martes, 19 de noviembre de 2013

“El diablo de los siete mares”, de Hermann e Yves Hermann.





La nueva editorial Yermo Ediciones irrumpe en el panorama comíquero español apostando fuerte con la publicación de “El diablo de los siete mares”, un integral en el que recoge los dos álbumes de la esperada serie de piratas homónima ya concluida en Francia, que viene avalada por ser uno de los últimos trabajos del gran Hermann Huppen, aunque sea acompañado, como viene siendo habitual en sus últimas obras, por su hijo Yves en los guiones. Pocas cosas hay más fuertes que el amor de un padre por su progenie, pero el gran Hermann tras la lectura de esta obra –y otras previas-  creo que debería plantearse si le merece realmente la pena dilapidar su reputación asociándose con la mediocre labor en los guiones de un Yves que no acaba de despuntar y acaba lastrando su labor.

Harriet y Conrad, dos jóvenes amantes sellan un matrimonio secreto en la Carolina del Sur del siglo XVIII, lo que despertará las iras del despótico padre de ella, el poderoso Lord Somerset, señor de una rica plantación que guarda un oscuro secreto. Huyendo de tan tiránico personaje, los jóvenes aventureros se harán a la mar en busca de un legendario tesoro mientras Rob Murdoch, un sanguinario pirata conocido como El Diablo de los Siete Mares, llega a la plantación paterna  para firmar un oscuro pacto con el tirano. Mientras, en el mar, otro aventurero conocido como La Iguana y su lugarteniente persiguen la ilusión de un fabuloso tesoro y su ambición y la casualidad hará que su destino se cruce con el del Diablo, al tiempo que desde el Almirantazgo británico se fletan barcos para acabar definitivamente con la amenaza de El diablo de los siete mares.

A priori, una historia de piratas en la que estuviera involucrado Hermann  Huppen con todos los elementos mencionados, tendría que hacer salivar a todo buen aficionado al cómic europeo de género. Sin embargo, la ilusión se torna migraña y decepción ante el retorcido planteamiento ideado por Yves que, alejándose de cualquier presentación convencional de los elementos en aras a un virtuosismo que no posee, opta por una historia de vidas cruzadas en las que los diversos personajes mencionados protagonizan sus propias aventuras, encontrándose y desencontrándose a lo largo de una narración que acaba volviéndose forzada y, en ocasiones, un tanto ilógica. 

El defecto principal de la historia es, en mi opinión,  la incapacidad de Yves –premeditada incluso me atrevería a decir- para establecer un argumento que hilvane las diversas subtramas y unos personajes con otros, quedando estos finalmente perdidos al capricho de un guionista que plantea y resuelve las más rocambolescas de la manera más pobre o apelando directamente al difícilmente justificable socorrido recurso sobrenatural, lo que acabará provocando la irritación de más de un lector ante semejante tomadura de pelo.

Al disparatado guión se añade que en el aspecto gráfico, el maestro Hermann no parece estar en su mejor momento resultando su trazo, en esta historia de género tan propicia para su lucimiento algo acartonado, cayendo, y creo que es lo peor que se puede decir de un autor tan implicado y arriesgado con su obra como ha sido Hermann Huppen a lo largo de toda su carrera, formulaico y sin la brillantez habitual, cobijándose  en composiciones y recursos que a los conocedores de sus trabajos previos le resultarán muy familiares. 

Es cierto también que su tratamiento del color es brillante y sus perspectivas únicas pero el conjunto acaba resintiéndose lastrado por la labor de Yves y porque Hermann en sus últimos trabajos parece cada vez más ensimismado en deleitarse en el dibujo de elementos paisajísticos o animales y menos dispuesto en implicarse en componer un buen tebeo.

En resumen, “El demonio de los siete mares” es un tebeo lleno de posibilidades desaprovechadas y lo que podría haber sido un bello alegato por el género de piratas acaba convertido en un tebeo del montón. Una pena.