Si hay una serie que parecía
maldita y nunca íbamos a poder ver reeditada por estos lares esa era la ochentera
“Las aventuras de Dieter Lumpen” del equipo formado por el dibujante español
Rubén Pellejero y el guionista argentino Jorge Zentner que los más viejos del
lugar descubrieron a mediados de los ochenta en la mítica revista “Cairo” o en
los álbumes de Norma y otros a través de la serie en grapa de
Planeta de los noventa. Por ese motivo, la alegría es doble, no solo por verla reeditada sino
porque además Astiberri ha recuperado toda la serie al completo en un estupendo
y único tomo integral que además está muy bien de precio tal y como
están las cosas.
Dieter Lumpen es un apuesto
vagabundo que vive sus aventuras a lo largo de todo el globo, desempeñando los
más diversos trabajos y ayudando siempre a un amigo en apuros o una hermosa
mujer. Lumpen es un antihéroe por naturaleza que ama ante todo su libertad y cuyo
único objetivo en la vida es disfrutar de la existencia pero al que los problemas
suelen perseguir.
Astiberri ha realizado un
gran trabajo de restauración a la hora de recuperar en toda su grandeza esta
maravillosa serie clásica por la que no
han pasado los años en la que Jorge Zentner emula al mejor Pratt a la hora de
insuflar a sus historias ese aroma de la aventura por la aventura clásica con
ciertos toques de realismo mágico con un
tratamiento que por desgracia creo que se ha perdido irremediablemente en el
Cómic actual. Zentner demuestra saber manejarse a la perfección en ese difícil
registro tanto en las aventuras cortas como en las tres de mayor extensión
convirtiendo cada aventura en el vehículo ideal para el lucimiento de Rubén
Pellejero.
Si las tramas urdidas por
Zentner son estupendas el que le otorga un salto de calidad a la serie respecto
a otras de similares características y la hace tan destacable es sin duda el
deslumbrante acabado gráfico que le proporciona un enorme Rubén Pellejero que
otorga a todas las historias la ambientación y atmósfera perfectas convirtiendo
cada viñeta en una ventana a rincones exóticos en los que perderse y en la que
se puede percibir el especial cuidado que puso el dibujante para documentarse en la recreación de las diversas localizaciones y construcción de unos magníficos secundarios con vida e identidad propia. Pellejero le da un acabado
elegante y finísimo a las diversas historias y lleva a otra dimensión los
guiones e indicaciones de Zentner alcanzando un grado de compenetración con el guionista
especial.
En fin, la lectura de esta
edición de “Dieter Lumpen”, para la que se ha coloreado las tres primeras historias
aparecidas en blanco y negro con estupendo resultado, es obligada para todo
aficionado al cómic que se precie. Un cómic que merece la pena (re)descubrir y con el que recuperar el placer de la
lectura de cómics.