultados brillantes en ocasiones y exasperantes en otras.

En esta película en concreto, Coixet redunda en el tratamiento de los mismos problemas de siempre con la única novedad que esta vez intenta explorar la mentalidad masculina a través de su protagonista, el cuál a pesar de tratarse de un hombre culto, refinado y maduro no deja de enfrentarse a la vida con unos planteamientos adolescentes, en contraposición con las reacciones de la jovencita Consuela. Esa mirada tardoadolescente del protagonista, Coixet la extiende a todos los personajes masculinos de la cinta, como el poeta golfete y vitalista amigo de Kepesh interpretado por un excelente Dennis Hopper, o el hijo, que al tiempo que desprecia al padre acude a él para contarle sus problemas aunque este sea incapaz de entenderle.

Todo este tinglado tan poco creíble se compensa con el excelente trabajo realizado por la pareja protagonista, destacando un incomensurable Ben Kingsley, que realiza aquí uno de sus mejores trabajos. Kingsley demuestra en esta película una química con la cámara espectacular, siendo capaz de transmitir emociones con una mirada o un gesto y llenando los aparatosos silencios a los que tan aficionada es Coixet con la fuerza de su carisma en pantalla. Penélope Cruz también está a gran altura, sin llegar nunca al nivel de Kingsley, ganando su interpretación conforme su personaje gana en carga dramática y aunque nunca se impone al magnetismo de Kingsley en las escenas compartidas, suya es la secuencia más conmovedora de la cinta.

Estéticamente, la película es preciosa, con una magnífica fotografía de Jean Claude Laurrieu , cuya importancia se ve reforzada en el filme por el gusto por la fotografía que muestra Kepesh, fotografía que se adecua a los tonos oscuros y pesimistas característicos de Coixet logrando momentos de una gran intensidad.

En definitiva, una bella película que se sustenta a pesar de los vaivenes de guión en un espectacular trabajo de todo el reparto y la actuación de un Ben Kingsley que por sí misma merece el pago de la entrada.

Les dejo un trailer para que juzguen ustedes mismos.

lunes, 21 de abril de 2008

“Cinder &Ashe” de José Luis Garcia-López y Gerry Conway


Como empezar con las novedades propiamente dichas me agobia -no tengo una pila de pendiente tengo varias- voy a hacer un poco de trampa voy a empezar con la relectura de “Cinder & Ashe”, la miniserie que en su momento publicara Ediciones Zinco y que con la vorágine salonera he reeditado Planeta en una nueva edición en blanco y negro (¿tan difícil era mantener el color de Joe Orlando?) y un tamaño más reducido.

Esta miniserie en el momento de su publicación fue curiosa porque se alejaba de las tradicionales lecturas de superhéroes características de la DC de la época (el sello Vertigo se crearía unos años más tarde) para ofrecernos una historia en la que la mezcolanza de géneros, el tratamiento pretendidamente adulto de los contenidos y lo complejo de la trama a base de continuos flashbacks no eran tan habituales como hoy en día, lo que convierte a “Cinder & Ashe” en una obra adelantada a su tiempo y recordada por los aficionados.

Cinder y Ashe, son dos mercenarios al mejor postor que un poco a lo “Equipo A” no tienen problemas para trabajar gratis cuando se trata de una buena causa. De este modo, aceptan investigar la desaparición de la hija de un granjero. Tirando del hilo, los mercenarios darán con todo un entramado de intereses creados y se volverán a enfrentar con un viejo enemigo de su pasado, el hombre que secuestró a Cinder en Vietnam, el cruel Lacey.

Cinder & Ashe” es un cómic bastante entretenido sin llegar a ser una maravilla, que mantiene su interés a pesar de los años transcurridos gracias al oficio de Conway y el virtuosismo de García-López.

Gerry Conway, construye una compleja estructura de flashbacks para que la historia avance en varias líneas temporales al tiempo, de manera que el lector va descubriendo el origen de los protagonistas y la naturaleza de su relación al mismo tiempo que en el presente avanza la investigación. “Cinder & Ashe” es un tebeo de acción, en la que los personajes no están parados en ningún momento, desarrollándose la trama a un ritmo trepidante, sin dar tregua al lector para procesar la información que recibe en una trama muy elaborada y a la que quizás en algún momento se le eche en falta un momento de pausa para conseguir una mayor carga dramática, algo que probablemente no se le pueda achacar del todo al guionista dado que es difícil contar más cosas en tan pocos números (los guionistas de hoy en día para desarrollar esta historia hubieran necesitado doce números como mínimo pero, claro, son otros tiempos).

Sin duda, lo más relevante de la serie en mi opinión sea la labor del dibujante hispano-argentino García López, quién dueño de una depurada técnica y un trazo fino, pulcro y detallado, que recuerda a grandes clásicos como Raymond o Salinas, realiza un estupendo trabajo a la hora de ilustrar la trama de Conway, autor con el que ya había colaborado en “Atari Force”. García López caracteriza perfectamente a los personajes, tomando como referencia para Cinder a la sofisticada Modesty Blaise de Holdaway en contraposición con el comedido y contenido Ashe. García-López se mueve con desenvoltura a la hora de dibujar cualquier tipo de ambiente y su estilo narrativo resulta muy efectivo a la hora de desarrollar la trepidante historia de Conway con una composición de página que recuerda al mejor Steranko.

En definitiva, “Cinder & Ashe” es un tebeo de los de antes, pensado para que el personal pase un buen rato y disfrute de una buena historia sin mayores pretensiones que la de entretener y que revisado veinte años después de su publicación mantiene el tipo. Para mí no es poco...

sábado, 19 de abril de 2008

Ah, y los premiados populares son...

Y, a través de Entrecómics, me entero de los premiados por el público. Como siempre, difieren:

- Premio a la Mejor Obra Extranjera publicada en España en 2007:"S", de Gipi (Sins Entido).

- Premio a la Mejor Obra de autor español 2007:Pere Pérez, "Guerreros Urbanos: Tormenta de Hostias" (Dolmen).

- Premio al Mejor Guión de autor español 2007:Antonio Seijas, "Un hombre feliz" (Ediciones De Ponent).

- Premio al Mejor Dibujo de autor español 2007:Alberto Vázquez, "El Evangelio de Judas" (Astiberri)

-Premio al autor revelación 2007:Pere Pérez.

- Premio a la Mejor Revista española 2007:Retranca.

- Premio al Mejor Fanzine español 2007:Ojo de Pez.

- Premio a la Divulgación del Cómic:Yexus.

Igual que con los premios de la crítica las "grandes" se quedan fuera. ¿Los gustos de los lectores están evolucionando?

Premios del Salón de Barcelona. Ganadores y análisis


Ya hay ganadores de la vigésimo sexta edición del Salón del Cómic de Barcelona.

Al final, los premiados se han ajustado bastante al pronóstico que les hice aquí así que no puedo poner ningún pero a la elección. Quizás lo más llamativo es el hecho que las editoriales "intermedias" que han apostado por la calidad (Sin Sentido, Astiberri, Diábolo o Dibbuks) se han visto reforzadas copando prácticamente todos los premios en contrapunto con las "grandes" (Planeta, Panini, Norma) que no aporta ninguna obra al palmarés. Especialmente merecidos me parecen los dedicados a "Arrugas", la gran triunfadora, Rogér Ibañez y Manuel Darías, un profesional éste último dedicado desde hace muchos a la divulgación del cómic y al que ya le tocaba un reconocimiento.

Los premiados han sido:

- Gran Premio del Saló, en reconocimiento a toda una trayectoria profesional: Pasqual Ferry

- Premio a la Mejor Obra Extranjera publicada en España en 2007:"S", de Gipi (Sins Entido).

