Aunque ustedes no lo sepan ando yo estos días un poco malito consecuencia de uno de esos virus gástricos que nos asolan y, debido a las frecuentes visitas que he tenido que hacerle a mi amigo el señor Roca y unos días de ausencia laboral más que justificada, me he entretenido releyendo este estupendo cómic publicado hace ya un par de añitos.
“La venganza del Conde Skarbek”, publicado en dos volúmenes por Norma Editorial, se sitúa en el París decimonónico adónde llega un misterioso y rico conde polaco de incierto pasado. El conde se muestra interesado por adquirir cuadros de Victor Paulus, un misterioso pintor desaparecido once años antes, para lo que se pone en contacto con los dos burgueses que disponen de la exclusividad de la obra de Paulus. Skarbek propone a estos que denuncien a Northbrook, el marchante de Paulus, y así pone en marcha un juego de intrigas y venganzas que tiene como principal objetivo vengarse de todos aquellos que arruinaron su vida.
Con espíritu de homenaje a los grandes del movimiento romántico e inspirándose sin complejos en la novela folletinesca de Alejandro Dumas, “El Conde de Montecristo”, Yves Senté plantea un relato de aventuras de las de toda la vida en la que a través del relato de las peripecias del misterioso conde Skarbek trasladarnos desde el París decadente y burgúes del siglo XIX a las Antillas infestadas de piratas sanguinarios pasando por la Polonia nacionalista. Senté, un guionista veterano y que se las sabe todas, mantiene el suspense de la historia y el interés del espectador incorporando constantes giros argumentales y jugando con las identidades del protagonista en un puzzle en el que finalmente encajan todas las piezas. El guión de Senté no resulta especialmente elaborado pero el guionista sabe conjugar perfectamente las dosis justas de erotismo y acción para hacer de esta una obra un divertimento entretenido y que se lee con agrado. Asimismo, el poderoso dibujo del polaco Gregorz Rosinski aumenta la calidad de la historia. Rosinsky da su estilo un toque más impresionista quizás para adecuarlo a la época en el que transcurre el relato, e incorpora un erotismo moderado que ayuda a caracterizar la historia. De los colores un poco desvaídos de los primeros tomos ambientados en París pasa a una explosión cromática en el segundo ambientado en los mares del Sur dibujando maravillosas marinas y abordajes piratas.
En definitiva, un excelente tebeo para pasar una tarde entretenido y que gana con la lectura continuada de los dos álbumes. Si les gustan las historias de pasión y venganza, no dejen de leer “La venganza del conde Skarbek”.
Más obras de Rosinski y Senté en El lector impaciente aquí.
Más obras de Rosinski en El lector impaciente aquí.
“La venganza del Conde Skarbek”, publicado en dos volúmenes por Norma Editorial, se sitúa en el París decimonónico adónde llega un misterioso y rico conde polaco de incierto pasado. El conde se muestra interesado por adquirir cuadros de Victor Paulus, un misterioso pintor desaparecido once años antes, para lo que se pone en contacto con los dos burgueses que disponen de la exclusividad de la obra de Paulus. Skarbek propone a estos que denuncien a Northbrook, el marchante de Paulus, y así pone en marcha un juego de intrigas y venganzas que tiene como principal objetivo vengarse de todos aquellos que arruinaron su vida.
Con espíritu de homenaje a los grandes del movimiento romántico e inspirándose sin complejos en la novela folletinesca de Alejandro Dumas, “El Conde de Montecristo”, Yves Senté plantea un relato de aventuras de las de toda la vida en la que a través del relato de las peripecias del misterioso conde Skarbek trasladarnos desde el París decadente y burgúes del siglo XIX a las Antillas infestadas de piratas sanguinarios pasando por la Polonia nacionalista. Senté, un guionista veterano y que se las sabe todas, mantiene el suspense de la historia y el interés del espectador incorporando constantes giros argumentales y jugando con las identidades del protagonista en un puzzle en el que finalmente encajan todas las piezas. El guión de Senté no resulta especialmente elaborado pero el guionista sabe conjugar perfectamente las dosis justas de erotismo y acción para hacer de esta una obra un divertimento entretenido y que se lee con agrado. Asimismo, el poderoso dibujo del polaco Gregorz Rosinski aumenta la calidad de la historia. Rosinsky da su estilo un toque más impresionista quizás para adecuarlo a la época en el que transcurre el relato, e incorpora un erotismo moderado que ayuda a caracterizar la historia. De los colores un poco desvaídos de los primeros tomos ambientados en París pasa a una explosión cromática en el segundo ambientado en los mares del Sur dibujando maravillosas marinas y abordajes piratas.
En definitiva, un excelente tebeo para pasar una tarde entretenido y que gana con la lectura continuada de los dos álbumes. Si les gustan las historias de pasión y venganza, no dejen de leer “La venganza del conde Skarbek”.
Más obras de Rosinski y Senté en El lector impaciente aquí.
Más obras de Rosinski en El lector impaciente aquí.