Me ha sabido a poco la
segunda entrega de la nueva “Wonder Woman” de Azzarello que acaba de publicar
ECC y que recoge los números 5 a 8 de la edición norteamericana y es que se lee en un
suspiro.
Desterrada de la Isla
Paraíso, Diana intenta con su nueva familia y aliados sobrevivir a la ira de
Hera y al vacío de poder divino provocado por la desaparición de Zeus. Para
ello, intentará negociar con los airados hermanos del dios del supremo,
Poseidon y Hades, una solución y tendrá que hacer una incursión en el Averno
armada con las pistolas de Eros fabricadas por Hefesto para rescatar a su
protegida, Zola.
Como en la primera entrega, Azzarello sigue remozando a la
clásica Wonder Woman haciendo lo que le viene en gana y dando a la serie un
aire moderno, inspirado tanto en la mitología clásica como en la cultura gangsta
y alejado de momento de cualquier atisbo superheroico lo que hará rechinar los
dientes de los seguidores del personaje más ortodoxos.
En estos cuatro números,
Azzarello básicamente continua presentando su versión de dioses y héroes al
tiempo que va encadenando sin respiro para el lector una aventura tras otra
dentro de la trama principal en torno al misterio de la desaparición de Zeus y
el embarazo de Zola. El guionista vuelve por sus fueros y escribe diálogos
frescos y divertidos como los que le hicieron famoso lejos de toda ampulosidad
e introduce como contrapunto a la formal Diana a Lennox, un misterioso hijo de
Zeus afincado en Londres que le permite dar rienda suelta a su característica
acidez barriobajera y que, por momentos, me recuerda a su John Constantine. El
aire irreverente y actual que le da a la mitología Azzarello alcanza su punto
culminante con la introducción de los amazonios,
los hijos varones de las amazonas.
En el aspecto gráfico, Tony
Akins toma el relevo durante los dos primeros números a un Cliff Chiang al que
le cuesta adaptarse al ritmo de una serie regular lo que llevará a Akins a
repetir en próximas entregas. El estilo
cartoon de Akins no desentona con el de Chiang y el ritmo ágil y dinámico que Azzarello
proporciona a sus guiones se ajusta mejor a sus características que el de
Buckingham en “Jack of Fables”. Tanto él
como Chiang vuelven a sorprendernos con sus actualizadas y frescas versiones de
personajes del panteón griego haciendo de la simplicidad su principal
característica.
En fin, en la nueva “Wonder
Woman” Azzarello de momento sigue sin defraudarme. Es un cómic ágil y divertido
alejado de cualquier pretensión y que ante todo busca entretener, con unos protagonistas presentados como adolescentes inmortales que no paran de ir de un lado para otro sin dar respiro al lector en una
trama que de momento se encuentra bastante en el aire. Veremos hasta cuando es
capaz Azzarello de mantener este ritmo.