- Premio a la Mejor Obra de autor español 2007:Arrugas, de Paco Roca (Astiberri).

- Premio al Mejor Guión de autor español 2007:Arrugas, de Paco Roca (Astiberri).

- Premio al Mejor Dibujo de autor español 2007: Jazz Maynard I: Home Sweet Home, de Roger Ibáñez (Diábolo Ediciones).

- Premio Josep Toutain al autor revelación 2007:Carlos Areces (Carlös).

- Premio a la Mejor Revista española 2007:El Manglar.
- Premio al Mejor Fanzine español 2007: Fanzine Enfermo
- Premio a la Divulgación del Cómic: Manuel Darias.

viernes, 18 de abril de 2008

Ollie Johnston (1912-2008)


El día de ayer murió el último de los pioneros que ayudó a Walt Disney a construir su imperio de animación y que fueron conocidos como “Los Nueve Ancianos de Disney”, Johnston trabajó durante 40 años con Disney como director de dibujo, participando activamente en clásicos de la animación que están en la memoria de todos como “Blancanieves y los siete enanitos”, “El libro de la selva”, “Los rescatadores”, “Bambi” “La bella durmiente” o “Pinocho” cuando los medios de animación eran mucho menos sofisticados a los que estamos acostumbrados hoy en día (¿Se acuerdan que lloraron con la muerte de Bambi? Pues este señor es el culpable).
Para que se hagan una idea, sólo para “El libro de la selva” fueron necesarios 320.000 dibujos individuales y el trabajo conjunto de 250 personas durante tres años.

Johnston colaboró estrechamente con otro gran artista Frank Thomas (fallecido en 2004) no sólo en la Factoría Disney sino también a la hora de divulgar las técnicas de animación usadas en la compañía en obras teóricas como el clásico “La ilusión de la Vida: la animación de Disney”, que es considerada por los expertos una obra de referencia.


Johnston recibió en 2005 la Medalla Nacional de las Artes estadounidense.

Probablemente Balloo y Mowgly estén hoy un poco más tristes…

D.E.P.

Para visitar la página oficial de Frank Thomas y Olie Johnston pinchar aquí.

La noticia en prensa aquí.

“The Spirit 1” de Darwyn Cooke


Después de leer el primer número de la nueva colección de “The Spirit”, con el “crossover” entre este y el Hombre Murciélago me quedé con una acusada sensación de tiempo perdido pero la curiosidad me pudo y piqué con el primer número de la etapa de Darwyn Cooke, que engloba los dos primeros números de la nueva colección yanqui, que ha empezado a publicar Norma Editorial.

Vaya por delante, que no tengo nada contra las revisiones y versiones de obras importantes por otros autores. Superen o no a los originales, y más allá del trasfondo económico que exista de fondo (el vil metal, siempre lo ensucia todo), creo que todo autor que se sienta capacitado tiene derecho a dar su versión de cualquier personaje, ya que una obra una vez publicada deja de pertenecer sólo al ámbito particular del autor que la creó para pasar a ser patrimonio universal y, por tanto, el público es quién decidirá si merecerá la pena o no que se la recuerde. Mi admiración por el “The Spirit” de Eisner es infinita e independientemente del orden para mí siempre se encontrará entre las cinco o seis verdaderas obras maestras que ha dado el Cómic, y por ese motivo no entiendo la cerrazón hacia las revisiones que se están haciendo del personaje por otros autores como Miller en el cine (¡ ojo, que esta muchos ya han decidido que no les gusta por cuatro fotos!) o el propio Cooke con estos cómics, como poco me parecen apresuradas.

Dicho esto, tengo que decir que el cómic de Cooke me ha dejado bastante frío y no pasa de correcto. A lo largo de estos dos números, Cooke realiza un trabajo profesional con una historia autoconclusiva en cada episodio. En la primera, Spirit interviene para salvar a una periodista secuestrada y en la segunda se cruza con una vieja conocida, P’Gell, y una vieja venganza. Inteligentemente, Cooke, sitúa al personaje en un momento histórico moderno donde los personajes consultan Internet y los medios de comunicación invaden cualquier aspecto de la intimidad, alejándose de las características gráficas que Eisner imprimió a su colección con las historias cortas de ocho páginas de acción trepidante y concentrada, con la splash page inicial que sintetizaba y prologaba la historia, la diferente presentación de títulos incorporados como un elemento narrativo más, o la caracterización de Spirit como personaje subversivo y contestatario frente a la autoridad por uno mucho más formal y políticamente correcto. Todo eso lo deja de lado Cooke en busca de dotar a la obra un sello propio pero me temo que si esa era su intención el resultado es demasiado insustancial.

The Spirit” de Cooke es demasiado rígido, parece que el autor está demasiado preocupado por no meter la pata como para arriesgar con propuestas realmente originales. Los argumentos de las historias de Cooke los conocemos y los hemos leído protagonizados por otros personajes cientos de veces con más éxito. Lo que debe marcar la diferencia de una historia de Spirit es la sorpresa que se espera en cada página y el ritmo trepidante que mantiene al lector pendiente de principio a fin, sorpresa que en el cómic de Cooke no llega nunca y ritmo del que carece, con lo que al terminar la lectura uno se queda con la ceja levantada como Dolan pensando “¿esto es todo?”.

El dibujo de Cooke es excelente pero no sólo se trata de dibujar bien sino también de interesar al lector con lo que se cuenta, dosificando la tensión y en ese sentido Cooke se muestra como un guionista discreto y sus diálogos resultan artificiosos y vacíos, ausente el característico humor del personaje. Probablemente, aquellos que no hayan leído la obra de Eisner puedan sentirse más interesados por esta obra y sea realmente hacia quien va dirigida ya que para aquellos que lo han leído les parecerá insustancial en la comparación, injusta por muchos motivos, ya lo sé, pero inevitable.

Más sobre las versiones de Spirit en El lector impaciente aquí y aquí.

jueves, 17 de abril de 2008

“El gato del rabino” de Joann Sfar


En la Argelia de principios del siglo pasado, el gato del rabino Sfar se come un loro y de este sorprendente modo logra el don de la palabra, cualidad que utiliza para interrogar a su amo y su familia sobre lo divino y lo humano. De este modo se inicia de una de las colecciones más originales e inclasificables que ha dado la BD en los últimos años y uno de los más personales e interesantes del prolífico Joann Sfar.

A lo largo de los cinco álbumes que componen hasta el momento la serie, Sfar hace un amplío recorrido por casi todos los temas que han obsesionado, obsesionan y obsesionarán a los seres humanos con un planteamiento lleno de inteligencia y humor. El gato, que gana y pierde el don del habla a lo largo de la serie, se mantiene fiel a su caprichosa e implacable naturaleza gatuna para poner en evidencia la intransigencia de los violentos, los nacionalistas y los fanáticos frente a la ingenuidad vital e inquieta de su amo, el rabino Sfar, su hija y sus familiares algunos tan fantásticos y legendarios como el Malka de los leones, otros tan terrenales como la dueña del gato, la hija del rabino Zlabya o el marido de esta, el rabino Jacques . Todos, seres humanos llenos de flaquezas y debilidades, presos entre la realidad férrea de las normas religiosas, convenciones sociales o problemas cotidianos con los que conviven frente a la libertad de los animales que van apareciendo a lo largo de los álbumes y con los que el gato entablará amistad, animales de compañía dotados de clarividencia para entender a sus amos, seres imperfectos hacia los que, por otro lado, sienten ciega lealtad.

