Otro
personaje que ha tenido su minuto de gloría –bueno, más bien sus dos episodios
de protagonista- gracias a los cómics de la línea “Antes de Watchmen”,
publicada por ECC Edciciones en España, ha sido uno de los personajes más
marginales y sugerentes del “Watchmen”, de Moore y Gibbons: el crepuscular
villano Moloch que tras una larga
carrera enfrentado a los Minutemen se reinsertaba para acabar convertido en una
de las piezas del l plan de Ozymandias.
En
las dos entregas que componen esta miniserie, John Michael Straczynski a partir
de los datos aportado por Moore construye una completa biografía del personaje
desde su nacimiento e infancia poniendo especial énfasis en reflejar su compleja personalidad al tiempo que relata las circunstancias que rodearon su muerte otorgándole si cabe al personaje una mayor relevancia, dentro de su perfil bajo, a la que le dio el propio Moore en "Watchmen"..
JMS
construye una historia entretenida, claramente diferenciada en dos partes. En
la primera de ellas, usando al propio Moloch como narrador a través de su confesión, explica la historia
de su vida y los acontecimientos que le llevaron a convertirse en villano hasta
su liberación., Mientras que en el segundo capítulo explica çómo este
lo manipula, para convertirlo en una pieza fundamental en sus planes
aprovechándose de su influenciable personalidad.
De este modo, el personaje de
Moloch cobra una importancia quizás inusitada para JMS al convertirlo en el
nexo entre los hechos narrados por Moore en la propia “Wachmen” y especialmente
lo explicado por Len Wein en la miniserie dedicada a Ozymandias, de la que ya
escribí por aquí.
En
el aspecto gráfico, el argentino Eduardo Risso muestra su solvencia habitual desarrollando
una historia de perdedores de esas que tan bien se le dan desde que hiciera un
máster con Azzarello en “100 Balas”.
Risso nos vuelve a hacer disfrutar con sus
personajes desnortados y sus voluptuosas vamp aunque en esta historia se note
cierto apresuramiento que le lleve a abusar especialmente de los fondos neutros
y las sombras de las que es un maestro, así como de la omisión de uno de sus rasgos característicos, la
inclusión en segundo plano de historias paralelas que enriquecen la ambientación con lo que me da la sensación que JMS no ha sabido sacar todo el potencial que atesora el talentoso dibujante.
A pesar de ello, se adapta perfectamente
al desarrollo lineal impuesto por JMS y resuelve la sencilla historia con
oficio resultando especialmente atractiva su representación de Ozymandias
incentivando su simbología mesiánica para explicar mejor el hechizo al que
acaba sometido a un Moloch por el que al final no podrá dejar de sentir cierta
lástima.
“Antes de Watchmen: Moloch” no deja de ser una obra anecdótica pero a pesar
de ello está contada con gracia merced a un guión inteligente y un dibujo solvente
que sirve para el que necesite encontrar una explicación a determinados puntos
oscuros de “Watchmen” se dé por satisfecho. Y es que ya se sabe que el género superheroico
tiene terror al vacío y tiende tarde o temprano a no dejar historia sin contar ni personaje
que retratar aunque sea uno tan intrascendente como el triste Moloch.