viernes, 26 de octubre de 2012

“JSA”, de James Robinson, Geoff Johns, David S. Goyer, Stephen Sadowsky y otros.


Más allá de los distintos relanzamientos que cíclicamente suele acometer la compañía, una de las señas de identidad de DC son sus peculiares supergrupos, que se alejan de los cánones que la modernidad proclama para un grupo de superhéroes como pecios de otras épocas en las que los superhéroes no eran necesariamente prisioneros de la lógica racionalidad –bueno, quizás sí, pero era otra lógica que con los años se perdió-  de los aficionados y el cálculo de beneficios ultranza que ahora cuantifica cada aspecto de la vida, superhéroes incluidos. Me estoy refiriendo a grupos como La Legión de Superhéroes o la Sociedad de Justicia de América (JSA). En concreto esta última, con el paso de los años, ha mantenido el concepto de gran familia que unida enfrenta a las amenazas globales con una sana alegría alejada del tópico del supergrupo práctico y atormentado por las tensiones internas impuesta desde la "Silver Age". Lejos, muy lejos, de sus tiempos dorados de la “Golden Age”, el grupo se ha mantenido con distintas cabeceras en Estados Unidos gracias al empeño de un grupo de fieles fans a lo largo de las décadas  aunque sus series nunca han gozado de excesivo éxito en España, por lo que no deja de ser digno de elogio que ECC Ediciones se haya decidido a recuperar en cuidados tomos uno de esos volúmenes, en concreto el que entre 1999 y 2006 realizaron James Robinson y Geoff Johns, aun cuando parta de partida con la desventaja de su carácter minoritario. En concreto este primer tomo incluye los primeros nueve números de la serie y el especial “JSA: Secret Files”.



A lo largo de las aventuras reunidas en este tomo, veremos como una formación de la JSA se vuelve a reunir cuando algunos de los viejos miembros y amigos del grupo están siendo asesinados. La JSA descubrirá que el asesino es Mordrú, el señor oscuro del siglo XXX, que anhela hacerse con los objetos de poder del Dr. Destino (Fate) antes que la nueva reencarnación del mago ocupe su puesto. El grupo también hará frente en estos primeros números a enemigos como Black Adam y un desquiciado Obsidian, el hijo de Guardián (Green Lantern) que ha sido manipulado por Ian Karfull.
Para acometer la puesta a punto de la JSA a finales de los noventa una vez más, en DC tuvieron la sabia idea de poner al frente del proyecto a todo un especialista de la Golden Age como había demostrado en “Starman”, un hábil e inspirado James Robinson que supo en apenas los cinco primeros números que se mantuvo al frente de la serie fijar los tres parámetros sobre los que se iba a mover esta nueva alineación:1) una sabia alineación que unía a los clásicos veteranos como Jay Garrick/ Flash 1, Scott Lang /Green Lantern 1 o Wildcat junto a los descendientes de antiguos miembros procedentes de “Infinity Inc” y nuevas revisiones de personajes que se habían relacionado con el grupo a lo largo de su dilatada historia; 2) un ritmo desenfrenado que permitía encadenar una historia con la siguiente sin transición otorgando una vivacidad destinada a mantener la atención del lector;  y 3) mantener la esencia única de un grupo que se identifica más con el concepto de familia en el que todos tienen algún parentesco que un grupo institucionalizado como tal. Tras el paso de Robinson, el relevo lo tomó un bisoño Geoff Johns, apoyado en David S. Goyer,.en su primer gran encargo. En estos primeros números incluidos en este tomo, Johns mantiene inalteradas las pautas establecidas por Robinson sin incorporar todavía ninguna novedad significativa en una fórmula que funcionaba.

En el aspecto gráfico, es donde la serie no acaba de despuntar y realmente nunca despuntó. El dibujante habitual Michael Sadowsky es un profesional competente pero ni su estilo poco espectacular emociona en la revisión de los personajes ni su narrativa plana y lineal, carente de recursos, ayuda a dotar a la serie del vértigo que los motivados y Johns buscaban imprimir. Como curiosidad, uno de los números incluidos en este volumen es dibujado por el español Marcos Martín en su primera incursión en la industria norteamericana aun lejos aún de las virguerías que está haciendo en “Daredevil” pero ya demostrando su elegancia de líneas. Las portadas de Alan Davis, que ya podía haber dibujado la serie, tampoco están nada mal.

 
En fin, este primer volumen de “JSA” no deja de ser una entretenida lectura superheroica hard que adapta modernizada la esencia de uno de los grupos más veteranos y presentó en sociedad a un Geoff Johns llamado a convertirse en una de las figuras de DC en los años venideros. Lo mejor estaba por llegar.