Sfar desde una aparente sencillez plantea problemáticas universales y terrenales, entremezclando fantasía y realidad en una concepción de la historieta que entronca con autores como Fred (“Philemon”), Herriman (“Krazy Kat”) o Waterson, (“Calvin&Hobbes”) o de la literatura como Cervantes o Pennac ("La Felicidad de los ogros") pero encontrando un camino propio en el que fusiona un universo entre la realidad y la ficción a la medida de las fábulas protagonizadas por el rabino y su gato, en el que la judería sefardí en la que viven se convierte en una Bagdad de “Las Mil y Una Noches” desde la que viajar por el mundo y la fantasía sin desconectar por ello del contexto histórico donde movimientos como el sionismo y el antijudaismo aparecen como contrapeso de ese imaginario en el que sus personajes se mueven.
Asimismo, el viaje se convierten en un elemento más de la historia. El gato a través de los viajes que emprende en compañía del rabino o sus parientes irá acumulando experiencias y madurando, al tiempo que nos va descubriendo elementos del rico patrimonio cultural de la cultura sefardí y hebrea.
Sfar además coquetea con los distintos géneros sin que la serie pierda por ello originalidad. Ora con el costumbrismo a la hora de retratar la vida intramuros de las jóvenes argelinas ó los jóvenes estudiantes de la Torah , ora con la aventura en Jerusalén de África”.


En el aspecto gráfico, podemos observar la evolución constante de Sfar a lo largo de los años y como su estilo va puliéndose álbum a álbum. Sin abandonar su característico trazo nervioso y acelerado que, en ocasiones, da la sensación de falta de acabado, Sfar realiza una de sus mejores obras jugando con ese componente de su estilo para reforzar lo onírico de las historias que narra. Sfar cuenta la historia cómo quiere sin ajustarse a patrones fijos, pasando de viñetas de gran detallismo a otras de una enorme simplicidad formal en función de la idea que quiera plantear.

Da la sensación que el dibujo no es un fin en sí mismo para Sfar sino un medio siempre al servicio de la historia viñeta a viñeta. De este modo, Sfar juega con todo (formas, contornos, perspectivas y sombras) menos con un estricto diseño de página de seis viñetas por página pasando de viñetas recargadas y detalladas a otras de gran simplicidad formal manteniendo alerta en todo momento al lector respecto a lo que está leyendo.. Los elementos atmosféricos se vuelven así en otro elemento importante para crear esas sensaciones a lo largo de la historia.

A través de esta enorme fábula, El gato del rabino, o dicho de otro modo, Joann Sfar intenta entender a sus parientes para entender el mundo que le rodea y del que proviene aunque pocas son las moralejas validas a las que llega a través del enorme “totum revolotum” que es esta serie. Quizás la fuerza del amor en todas sus vertientes como único medio y remedio para enfrentarse y sobrevivir en el mundo sea el mensaje que se esconde a lo largo de todas las tramas que se desarrollan a lo largo de una serie que abre las mentes y nos hace comprender lo parecidos que somos todos más allá de diferencias religiosas y culturales, manteniendo su efecto mucho tiempo después de la lectura de los álbumes.

No sé durante cuanto tiempo, ese gran humanista que es Sfar será capaz de mantener el nivel e hipnotizarnos con las aventuras del gato y su amo sin caer en la repetición. De momento, su capacidad para fabular se mantiene intacta. Si no la han leído todavía, háganlo y decidan por ustedes mismos.


Títulos publicados

1. La bar-mitzva
2. El malka de los leones
3. El éxodo
4. El paraíso terrenal
5. Jerusalén de África
Otras obras de Sfar en El lector Impaciente aquí, aquí y aquí.

La película de Iron Man por partida triple.

Ya les dejé por aquí el primer trailer de la nueva película que está a punto de estrenarse sobre “Iron Man” comentándoles mis temores. Ya les comenté que me apetece verla y que creo que podemos encontrarnos ante una de las mejores adaptaciones de un superhéroe Marvel que se han hecho hasta el momento.

Ya no les cuento más. Miren y juzguen ustedes mismos.








miércoles, 16 de abril de 2008

…"El juego del Ángel" de Carlos Rúiz Zafón, mañana.



Pues sí, señores el que espera, desespera. Y, como ya sabrán los asiduos a este blog, mi desesperación (bueno, quizás no llegue a tanto) de lector se verá por fin mañana satisfecha con la publicación de la que está llamada a ser la novela del año, “El juego del Ángel”. En esta nueva novela, en la que Carlos Ruiz Zafón vuelve a transportarnos a la Barcelona de la Biblioteca de los Libros Olvidados que nos presentó en la exitosa “La sombra del viento” nos cuenta la historia de un escritor obsesionado por un amor imposible en la turbulenta Barcelona de los años veinte que recibe una misteriosa oferta que le puede hacer rico a cambio de escribir un libro como no se ha escrito nunca.

Lo cierto es que las cifras que se manejan son mareantes para el mercado español con una tirada inicial de un millón de ejemplares y una expectación que ha llevado a reunir en la rueda de prensa de presentación que ha tenido lugar hoy en Barcelona a 300 periodistas, como pueden leer aquí.

Esto, no son más que números, lo que realmente me apetece es volver a reencontrarme con Zafón y su capacidad para atrapar al lector con su estilo fluido y elegante y, comprobar si la espera de siete años ha valido la pena o nos encontramos ante un nueva operación de marketing literario.

A partir de mañana saldremos de dudas.

La novela tiene ya página web. Si la quieren visitar pueden hacerlo aquí.

Más sobre “Hellboy 2”, Guillermo del Toro y El Mundo.



Si hace poco vimos el nuevo trailer de la segunda entrega del “Hellboy” de Guillermo del Toro (¿qué no lo han visto todavía? ahí arriba lo tienen), ayer aparecía una interesante entrevista promocional al director de “Cronos” en “El Mundo” con la presentación de este segundo trailer ya traducido.

Ah, y para los que vieron el anterior trailer en inglés y no se enteraron de nada, aquí abajo lo tienen también traducido.



Así, en principio, me parece que gana en efectos respecto a la primera. La historia ya será otro cantar. Yo creo que preferiría una ambientación menos pirotécnica y más gótica al estilo del autor Mike Mignola. Pero, ya saben, Hollywood es Hollywood y del Toro tiene que financiar “At the mountains of madness”.

Los aficionados al chico demonio tendrán que esperar todavía hasta el día 29 de Agosto pero por si están impacientes debajo tienen a uno de los protagonistas invitándoles a acercarse al cine:

martes, 15 de abril de 2008

“Ex Machina 6: Apagón” de Brian K. Vaughan y Tony Harris.

Un buen guionista de superhéroes tiene que tener bien abiertos los ojos sobre lo que ocurre a su alrededor al tiempo que humaniza al superhéroe para hacerle alguién cercano al lector con quién pueda identificarse. Esto, que en principio, parece una verdad de perogrullo fue una de las claves del éxito del resurgir del género superheroico de la mano de Stan Lee en los años sesenta y durante los noventa fue olvidado por buena parte de los guionistas, más preocupados en repetir una y otra vez los mismos clichés que en buscar soluciones a la enésima crisis del género. Sin embargo, si hay un autor que ha asumido esas enseñanzas al pie de la letra y las ha llevado a su máxima expresión en los últimos años ese no es otro que Brian K. Vaughan (“Runaways”, “Y, el último hombre”) en su mejor serie hasta el momento, “Ex Machina”.

