El Espacio, la última
frontera, decía la famosa serie. El Espacio siempre ha sido objeto de fascinación para la
imaginación del hombre reflejándose en sus obras pero
especialmente ha sido escenario para adaptar aventuras imaginadas en el Cine y el
género de la Ciencia Ficción en las que se ha visto fagocitado, trillado y mancillado hasta
la extenuación. Por eso resulta bienvenida una propuesta
como la de “Gravity” que pone las cosas en su sitio y recupera el respeto por esa bella inmensidad vacía aportando un sutil cambio de perspectiva al reflejar toda la opresiva grandeza del vacío estelar y su peligro mortal desde una
perspectiva de género solo aparentemente más realista, la del llamado cine de
catástrofes.
El argumento de la película
es tan desnudo como simple: mientras una misión estadounidense está realizando reparaciones rutinarias en el espacio se produce un
fatal accidente y pierden contacto con el control de Tierra. Aislados en sus
trajes espaciales, los dos astronautas supervivientes inician una carrera para intentar alcanzar una nave en condiciones que les permita
regresar a la Tierra antes que se les acabe el oxígeno de sus tanques.
“Gravtity” es una más que
satisfactoria dramatización sobre un accidente espacial, aceptando la hipótesis poco
probable que de producirse uno real de las características expuestas pudiera haber supervivientes. Aceptando por tanto que estamos en la ficción del cine, Cuarón se dedica a hacernoslo pasar mal desarrollando
esta historia de supervivencia en un escenario tan complejo y desconocido como
el Espacio apoyado en las solventes
interpretaciones de George Clooney y Sandra Bullock, en unos papeles ideales para su lucimiento. Clooney, como el
encantador veterano en el espacio que afronta la dramática situación a base de
profesionalidad y sangre fría, y la Bullock, como una sufriente mujer marcada por sus perdidas
que saca fuerzas de flaqueza para asirse a la vida. Es precisamente en estos
papeles en los que hay que sufrir y requieren un importante esfuerzo físico en
los que más luce Sandra Bullock y en este hay que reconocer que la veterana
actriz lo borda rivalizando desde ya con la mítica Ripley de Sigourney Weaver en el rol de diva espacial. La pareja se complementa y logra una química a pesar de la poca expresividad que les permite durante la mayor parte de la película estar atrapados dentro de sus trajes espaciales.
Por lo demás, Cuarón hace
del Espacio el verdadero protagonista del filme con una acertada y sobria dirección en
la que se ahorra florituras y se limita a ofrecer en toda su inmensidad la
esencia de la historia sacando el máximo partido del inmenso escenario por el
que deambulan los personajes y no obviando la influencia de Kubrick para
trasladar al espectador la omnipresente peligrosidad y belleza hipnótica del Espacio sin descuidar la claustrofóbica tensión del drama de los protagonistas
luchando por su vida. Cuarón logra equilibrar en ese sentido lo pequeño y grande de la historia y comprimirlo todo no más allá de los
noventa minutos de la película con lo que las desdichas que viven los protagonistas no acaba
por resultar plomiza al espectador ni cae en la
tentación del ensimismamiento del plano frecuencia poniendo la belleza del escenario al servicio de la historia y renunciando a los añadidos facilones.
“Gravity” es una película más que interesante sustentada en unos cuidados
efectos especiales al servicio de la historia, una excelente fotografía y el buen trabajo de la pareja de actores implicados hasta la extenuación con la historia. Todo junto consigue que “Gravity” convenza en su tramposa verosimilitud especialmente en la versión
3D. Recomendable.