Andaba yo muy desilusionado con las “Fábulas”….Más con la serie principal que con esta de “Jack of Fables” todo hay que decirlo, pero había llegado al extremo de olvidar este sexto TPB que reúne los números 28 a 32 de la serie original en la montaña de los pendientes. Sin embargo, en una de esas avalanchas que se producen de vez en cuando en mi casa (ejem…) cuando voy a intentar rescatar algún cómic quedó al descubierto la genial portada en la que el gran Brian Bolland parodía al gran Jacques-Louis David y no me pude resistir. Y la verdad sea dicha, me lo he pasado pipa.
En este volumen, llegamos a la conclusión de todas las líneas argumentales que se han iniciado prácticamente desde el inicio de la serie en lo que es el enfrentamiento definitivo entre el Sr. Revise, el gerente de la residencia de Fábulas Ramas Doradas, y su hermano el Quemalibros. El Sr. Revise, un literal que quiere rescribir todas las fábulas, tiene las de perder frente al sitio al que le somete el ejército de Fábulas del Quemalibros, un literal que pretende directamente acabar con todas las Fábulas. Sin embargo, en la guerra que se avecina Revise cuenta en sus filas con el gran Jack quién toma el mando de las fuerzas de Ramas Doradas erigido en general de seis estrellas junto a su incondicional ayudante Gary, la falacia patética, abuelo de los dos contendientes. ¿Todo parece muy absurdo, verdad? Pues sí, pero es bastante divertido.
La ausencia de pretensiones de “Jack of Fables” la ha erigido en una lectura más gratificante que su hermana mayor, “Fábulas”, y en este arco argumental Willingham y Sturges pulen su faceta humorística para lograr los mejores números publicados hasta la fecha en la serie. No importa que la estructura principal del arco recuerde un poco a “La marcha de los soldados de madera”, un arco que marcó un punto de inflexión en “Fábulas”, ya que el tono es completamente diferente. Si en aquel el registro era épico y heroico en éste prima la comicidad y los guiños continuos al lector al que se dirigen constantemente los personajes exhortándoles sobre lo absurdo de sus experiencias, siendo otro de sus puntos fuertes las múltiples y constantes referencias cinematográficas que los guionistas manejan. En el aspecto gráfico, se sigue contando con el cumplidor Tony Akins, que parece que le ha cogido el tono a la serie y a los personajes, y un Russ Braun que le cubre las espaldas en algún número cuando a Akins no le da tiempo acabar algún número.
Tras este arco, todo queda pendiente para que Jack nos sorprenda con más lamentables aventuras pero, si acaso, eso os lo cuento otro día.