Vaughan sin renunciar al componente de fantasía que debe tener todo cómic de superhéroes sabe incorporar en “Ex Machina” un realismo único en la actualidad, que no se veía en los cómics “superheroicos” desde los setenta, centrado en las problemáticas contemporáneas que todos leemos o escuchamos habitualmente en las noticias y apoyado en un cuidadoso estudio de documentación. Sus personajes lejos de comportarse como meros arquetipos asumen comportamientos y reacciones creíbles, con un tratamiento mucho más maduro de lo que estamos acostumbrados a ver dentro del género superheroico.

En este nuevo volumen, que según comenta Tony Harris ("Starman"), el dibujante de la serie, viene a marcar el meridiano de la misma y engloba los números 26 a 29 de la edición norteamericana, aparecen reflejadas todas las características apuntadas, pero Vaughan aporta una novedad que probablemente marque el futuro del protagonista, introduciendo un nuevo personaje aparentemente destinado a desvelar el origen de los misteriosos poderes del alcalde Mitchell al tiempo que provoca un apagón en todo Nueva York que no sólo afecta a sus habitantes sino también a los poderes del alcalde.

Nos encontramos ante uno de los mejores arcos argumentales de lo que llevamos de serie. Vaughan y Harris desarrollan la historia como si de una serie de televisión se tratara y abren, sin abandonar las pautas seguidas hasta ahora, nuevas tramas manteniendo al lector enganchado con la zanahoria del oscuro origen de los poderes de Mitchell Hundred al tiempo que le castigan con las problemáticas que como alcalde de la Gran Manzana tiene que enfrentar en una situación de emergencia como es un apagón.

Los diálogos de Vaughan son espléndidos. Llenos de credibilidad, intensidad e ingenio, expresándose cada uno de los personajes secundarios como se supone que debe hacerlo y robándole en muchas ocasiones protagonismo al personaje principal al tiempo que incorporan elementos de fino humor en inteligentes guiños dirigidos al lector. La aparición del misterioso viajero interdimensional – y a mí que me recuerda a Juan Salvo …. ¿Habrá leído Vaughan a Oesterheld? No sé, no sé…- está tratada con habilidad para que no desentone y, tanto Vaughan como Harris, pasan con nota uno de los momentos llamados a ser claves dentro de la colección. En el aspecto gráfico, Harris ofrece su mejor cara y aunque sus composiciones todavía me parecen excesivamente rígidas y académicas, su estilo pulcro y detallista dentro del tratamiento cinematográfico de la serie casa bien, complementando la labor de Vaughan a la hora de dotar de credibilidad los elementos más fantásticos.

En definitiva, “Ex Machina” se confirma para mí como la serie a seguir dentro del panorama superheroico actual y la apuesta más segura por la renovación del género desde planteamientos inteligentes y alejados de clichés apolillados. La edición de Norma Editorial es correcta y en este tomo incluye un par de artículos de los autores así como un sketchbook.

Para leer más de “Ex Machina” en El lector impaciente aquí, aquí y aquí.
Para leer sobre “Y, el ultimo hombre” en El lector impaciente aquí y aquí.

Imágenes de Gotham Knights

No sé si acordarán, pero ya les comenté por aquí, sobre la nueva serie de animación sobre Batman, “Gotham Knights”…Pues resulta que ya hay imágenes colgadas y son espectaculares. ¿Qué no me creen? Vean, vean…





Si quieren más tendrán que esperar al 8 de Julio. No me sean impacientes (¿o sí?)

lunes, 14 de abril de 2008

“Jazz Maynard 1 y 2” de Raule & Roger.




Le debía desde hace tiempo (un año más o menos) una entradilla al primer álbum de “Jazz Maynard” y, aprovechando que esta calentita la segunda entrega, comento dos por una.

Si en el primer álbum, “Home, sweet home” los autores presentaron a los personajes sitúandolos en un entorno oscuro y duro como el Raval barcelonés en una historia medida para que la información fluya de una manera natural al tiempo que desarrollaban una trama de acción con un acertado y preciso uso del “flashback”, en el segundo, “Melodía del Raval”, respetando escrupulosamente la continuidad de la historia, los autores cierran algunas de las tramas iniciadas y plantean abiertamente otras apenas esbozadas en la anterior entrega con vistas a su resolución en el álbum que servirá de desenlace a la trilogía.

Jazz Maynard, un trompetista de jazz que esconde mucho más de lo que aparenta, vuelve al Raval barcelonés del que escapó hace diez años para ajustar cuentas con aquéllos que engañaron a su hermana y reencontrarse con su pasado en una historia que destila violencia, intriga y acción. Jazz es mucho más que lo que parece, ya que bajo su aspecto estilizado se esconde todo un ladrón de guante blanco, experto en las artes marciales y con el gatillo fácil. En compañía de su amigo de la infancia, Teo, Jazz se vengará del Pastelero y los hampones que abusaron de su hermana Laura. Sin embargo, la ayuda inesperada de su viejo amigo Judas, el actual capo del Raval, le llevará a aceptar su encargo de robar la legendaria moneda “1933 doble águila,” a La Araña, con un corazón artificial, un encargo del que quizás no salga muy bien librado. Mientras tanto, su antigua novia (y actual novia de Judas), Lucía, investiga las turbias redes de corrupción en el ayuntamiento barcelonés, redes en la que están implicados desde el alcalde hasta la policía.

En “Melodía del Raval”, Raule y Roger confirman todas las buenas expectativas que levantaron con la primera entrega “Home, Sweet Home” y demuestran que desde un planteamiento abiertamente de género los autores españoles pueden contar historias de calidad.
Jazz Maynard” nos ofrece una historia en la mejor tradición del thriller contemporáneo en una historia que conjuga por igual las enseñanzas cinematográficas de gente como Tarantino, Rodríguez o Woo, adaptándolas a un medio, el cómic, y una ciudad, Barcelona, que ofrecen todas las condiciones para ello.

Raule y Roger son en la actualidad lar pareja más compenetrada de autores españoles, y no es de extrañar que una editorial como Dargaud se haya fijado en ellos para editar “Jazz Maynard” en Francia. Si ya en obras como “Amores muertos” y “Cabos sueltos” apuntaban buenas maneras (recopiladas por Diábolo Ediciones en el álbum “Vidas a Contraluz”) en “Jazz Maynard” alcanzan una madurez que les pone el listón muy alto para próximas obras.


En esta obra, Raúle demuestra un excelente uso de los diálogos para desarrollar la trama y un dominio del flashback medido para administrar la información en una caracterización de los personajes sobresaliente que no se limita simplemente a los protagonistas sino que se nota su trabajo en cada uno de los personajes que aparecen en la historia, siendo el único pero la inexactitud con la referencia al pasaporte catalán del primer álbum que no deja de ser una frivolidad.

Sin embargo, lo que resulta asombroso es el nivel alcanzado por Roger Ibáñez, un dibujante de variadas influencias que ha sabido absorberlas para desarrollar un estilo personal reconocible en muy poco tiempo. Así, en Maynard son reconocibles múltiples influencias gráficas tanto de mangas como “Santuario” de Ryoichi Ikegami como de realidades patrias como Rubén Pellejero (“El silencio de Malka”, “Tabú”) o el gran Jordi Bernet (“Torpedo”) pasando por autores de la BD como Boucq (“Bouncer”) o norteamericanos como Bruce Timm o Mike Mignola ("Hellboy"). Sin embargo, todas estas influencias sólo son referentes en la búsqueda de Roger de un estilo propio, algo que consigue en esta serie con un excelente sentido de la narrativa y del uso del color para crear ambientaciones diferentes y sorprendentes que hacen que la historia fluya al ritmo marcado por el guión de Raúle. Roger parece dominar todos los registros del dibujo, pasando con naturalidad de secuencias de acción electrizantes a otras más sosegadas sin transición sorprendiendo en cada página con sus soluciones gráficas en unos álbumes que se disfrutan más con cada relectura.

