ECC Ediciones ha publicado con este tomo la conclusión de
“DMZ”, la opera magna de Brian Wood y Riccardo Burchielli, completando de este
modo la edición casi completa iniciada por Planeta. Con “Las Cinco Naciones de
Nueva York”, el tomo recopilatorio que reúne los números 66 a 72 de la edición original, se pone un brillante punto final a una de las series que en los últimos años más ha hecho por
mantener el prestigio y la esencia del ya finiquitado sello Vertigo.
Matty Roth, el reportero de
la Zona Desmilitarizada en que se convirtió Nueva York, ha logrado poner punto
final a la II Guerra Civil Norteamericana. Sin embargo, no ha sido fácil y a
partir de ahora nada será igual para el mundo que Roth conoció a lo largo de
los seis años en que informó desde la Zona Desmilitarizada. Sin embargo, los
sacrificios de Roth no han acabado, cuando ha de responder de delitos contra la
humanidad ante un tribunal norteamericano.
“Las Cinco Naciones de Nueva
York” es el arco argumental con el que Wood pone el cierre definitivo a la
serie tras haber ya explicado en entregas anteriores cómo se fraguó el fin de
la guerra. Wood va mostrandoa través de los pasos de su protagonista en torno al
nuevo panorama tras los acuerdos de paz en la Zona Desmilitarizada y el destino
de los principales personajes supervivientes al tiempo que esconde, como última
sorpresa final, el pírrico y amargo destino de su protagonista.
A pesar de ser una de las series
más inteligentes y arriesgadas aparecidas en los últimos tiempos en el
mainstream norteamericano y de largo el mejor trabajo de su guionista, esta
inteligente y cercana distopía sociopolítica me da la sensación que no ha
contado con todo el reconocimiento que por su calidad merecía. Wood, con mano
sabia, ha sabido construir un Nueva York asediado y convulso en el que ha descrito complejas situaciones
políticas que no están del todo alejadas a las que podemos ver en cualquier
telediario sin olvidar mantener el toque humano propio del reporterismo para
reflejar cómo la vida cotidiana intentaba mantenerse en un entorno tan hostil.
Para
esta última entrega, un autor menos comprometido y más tramposo fácilmente
podría haber optado por una salida más fácil y airosa para el antihéroe
protagonista, sin embargo Wood ha sabido ser consecuente con sus planteamientos,
no apostando una vez más por las salidas fáciles y ofreciendo una de las
conclusiones más adultas, dramáticas y terribles que hemos podido leer últimamente
en cualquier cómic.
Mención aparte merece el
trabajo del padre gráfico de la serie, el italiano Riccardo Buchielli quién con
su trazo grueso y estilo feista ha sabido imprimir un realismo conciso y sobrio
a la compleja ficción orquestada por Brian Wood. Creo que de la larga lista de
dibujantes que han colaborado con el guionista pocos han entendido a Wood como Burchielli y eso ha
repercutido favorablemente en la calidad final de esta obra.
En fin, “DMZ” es un tebeo
estupendo que nos permite reflexionar sobre nuestro presente y futuro, y este
volumen el final lógico y coherente a las premisas sostenidas por los autores a
lo largo de una serie llamada a revalorizarse con los años.