Seguimos con un nuevo capitulo de la poesía visual animada de "Arzak"...
lunes, 5 de abril de 2010
“El carro de hierro”, de Jason.
Nueva obra del noruego Jason habemus de la mano, como no, de la mano de la editorial Astiberri. En realidad nueva, no, ya que “El Carro de Hierro” es una de las primeras obras del noruego Jason publicada inicialmente en 2003, lo que se nota tanto en el desarrollo de la historia como en la peculiaridad de tratarse de la única obra en la que el autor no ha trabajado sobre una idea propia sino que en esta ocasión adapta un clásico policíaco de un escritor noruego decimonónico para mí desconocido, Stein Riverton. Les cuento.
En una pequeña y tranquila localidad de recreo, un escritor se ha retirado a pasar sus vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad se rompe cuando aparece el cuerpo de Blinde, el guardabosques del lugar en medio del páramo, aparentemente asesinado. Los más supersticiosos achacan la aparentemente inexplicable muerte a la leyenda local que señala que quien oye el sonido del fantasmal carro de hierro en el páramo morirá asesinado. A pesar de ello, nuestro escritor junto a un agudo detective llegado de la capital para intentar resolver el asesinato intentarán descifrar el misterio de un crimen que se convierte en la clave para descubrir toda la red de misterios que envuelve la granja Gjaernes.
Más allá de la más que evidente influencia de “El perro de los Baskerville” de Conan Doyle procedente de la novela original en el argumento, el cómic de Jason presenta muchas de las características que el noruego puliría en su obra posterior. Así, nos reencontramos con sus característicos personajes antropomórficos, su hierático dibujo y su sutil esquematismo narrativo, pero en esta ocasión Jason no es capaz de mantener el interés por una obra que no se ajusta a su estilo, simplificando en exceso el original de modo que los personajes carecen de profundidad y no logra atrapar al lector en una trama en la que los escasos giros argumentales no están bien resueltos ni mantienen la intriga imprescindible en una obra de género que se precie al adivinarse casi desde el inicio quién es el culpable.
Aunque la obra en su conjunto no funcione hay tramos salvables e incluso brillantes, percibiéndose al gran autor en el que se acabará convirtiendo el noruego, momentos como la introducción de secuencias mudas y oníricas o el irónico sentido del humor con que describe la Noruega rural y las formas de su encorsetada burguesía con soluciones gráficas más que interesantes. Precisamente es en el aspecto gráfico se encuentra el gran acierto de la obra mediante el uso de un bitono agresivo buscando un acusado contraste entre el rojo y el negro en el que desarrolla la mayor parte de la ambientación del cómic y sirve al autor para caracterizar de este modo los escenarios nocturnos y abiertos en los que se desarrolla la mayor parte de la trama. A pesar de estos aciertos puntuales, la obra falla, básicamente en mi opinión, como consecuencia de la necesidad del autor de incorporar extensos y atropellados diálogos en otros tramos que permitan avanzar una trama en la que Jason acaba ahogándose.
En definitiva, “El carro de hierro” es una curiosidad dentro de la producción de Jason atractiva únicamente para los completistas del autor noruego y se presenta como un interesante experimento –fallido- de un autor en la búsqueda de un estilo y sentido narrativos propio que encontraría en su obra posterior. En mi opinión, lo más flojo de Jason.
En una pequeña y tranquila localidad de recreo, un escritor se ha retirado a pasar sus vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad se rompe cuando aparece el cuerpo de Blinde, el guardabosques del lugar en medio del páramo, aparentemente asesinado. Los más supersticiosos achacan la aparentemente inexplicable muerte a la leyenda local que señala que quien oye el sonido del fantasmal carro de hierro en el páramo morirá asesinado. A pesar de ello, nuestro escritor junto a un agudo detective llegado de la capital para intentar resolver el asesinato intentarán descifrar el misterio de un crimen que se convierte en la clave para descubrir toda la red de misterios que envuelve la granja Gjaernes.
Más allá de la más que evidente influencia de “El perro de los Baskerville” de Conan Doyle procedente de la novela original en el argumento, el cómic de Jason presenta muchas de las características que el noruego puliría en su obra posterior. Así, nos reencontramos con sus característicos personajes antropomórficos, su hierático dibujo y su sutil esquematismo narrativo, pero en esta ocasión Jason no es capaz de mantener el interés por una obra que no se ajusta a su estilo, simplificando en exceso el original de modo que los personajes carecen de profundidad y no logra atrapar al lector en una trama en la que los escasos giros argumentales no están bien resueltos ni mantienen la intriga imprescindible en una obra de género que se precie al adivinarse casi desde el inicio quién es el culpable.
Aunque la obra en su conjunto no funcione hay tramos salvables e incluso brillantes, percibiéndose al gran autor en el que se acabará convirtiendo el noruego, momentos como la introducción de secuencias mudas y oníricas o el irónico sentido del humor con que describe la Noruega rural y las formas de su encorsetada burguesía con soluciones gráficas más que interesantes. Precisamente es en el aspecto gráfico se encuentra el gran acierto de la obra mediante el uso de un bitono agresivo buscando un acusado contraste entre el rojo y el negro en el que desarrolla la mayor parte de la ambientación del cómic y sirve al autor para caracterizar de este modo los escenarios nocturnos y abiertos en los que se desarrolla la mayor parte de la trama. A pesar de estos aciertos puntuales, la obra falla, básicamente en mi opinión, como consecuencia de la necesidad del autor de incorporar extensos y atropellados diálogos en otros tramos que permitan avanzar una trama en la que Jason acaba ahogándose.
En definitiva, “El carro de hierro” es una curiosidad dentro de la producción de Jason atractiva únicamente para los completistas del autor noruego y se presenta como un interesante experimento –fallido- de un autor en la búsqueda de un estilo y sentido narrativos propio que encontraría en su obra posterior. En mi opinión, lo más flojo de Jason.
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