En definitiva, a la espera quedo con muy sabor de boca a la conclusión de "Jazz Maynard", una serie y un personaje llamados a ser recordados durante muchos años y a nuevos trabajos de unos autores, Roger & Raúle, que han dejado de ser promesas para convertirse en una de las realidades más interesantes del panorama comiquero nacional llamados a realizar grandes cosas. Y, si no me creen, al tiempo.

La edición de Diábolo Ediciones de ambos álbumes es excelente.

Álbumes de Jazz Maynard
1.- Home, sweet home.
2.- Melodía del Raval.

Distintas versiones de Jazz Maynard, aquí.
Blog de Raúle, aquí.
Blog de Roger, aquí.

domingo, 13 de abril de 2008

Esto dicen…

Se nota que el Salón de Barcelona está cerquita, cerquita ya que periódicos y revistas empiezan a prestarle atención en forma de entrevistas y artículos a algunos de los invitados o a algunas de las obras más interesantes y sus autores.

En “El país” una interesante entrevista a Moebius donde el creador de “El Incal” habla sobre sus proyectos actuales, la situación de la industria francesa y europea, o su experiencia en Estados Unidos. Imprescindible.

En Adn el siempre sorprendente Alan Moore nos dejó algunas perlitas en forma de entrevista acerca de la nueva novela en la que está trabajando, “Jerusalem” y su visión actual del mundo de los cómics. Se podrá estar o no de acuerdo con el de Northampton pero sin duda es una opinión a valorar.

Mientras, también en “El país”, Álvaro Pons ha publicado un interesante artículo para ir abriendo boca sobre una de las novedades más importantes de la edición del Salón de este año y que ya les propuse por aquí. ¿Cómo? ¿Todavía dudan? Lean el artículo del carcelero y decídanse.

Además, en Más que Cómics publican una entrevista a “Es la hora de las tortas” acerca de la interesante iniciativa “Reinventado lo fantástico”, consistente en que varios dibujantes reinterpreten el primer número de Los 4 Fantásticos para donar los beneficios de sus obras a la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer.

viernes, 11 de abril de 2008

Tebeos olvidados 2: “Philémon” de Fred


La segunda entrega de los tebeos olvidados nos presenta a uno de los autores más imaginativos e inteligentes de la BD clásica en una serie que es considerada por muchos como una de las más importantes del panorama europeo: el “Philémon” de Fred.

Philémon es un joven despierto ysoñador que vive en el campo junto a su incrédulo padre. Philémon vive entre la realidad y el Mundo de las Letras, un archipiélago de islas situado entre Europa y América que componen la palabra “Océano Atlántico” (¿no habéis visto en un mapa dónde está? Aparecen en todos) y, acompañado, de su fiel amigo, el burro Anatole y el naúfrago Bartélemy realizará sorprendentes viajes por las diferentes letras, aunque la mayor parte de la acción se desarrollará en la primera “A” de Atlántico donde ha naufragado Bartélémy. A lo largo de los álbumes, Philémon saltará del mundo real al imaginario a través de pozos o puertas en los árboles, encontrándose en sus aventuras con todo tipo de seres extraordinarios como los manu-manu, centauros con forma de mano, los marinos de la botella o los miembros de un circo alucinante.

Fred a través de estas historias inventa un maravilloso mundo onírico y surrealista a la manera de Lewis Carroll en sus conocidas novelas “Alicia en el país de las maravillas” o “A través del espejo”, en las que el autor se inspira libremente para desarrollar una obra original y fresca como pocas y que ha servido de influencia a toda una generación posterior (que se lo digan por ejemplo a Joann Sfar).

Fred encuentra soluciones gráficas sorprendentes desde un estilo “naif” que ha llevado a algunos a etiquetar “Philémon” apresuradamente como una obra infantil aunque a lo largo de la serie Fred realiza agudas críticas sobre diferentes aspectos de nuestra sociedad con lo que la simbología onírica de la obra se refuerza y la hace atractiva para cualquier lector adulto. Fred en ningún momento escatima en experimentar con las composiciones y las perspectivas para hacer que el ritmo se acelere o desacelere a su voluntad de una manera en todo momento fluida, pasando de páginas con una estructura clásica en viñetas a otras enormes que ocupan dobles páginas.

“Philemon” empezó a publicarse en la revista Pilote en 1965 y a partir de 1972 se comienza a publicar en álbumes, constando la serie hasta el momento de 15 álbumes publicados por Dargaud y aunque Fred ha anunciado en varias ocasiones la publicación de un nuevo álbum este no ha llegado a aparecer nunca con lo que desde 1987 no ha aparecido material nuevo, aunque se ha reeditado en una ocasión la serie original con nuevas portadas, y recopilado los nueve primeros números en tres integrales.

En España, la obra no ha sido publicada en castellano y sólo se publicaron algunas historias cortas en catalán en la revista Cavall Fort. Una laguna enorme para los buenos aficionados españoles que alguna editorial debería remediar.

Para leer más sobre "Philémon" en francés aquí.

Para leer más sobre "Philémon" en español aquí.

jueves, 10 de abril de 2008

“Viajes por el scriptorium” de Paul Auster

Andaba yo con la mosca detrás de la oreja con la última novela de Paul Auster (“El palacio de la luna”, “Trilogía de Nueva York”) que llevaba durmiendo en una estantería el sueño de los justos desde hace un añito tras las numerosas críticas negativas leídas en diferentes medios. Sin embargo, tras su lectura, creo que no son del todo justificadas.

La novela nos narra un día de la existencia en la vida de Mr Blank, un anciano amnésico recluido en una habitación, a la que no recuerda cómo ha llegado ni qué hace allí. Blank recibe los cuidados de una serie de personajes que van visitándole a lo largo del día y a través de los cuáles intenta rellenar los huecos en su memoria al tiempo que se entretiene leyendo un cuento de ciencia ficción sin terminar que se encuentra sobre el escritorio.

Bajo la apariencia superficial de un cuento no excesivamente elaborado, Auster plantea en esta nueva obra alguno de los dilemas más importantes a los que se ha enfrentado el ser humano desde la antigüedad. ¿Quién soy? ¿Adónde voy? y ¿de dónde vengo? Son las preguntas que Auster formula al lector y a las que él da una respuesta parcial al final de la obra a través de un artificio metaliterario de los que tanto abundan en su obra y en la que se posiciona como defensor de la literatura y la ficción frente a los interrogantes cotidianos de la realidad.

La novela de Auster bajo su aparente simplicidad formal esconde una complejidad de ideas apabullante y resume en buena medida lo que ha sido la obra del autor hasta el momento. Sin embargo, para aquéllos lectores que busquen una lectura evasiva y superficial puede resultar decepcionante. En este relato no nos encontramos con los atractivos personajes marca de la casa… o sí, porque los lectores habituales de las novelas de Auster se reencontrarán en ”Viajes por el scriptorium” con algunos de los personajes aparecidos en anteriores novelas con lo que se refuerza la sensación de ser una obra pensada para un público iniciado o un “especial de Navidad” como alguien ha escrito,

El único personaje novedoso es el protagonista, Blank (Blanco, Nadie), un viejo escritor acabado, Blank, tan indefenso al capricho de los personajes que le van visitando como el propio lector, que devora la novela para encontrar las respuestas a los enigmas que se le plantean al igual que Blank devora su cuento como un medio para evadirse de la cruda realidad en uno de los muchos juegos planteados por el tahúr Auster. El personaje de Blank se encuentra en un estado de indefensión absoluta, indefenso ante el mundo y los visitantes que van desfilando por su habitación, personajes ambiguos y que ofrecen pistas contradictorias acerca de las razones y el objeto del confinamiento de éste en su habitación. Blank sólo encuentra remedio para su total distanciamiento del mundo en la lectura de una obra inacabada que decide terminar. Sin embargo, hasta este acto de creación no será más que un alivio engañoso…

Auster plantea como es habitual en él un ejercicio metaliterario interesante en el que se encontrarán, como en otras de sus obras, ecos –lejanos- de Kafka en lo que no deja de ser su particular revisión del mito de la caverna. Si no han leído antes alguna obra de Auster les recomiendo que no empiecen por aquí y busquen a lo largo de su dilatada obra una más accesible (“La Trilogía de Nueva York”, por ejemplo) y dejen está para más adelante, y si son admiradores del de Brooklyn lean atentos para entender el críptico mensaje del autor más allá de sus falsas pistas y juegos.
El viaje merece la pena.

