“El blues de la reserva”.es el séptimo recopilatorio publicado por Planeta en el que se reunen los números 35 a 42 de “Scalped”, la serie negra de indios norteamericanos con la que Jason Aaron y R.M. Guèra han dado nuevo lustre al devaluado sello Vertigo y de paso a al género negro necesitado siempre de buenas historias.
“El blues de la reserva” podría dividirse en una primera parte en la que Aaron, secuncado por los dibujantes "reservas" de la serie, se dedica a contar historias que poco o nada tienen que ver con la historia principal, protagonizadas por personajes secundarios y marginales; y una segunda que, junto a R.M. Guéra, retoma las andanzas de los protagonistas.
La historia que abre el tomo “Escuchar como gira la tierra” nada tiene que ver con la historia principal pero en mi opinión es la mejor historia de todo el álbum. En ella Aaron desarrolla un emotivo relato en el que mezcla en dosis justas variopintas referencias – el realismo mágico, ecos de Faulkner o Steinbeck y el maravilloso cómic de Raymond Briggs “Cuando el viento sopla” para relatarnos a dos voces la historia de amor crepuscular de una pareja de ancianos indios que viven en lo más alejado de la reserva bien secundado por un Danijel Zelzej (“El Diablo”) que en esta historia realiza un gran trabajo merced a su etilo feísta y sombrío de trazo grueso que tan bien se adecua a la historia.
La segunda historia recogida en dos episodios titulada “La buena acción de un español honorable y católico” es un ambicioso hard boiled en dos partes en el que Aaron aborda con brillantez el tema de la homosexualidad en las reservas indias en la actualidad desvelando la orientación sexual de uno de los personajes de la serie. Aaron desarrolla la historia a través de un juego de elipsis que quizás no resulte tan efectivo como debiera debido a las limitaciones de un Davide Furno que es probablemente el menos dotado de la terna de dibujantes que aparecen en este tomo. A pesar de ello, la historia en que se denuncia una hipocresía que no es exclusiva de unos indios que han olvidado su cultura está lo suficientemente bien llevada como para resultar atractiva a cualquiera.
La tercera historia, “Tradición Familiar”, recupera la labor gráfica del dibujante principal R.M. Guéra y sirve de prólogo a un arco de tres números “No deseados” que ya enlaza con la narración principal en el que Aaron explora los orígenes de los protagonistas Dashiell y Carol al tiempo que refleja con habilidad lo complejo de su relación sentimental y resuelve el dilema planteado sobre su propia paternidad denunciando con habilidad de paso la situación social de las reservas indias con un índice de embarazos no deseados y abortos de los más altos de Estados Unidos. En “Tradición Familiar”, aparte de presentar el origen del padre de Dash Caballo Terco, Aaron retoma uno de sus temas más queridos – el conflicto de Vietnam que ya abordara en “El otro bando”- a través de las vivencias de Wade antes de incorporarle de lleno a la vida en la reserva en la trilogía “No Deseados”. Estos tres números son una maravilla narrativa en la que a base de flashbacks y elipsis se nos desvela la niñez de Dash y Carol al tiempo que Aaron desgrana con un admirable tratamiento psicológico las motivaciones que en el presente han de tomar los protagonistas legando a su plenitud en el último número de la trilogía pleno de brillantes recursos para resolver con éxito la complejidad de la historia planteada. Un último número que contrapuesto formalmente a la primera historia da a toda el tomo y las relaciones familiares que trata una coherencia no esperada al inicio de la lectura.
En definitiva, “El blues de la reserva” es un cómic imprescindible a pesar que pudiera considerarse que más de la mitad de su contenido es mero relleno y sin duda es uno de los mejores tebeos que ha aparecido en lo que va de año merced a un inspiradísimo Jason Aaron que se consolida como un magnífico y hondo narrador de género negro más allá de sus escarceos con el género superheroico.