Entre los tebeos que me he repasado estas vacaciones se encontraba la recopilación que Panini publicó en su colección Extra Superhéroes hace unos meses de esta “Tierra X”, maxiserie de catorce números –curiosamente numerada del cero al trece- ideada por el afamado dibujante/pintor/ilustrador Alex Ross pero dibujada por John Paul Leon y guionizada por Jim Krueger. El volumen de Panini incluye además un número complementario “Earth X, ½” insertado en medio de la maxiserie para respetar su cronología.
La historia es una distopía fatalista sobre el destino final de los superhéroes Marvel en una Tierra esquilmada desde el momento en que toda la población del planeta adquirió poderes. A través de los ojos del Hombre Máquina que está siendo formado por un mermado Uatu para convertirse en el nuevo Vigilante, se presenta el destino de una Humanidad predestinada a un fin celestial desde sus orígenes al tiempo que vemos como los superhéroes que quedan afrontan su papel en un mundo que parece no necesitarlos.
Entiendo los méritos que pueden encontrarle a algunos a haber montado esta historia por parte de Ross y Krueger, que para su construcción se han dado un buen repaso a toda la mitología marvelita, pero su visión oscura, negativa y pesimista del panteon Marvel me repele. Al parecer la cosa nació a raíz de unas decadentes versiones de encargo que realizó Ross de distintos superhéroes y a partir de ahí, junto a Krueger, desarrolló una idea que parece en parte inspirada en “La Torre Oscura” de Stephen King y contó con el OK de una confusa Marvel que a finales de los noventa todavía no había encontrado el Norte tras los desastres de los “Heroes Reborn”.
Krueger insufla al tebeo una épica cósmica oscura y densa potenciada por el dibujo y la narrativa oscura y densa de un John Paul Leon, que ya he comentado en alguna ocasión que no es santo de mi devoción y menos para el género de superhéroes pero cuyo estilo se ajusta como un guante al enfoque ideado por Ross y Krueger. Mas allá de los soporíferos diálogos que se cascan Uatu y el Hombre Máquina (terribles los textos complementarios que cierran cada capítulo), hay algunas ideas curiosas – la inclusión de los asgardianos y lo del Doctor Extraño - y la cosa podría ponerse más interesante en la parte de la trama en que el Capi reúne fuerzas para enfrentarse al nuevo Cráneo, pero Leon deja patente su incapacidad para reflejar con claridad las escenas con múltiples personajes e insuflar emoción a las –escasas- secuencias de acción que incluye la historia bastante mal resueltas.
Además, la confusión del tebeo crece conforme la historia avanza porque la capacidad para hilvanar la compleja historia y todo lo que quieren incorporar es menor que el talento narrativo de sus autores y, además, concluye con una de las idas de olla más grandes que se ha visto en esto de los superhéroes. Lo mejor en el aspecto gráfico de la serie son las portadas de Alex Ross.
En fin, “Tierra X” es un batiburrillo de buenas ideas torpemente plasmadas. Quizás con un planteamiento menos ambicioso – o si Ross le hubiera pedido ayuda a Jim Starlin, a Rafa Marín o a Kurt Busiek en lugar de a Leon y a Krueger - la historia habría dado mucho más de sí, pero el Universo Marvel que a mí me gusta está bastante alejado del confuso oscurantismo de esta “Tierra X”. Que cada cuál saque sus conclusiones (y, si quiere, hasta las comparta).