Más obras de Paul Auster en El lector impaciente aquí , aquí o aquí.

Almudena Grandes gana el Lara

Se falló ayer la séptima edición de los Premios Lara y los pronósticos que les hice por aquí se han hecho realidad. Ganó la obra que para mí era la favorita, “El corazón helado” de Almudena Grandes y falló mi intuición que apuntaba a la excelente “Los príncipes valientes” de Javier Pérez Andujar. Nada que objetar a la calidad literaria de “El corazón helado” del que ya les hablé por aquí pero como soy todavía un poco ingenuo creo que este tipo de premios deben apoyar a autores menos conocidos en lugar de caer siempre en autores consagrados o mediáticos.

Espero que Pérez Andujar y el resto de los candidatos tengan más suerte en próximas ediciones y no se queden a las puertas. La calidad de sus obras lo merece y la literatura española lo necesita.

Si quieren leer más sobre “Los príncipes valientes” pueden hacerlo aquí.
La noticia en detalle aquí.

miércoles, 9 de abril de 2008

“Bokko” de Hideki Mori


Si hay un género dentro del manga que me atraiga especialmente ese es el histórico en el que generalmente a través del relato de unos personajes habitualmente inventados podemos acercarnos a épocas y episodios poco conocidos por el lector occidental. Así, en los últimos tiempos, dentro de este género hemos leído excelentes cómics como “El lobo solitario y su cachorro” del que ya les hablé por aquí, “La época de Botchan” o “El árbol que da sombra”.
El cómic que hoy nos ocupa, “Bokko” del que Ponent Mon lleva publicados cinco volúmenes sin llegar al nivel de excelencia de los anteriores resulta asimismo destacable.

Bokko” se sitúa hace 2.300 años en la turbulenta China del período de los Reinos Combatientes en el que siete reinos luchaban entre sí para hacerse con el control de todo el territorio. Uno de ellos, Zhao, envía un ejército de 15.000 hombres para conquistar la pequeña ciudad fronteriza de Liang, Sus habitantes piden ayuda a la orden de los Mo jia, una hermandad de monjes-soldado antibelicistas especialistas en la defensa de las ciudades sitiadas. Sin embargo, su decepción es enorme cuando la única ayuda que reciben es la llegada de un pequeño monje, Ge Li. A partir de este punto, la historia se centra en la lucha de Ge Li por defender la ciudad de los asedios de los atacantes al tiempo que lucha por ganarse el respeto y la confianza de los ciudadanos de Liang y vamos descubriendo la oscura red de intereses que llevó al noble Ge Li a acudir en solitario en auxilio de Liang.

“Bokko”, se basa en la novela del mismo título de Kenichi Sakemi, y es un cómic altamente adictivo. Hideki Mori sabe dosificar la información acerca de las motivaciones de su protagonista al tiempo que alterna el enfoque de la historia para que en ningún momento caiga en la monotonía de una aburrida sucesión de batallas, incorporando, asimismo, personajes secundarios que ilustren cómo se desarrollaban las reacciones frente al asedio y cómo las decisiones de Ge Li afectan a ambos bandos.
A pesar de tratarse de una historia con un claro matiz antibelicista, Mori no escatima nada a la hora de mostrar la crudeza de la guerra medieval en que las amputaciones y matanzas se ofrecen sin tregua a la sensibilidad del lector pero dosificándolas para no caer en la truculencia gratuita.
Mori no es un dibujante especialmente dotado pero sí bastante efectivo, que sabe mantener el ritmo de la narración con buen pulso a través de los sucesivos capítulos que conforman cada tomo.
En esta obra resulta palpable la influencia de dos maestros del manga como Kazuo Koike y Goseki Kojima y su gran obra, “El lobo solitario y su cachorro”. Mori toma de Kojima su gusto por incorporar elementos de la naturaleza que complementen la acción aunque su aplicación sea mucho más burda, y de Koike, su manera de desarrollar la historia a través de un personaje protagonista al que va enriqueciendo psicológicamente conforme van desarrollándose los acontecimientos.

En definitiva, hasta ahora “Bokko” ha sido un manga muy entretenido y que deja con ganas de más. Veremos si Mori es capaz de mantener el nivel a lo largo de los sucesivos tomos.

Si quieren leer gratis las primeras 52 páginas del tomo 1 pueden descargarlas aquí.

“Spirit” de Miller, ¿quién dijo miedo?

El pavor y la indignación han invadido la blogosfera. Las primeras imágenes filtradas, no sé si intencionadamente o no porque le hacen un flaco favor a la película, con la caracterización de los personajes de la adaptación a imagen real del “The Spirit”, que está realizando Frank Miller (“Sin City”) y cuyo estreno está previsto para el año que viene, han provocado que insignes blogueros hayan dado la voz de alarma respecto al trabajo de Miller y su fidelidad a la idiosincrasia con el personaje creado por Will Eisner.

Las imágenes más que miedo resultan chocantes y un pelín ridículas pero creo que todos debemos calmarnos un poco y no poner el grito en el cielo antes de tiempo.
El hecho que los personajes esté actuando sobre un fondo verde en el que posteriormente se le hará un “croma” plagado de efectos especiales debe invitar a la esperanza y el hecho que un tipo de probada capacidad como Miller a la hora de trasladar la ambientación –ojo, que no hablo de la narrativa, no mezclemos las churras con las merinas - del cómic al cine merece un voto de confianza.
Lo más inquietante de estas imágenes es que de buenas a primera se nos revele el aspecto (o los aspectos) de “Octopuss”, el archienemigo de “The Spirit” que a lo largo de los cómics Eisner siempre mantuvo en la sombra y oculto.

Una versión no tiene por qué ser necesariamente fiel al original, algo que los aficionados al cómic tendemos olvidar deseosos de ver trasladados a la pantalla los personajes que hemos disfrutado en el papel. Es más, una buena versión debe no serlo para que el autor no caiga en la imitación y pueda aportar su propia visión de la obra original, enriqueciéndola al tiempo.
Dejemos trabajar a Miller y valoremos su película terminada y no a partir de imágenes descontextualizadas. Ya tendremos tiempo de analizar intentando no caer en la comparación imposible e injusta con la obra maestra de Eisner.
Realmente, quien debe estar aterrado es Miller ante el regalo envenenado que tiene entre manos…

Los miedosos y los airados aquí y aquí.
Las imágenes aquí y aquí

martes, 8 de abril de 2008

36-39 2: Malos tiempos” de Carlos Giménez




Todavía sin tiempo de releer con calma el primer álbum de la nueva serie de Carlos Giménez ambientada en la Guerra Civil Española aparecido hace sólo unos meses, nos llega la segunda entrega en la que Giménez se centra en contarnos las pequeñas historias de las gentes atrapadas en el Madrid sitiado por las tropas franquistas.

Tomando como hilo conductor de estas historias cortas a la familia de Marcelino, el personaje protagonista de la mayor parte de las historias en el primer álbum de la serie, Giménez nos acerca a las historias de miseria y miedos cotidianos entre la población civil alejada del frente de combate de ese Madrid castizo que tan bien conoce y describió en “Barrio”. Sin embargo, en esta ocasión, Giménez se aleja del costumbrismo esperanzado de esa serie de posguerra para escribir un álbum mucho más cercano a su mejor serie y por la que más reconocimientos ha obtenido, “Paracuellos” al convertir a los niños en los principales protagonistas de los sucesos narrados en este álbum. Niños que pasan hambre, niños que se asustan ante las alarmas y los bombardeos nocturnos, niños obligados a madurar demasiado pronto para buscar alimentos pero, al tiempo, niños que mantienen intacta la inocencia como bálsamo para los horrores a los que se enfrentan cotidianamente y ofrecer una vía de escape en su ingenuidad al lector que no puede dejar de esbozar una sonrisa ante sus reacciones frente a los horrores descritos por el autor. De las historias recogidas en el álbum la más destacable, sin duda, es la que lo cierra, “Sito”. Una historia que rompe la estructura del álbum tanto por su extensión como por los recursos que Giménez emplea. Si el resto de historias son de cinco páginas divididas en seis viñetas, en esta historia Giménez rompe esa estructura de página para aumentar la carga dramática de la historia y desarrollar una narración tan patética como hermosa y que por sí sola justifica la compra del álbum.

Marcelino y su mujer, son personajes arquetípicos, que representan al hombre y mujer anónimos dispuestos a enfrentarse con dignidad a lo injusto de la situación que les ha tocado vivir, sacando adelante a su familia y sirviendo de contrapunto con su posicionamiento profundamente humano a la brutalidad de los milicianos que saquean y provocan disturbios aun sin renunciar por ello, al igual que el autor, a su ideario personal ni sus principios.

Giménez escribe y dibuja un álbum excelente con buen pulso narrativo y una planificación que le lleva a dosificar perfectamente la tensión de las historias que narra. Como bien señala Hernán Migoya en el artículo que sirve de introducción al álbum, el uso que hace Giménez del lenguaje escrito es perfecto para el tipo de historias breves que lo forman, situando la acción y creando el estado de ánimo necesario para que luego sus conmovedores dibujos apuntillen la sensibilidad del lector. No esperen en este álbum sorpresas estilísticas ni novedades en el estilo de Giménez. El autor no hace más que mostrar aquéllos recursos de los que está dotado sin trampas ni cartón y los exprime al máximo con la sabiduría y lucidez que ha demostrado a lo largo de toda su carrera haciendo aquello que mejor sabe hacer: contar historias conmovedoras. Es tan absurdo pedirle a Carlos Giménez a estas alturas de su carrera que “evolucione” como sería pedirle a Goscinny que dibujase Asterix de una manera diferente. Giménez es un clásico de nuestra historieta y un clásico vivo y en forma por lo que creo que todos debemos felicitarnos y disfrutar de la sabiduría y humanidad que desprenden sus historias. Y este álbum es una buena muestra de ello.


La edición de Glénat es bastante buena aunque se le pueden achacar un par de errores graves. En mi ejemplar (no sé si afectará a toda la tirada o sólo una parte de ella) las páginas 32 y 33 están intercambiadas con lo que si no se lee en su orden se pierden el hilo narrativo) y en la página 49 segunda viñeta escriben “habrían” del verbo abrir (¿Cuándo las editoriales se van a molestar en contratar un par de correctores para subsanar los errores ortográficos?). Por lo demás, el artículo laudatorio de Migoya y el más contextualizador de Antonio Martín resultan interesantes y correctos.

Si quieren leer más sobre “36-39: malos tiempos” en El lector impaciente pueden hacerlo aquí.

Si quieren leer sobre otras obras de Carlos Giménez en El lector impaciente pueden hacerlo aquí.
ACTUALIZACIÓN: Gracias al aviso de Walter me entero que Glénat va a sacar en el plazo de tres semanas una nueva edición corrigiendo el error de las páginas intercambiadas. Informan que todo aquél, que como yo tiene un ejemplar en mal estado, puede cambiarlo por uno nuevo en su librería habitual. La noticia aquí.

lunes, 7 de abril de 2008

“Los Falsificadores” de Stefan Rusowitzki


En los últimos años, se han prodigado las películas centradas en el Holocausto judío en los campos de concentración durante la II Guerra Mundial, películas que además suelen ser del agrado de la Academia de Hollywood que las ha premiado con un buen número de estatuillas. Por eso, a nadie pareció sorprenderle que en la mediocre edición de este año de los Oscar se hiciera con el premio a mejor película de habla no inglesa esta irregular coproducción autriaco-alemana.

Los Falsificadores” está basada en un hecho real. Cuando los nazis vieron que la guerra tomaba mal cariz para sus intereses pusieron en marcha la llamada Operación Bernhard, consistente en falsificar las divisas de sus enemigos para llenar sus propias arcas arruinadas y al tiempo hundir las economías ajenas. Para ello, en el campo de concentración de Sachsenhausen reunieron a un grupo de judíos a los que otorgaron un trato privilegiado y bajo la supervisión del también preso Sorowitsch, el mejor falsificador de moneda de su tiempo, lograr falsificaciones perfectas de la libra y el dólar. Los presos intentaron boicotear durante meses la producción de monedas hasta que prácticamente al final del conflicto tuvieron éxito en su gran objetivo, la falsificación del dólar.

Los falsificadores” es una película interesante como irregular, tan llena de posibilidades a la hora de enfocar la historia que el director se ha quedado al final en una anodina tierra de nadie que la asemeja a con otras historias del mismo subgénero con la que comparte lugares comunes como “La lista de Schindler” o “El pianista” pero sin llegar a los niveles de excelencia de estas.
Stefan Rusowitzky (“Anatomía”) podría haber intentado contar su historia desde el punto de vista personal del protagonista, Sorowitsch, y de cómo sus experiencias en el campo le hacen evolucionar como persona desde el egoísmo absoluto del superviviente nato hacia una actitud más solidaria con sus compañeros, profundizando en la carga dramática de la historia para epatar al espectador con un tema que a muy pocos deja indiferente; o centrarse únicamente en la trama de intriga de la operación Bernhard manteniendo al espectador en vilo respecto a los tejemanejes de carceleros y reclusos para conseguir y evitar que consigan las falsificaciones perfectas, alejándose del planteamiento de la "película-testimonio" que tan buena acogida suele tener por el espectador medio. Sin embargo, Rusowitzky adopta una solución intermedia, sin optar claramente ni por un camino ni otro, con lo que al final lo único que transmite la historia es un cierto aburrimiento y un cambio constante de postura en la butaca mientras espera que termine tan mediocre historia.
Buena culpa de la falta de interés de la historia, la tiene la contenida interpretación de Karl Markovics, conocido por la mayoría por su papel en la serie “Rex, el perro policía”, y que con su hierática expresión en cualquier circunstancia que vive llegará a crispar a más de uno (lo mismo le da estar con una chica preciosa que picando piedra que el tipo no mueve una ceja) y sale bastante mal parado en sus duelos con David Striesow, el actor que interpreta al coronel alemán responsable de la operación, y con August Diehl, quien interpreta a un interno idealista, Burger, autor del libro de memorias en que se basó el director y auténtico héroe de la historia.

La película en el aspecto técnico es interesante. Rusowitzky opta por el uso de una nerviosa cámara en movimiento que se convierte en testigo de la historia antes que por la tradicional cámara fija, pero sólo en contadas ocasiones sus planos logran contagiar la tensión que se presupone viven los reclusos prisioneros y, a la postre, la opción no provoca más que incrementar la confusión que el deslavazado guión provoca. Quizás las mejores secuencias sean aquellas en la que los falsificadores son liberados por los mismos reclusos del campo de concentración y se plantea el contraste entre unos desnutridos y torturados y otros rollizos y sanos, sin embargo, resulta muy poca cosa en mi opinión para toda una ganadora de un Oscar e incluso la discutible “El orfanato” hubiera ganado el premio con mayor justicia.

En definitiva, una película muy discreta para un premio tan importante. Esperemos que para este año la cosa mejore y la calidad de las películas presentadas sea superior.


Si quieren ver un trailer de la película pinchen abajo.

Salón del Cómic Barcelona, sobreviviendo a la novedad.

Como el año pasado, les dejo unos apuntes sobre las obras más interesantes que las editoriales van a publicar en la nueva edición del Salón del Cómic de Barcelona. Un buen montón de novedades suculentas que unidas a las regulares pueden llevar a dejarse la nómina completa al que quiera hacerse con todo. Yo aconsejo moderación, que espacien las compras y este mes se hagan sólo con lo que más les atraiga sin exceder sus presupuestos que las economías están muy achuchadas. Por ese motivo reduzco la lista a solo cinco obras, en mi opinión, indispensables. Ya habrá tiempo de hacerse con el resto (espero).

Mis cinco indispensables serían las siguientes:







Lost Girls 1” de Alan Moore y Melinda Gebbie.



El Reductor de Velocidad” de Christophe Blain.



Una selección de obras cuyo importe total ascendería a 104 Euros y que garantiza diversión y calidad por partes iguales. Hay muchas otras obras destacables ("Camelot 3000", "Percevan", "RG 2", "Apocalipsis Friki", "Jazz Maynard 2"...) pero las que en mi opinión nadie debe perderse son estas cinco y si me apuran con las tres cuatro primeras. El resto ya irán cayendo a lo largo del año.


El listado completo lo tienen aquí.

domingo, 6 de abril de 2008

Esto dicen…

El inicio de la semana ha venido marcado en buena medida por la aparición del cadáver de Mari Luz y sus consecuencias. Tenía pensado escribir una entrada al respecto pero Juan Rodríguez en Un Mundo Peculiar se me adelantó con un excelente artículo.


En un orden de cosas más alegre, hay que felicitar a los compañeros de Misión Tokio por la excelente entrevista que han realizado a Félix Sabaté, editor de Glénat y en la que explica cosas la mar de interesantes. Si no la han leído todavía háganlo aquí.

Que las disfruten.

Charlton Heston (1924-2008).


Ha muerto Charlton Heston, uno de los últimos representantes del viejo Hollywood de las grandes estrellas, las luces y la leyenda, y su muerte me llena de sensaciones contradictorias.

Por un lado, Heston en sus últimos años personificó casi todas las ideas y posiciones que más desprecio desde su cargo de presidente de la peligrosísima Asociación Nacional del Rifle. Con su rifle en alto escenificó la puesta en escena de la Norteamérica más profunda, pacata y ultraderechista, dispuesta a defender a ultranza su derecho a portar armas de fuego con total libertad como si siguieran viviendo en el viejo Oeste de los cuatreros y negar que el hombre desciende del mono. Sin embargo, antes de esa bochornosa imagen, Heston fue uno de los íconos de la masculinidad y la épica en un montón de excelentes películas de aventuras en las que solía interpretar al tipo duro dispuesto a enfrentarse a todo y a todos antes que dar su brazo a torcer en títulos como “55 días en Pekin”, “El Cid”, o “Mayor Dundee”. Aunque Heston probó todos los géneros desde la ciencia ficción (¿Quién no se acuerda de “El planeta de los simios” y sus continuaciones o “El último hombre vivo”, adaptación muy libre del “Soy leyenda” de Matheson?) al cine de catástrofes (”Terremoto”, “Aeropuerto 75”) el género que le consagró fue el histórico donde interpretó a personajes de corte épico como Moisés en “Los Diez Mandamientos” o “Ben Hur”, película esta por la que conseguiría su único Oscar.

Si de las personas que mueren debemos quedarnos con lo mejor que nos aportan yo me quedaré con unos cuantos títulos memorables como “Sed de Mal” y olvidaré, como el mismo olvidó a consecuencia del Alzheimer que padeció en los últimos años de su vida, sus posicionamientos personales.

D.E.P.

viernes, 4 de abril de 2008

“Firmin” de Sam Savage


Hay novelas que tienen historias curiosas a sus espaldas. Ese es el caso de “Firmin”, la novela que he estado leyendo estos días por recomendación de mi señora. De repente, un desconocido autor octogenario, Sam Savage, publica a través de una pequeña editorial norteamericana de segunda fila su primera obra y esta, merced al boca oreja se convierte en el acontecimiento literario del año. Pero lo sorprendente no ha sido tanto su éxito en sí sino que ningún avispado editor se diera cuenta de la pequeña maravilla que tenía entre manos.

Firmin” es el relato de la vida de una rata narrada en primera persona. Sí, una rata, pero una rata peculiar con una desarrollada sensibilidad, una memoria prodigiosa y un gusto obsesivo por la lectura que la lleva a devorar en poco tiempo todos los libros de la librería de segunda mano en la que vive. Firmin desprecia a sus congéneres y adora a los humanos, con los que por razones obvias, no puede comunicarse, especialmente a Norman Shine, el dueño de la librería, y a Jerry Magoon, un bohemio vagabundo que la frecuenta y único autor al que conoce. Firmin además es un apasionado del cine que vive enamorado de Ginger Rogers y siente un oscuro deseo inconfesable por las beldades que contempla en la sesión continua del cine Rialto cuando a partir de medianoche cambia la programación de clásicos por la pornográfica. Sin embargo, el proceso de remodelación de la plaza Scollay en el Boston de la década de los sesenta, donde se encuentra la librería en la que vive, provocará graves problemas al bueno de Firmin.

Firmin” es una conmovedora fábula sobre la condición humana a través de las vivencias de una persona atrapada en el cuerpo de una rata en cuyos sentimientos más de uno se habrá visto reflejado en alguna ocasión. Firmin se oculta entre libros para evadirse de la realidad de su miserable existencia ratuna envidiando una existencia humana que se le encuentra vedada, el paria social definitivo y un patito feo destinado a no convertirse nunca en cisne. Savage sabe pasar de la comedia más hilarante al drama en pocas líneas haciendo gala en todo momento de un gran conocimiento literario y un excelente sentido del ritmo y un humor agudo, irónico, por momentos, e inteligente, usando un estilo aparentemente sencillo con el que fácilmente llega y se hace comprender por cualquier lector. El primer capítulo de “Firmin” es excelente y aunque a la novela le cueste mantener el nivel de su inicio con algún altibajo -sobre todo en un capítulo final para mi gusto pelín precipitado en comparación con el resto de la historia- se deja leer con una sonrisa durante sus poco más de doscientas páginas por un lector que simpatizará y se pondrá desde el principio de parte del desgraciado Firmin, un personaje entrañable lleno de flaquezas y debilidades, tan trágico y atormentado como los mejores de Dostoievski o Kafka pero mucho mucho más divertido. En definitiva, una pequeña gran novela sobre un gran personaje que debería ser lectura obligatoria en todos los colegios.

La edición de Seix Barral es muy buena y cuenta con unas preciosas ilustraciones de Fernando Krahn que complementan perfectamente la narración de Savage.