miércoles, 30 de junio de 2010
A muerte con la pena de muerte
“La Última Partida”, de Didier Comès.
A finales de la campaña de las Ardenas durante la II Guerra Mundial, una unidad del ejército norteamericano espera atrincherada la contraofensiva de las últimas tropas de elite nazis en las ruinas de un pueblo devastado. Un joven soldado sin experiencia bélica hace guardia en una trinchera mientras a su alrededor se van reuniendo bajo distintas formas fantasmas de otras guerras o de esa misma, que esperan un nuevo compañero con el que jugar la última partida de su juego de cartas durante el resto de la eternidad, mientras asisten jocosos al espectáculo de la barbarie humana.
Didier Comès nos ofrece un perturbador y meditado alegato antibelicista con cierto regusto de moraleja medieval acerca del poder igualador de la muerte para hermanar a amigos y enemigos en un mismo destino final. Comès a través de un bisoño soldado que se mueve en un espectral e irreal limbo de unas ruinas nevadas entre la realidad y la fantasía hábilmente retratado merced a su habilidad en el uso del blanco y negro propone un macabro relato de fantasmas en el que contrasta la ingenuidad del inocente recluta novato frente a la campechana veteranía de sus compañeros de trinchera (o de tumba),los fantasmas que ya no tienen nada que perder salvo el tiempo jugando a las cartas como es el caso de los fantasmas de la calavera parlante o el uniforme vacío, el nihilismo iconoclasta de los cuervos o la traumática pesadilla de los niños muertos. Comés elabora un cómic perturbador lleno de simbolismos no apto para todos los públicos a medio camino entre “La Guerra en las trincheras” de Tardi y el “Pedro Páramo” de Rulfo en una historia con la que pretende sobrecoger al lector de un modo duradero más allá de mostrar los efectos devastadores de los combates en la sugestión que sus imágenes promueven en el lector, logrando quizás de este modo un efecto más sobrecogedor y permanente.
Comès es un excelente dibujante que maneja como pocos el blanco y negro sobre el que ha sustentado toda su carrera, haciendo gala de un dibujo impresionista y perturbador que permanece en la retina del lector y optimizando al máximo los elementos compositivos sobre los que construye una historia con un ritmo narrativo más cercano al teatro guiñolesco de sombras que al cinematográfico.
En definitiva, “La última partida” es un cómic soberbio, difícil y adulto al tiempo que pesimista y reflexivo no apto para aquellos que simplemente quieran disfrutar de una aguerrida historia de acción con la que pasar el rato. Nada de eso encontraréis en esta extraña y perturbadora historia de fantasmas. Ojalá veamos pronto nuevas obras publicadas de este gran autor.
martes, 29 de junio de 2010
España a llevarse los cuartos de los paraguayos.
Ya está. En el partido en el que España reencontró su juego y a Xavi Hernández , superando la siempre compleja eliminatoria de los octavos frente a una Portugal que no se descompuso en su propuesta de fútbol insulso plagado de centrales a pesar de tener jugadores con los que proponer algo más interesante y desquiciando a su Cristiano Ronaldo.
Clave fue la entrada de Fernando Llorente -¿Por qué no jugó contra los hondureños bajitos o los chilenos?- por un Torres que lo intenta pero está lejos de su mejor nivel. Llorente metió –más- atrás a los portugueses con su amenaza para que Villa, siempre, Villa, rematase una de esas jugadas que tanto echábamos a faltar los aficionados tras una buen número, eso sí, de ocasiones perdidas. Por encima de todos, destacar a Xavi Hernández porque cuando él juega lo hacen todos. Es el director de orquesta y alrededor suyo crecen los demás.
Ahora a disfrutar, controlar la euforia y respetar y desconfiar de los paraguayos que están donde están por méritos propios. Los equipos físicos, supuestamente inferiores y que salen a morder, son los que peor se nos dan. Y si no, acordaos de Corea, de Estados Unidos, de Suiza….A por ellos el sábado.
“BlackSad: Un lugar entre las sombras”, de Guarnido y Díaz Canales.
En “Un lugar entre las sombras”, asistimos a la primera aventura de John Blacsksad, un detective privado a la antigua usanza que se ve inmerso en la investigación del asesinato de una actriz de éxito que ha aparecido muerta en su domicilio y con la que en otros tiempos mantuvo una tempestuosa relación. Cuando la investigación policial se ve frenada por un misterioso e influyente personaje oculto en las sombras, Blacksad se convertirá en el único capaz de aclarar la muerte de su vieja amiga y hacerle justicia.
He disfrutado enormemente de la relectura de este cómic más si cabe que en el momento en que lo leí por primera vez y he vuelto a deleitarme con la habilidad de un equipo artístico que sabía muy bien lo que se hacía.
Si Díaz Canales firma una correcta historia de detectives que sirve de presentación de personajes y situaciones que se ciñen a una clásica estructura de género negro que no se aparta en exceso de los modelos clásicos y en la que su detective Blacksad más que a los más reconocibles Sam Spade o Phiillip Marlowe recuerda a otros posteriores, sobre todo el Lew Archer de Ross MacDonald (interpretado magistralmente por Newman en la genial “Harper, investigador privado”) con ligeros apuntes justicieros a lo Mike Hammer de Gillespie, el álbum adquiere una nueva dimensión gracias al trabajo sobresaliente de un Guarnido espectacular en el apartado gráfico que confirió al tebeo un interés singular.
Juanjo Guarnido se muestra incomensurable en el desarrollo descriptivo de cada uno de los personajes que van apareciendo a lo largo del álbum, apoyándose en las características asociadas a los distintos animales para reforzar la caracterización de cada uno de ellos de modo que los gorilas son brutos, vulgares y fieros, las ratas desagradables y traicioneras, las serpientes frías y escurridizas, los perros honorables y fieles o el mismo protagonista representado como un Gato directamente impredecible en su búsqueda de justicia, capaz de asumir un enorme registro de expresiones que reflejan su compleja personalidad y estado de ánimo. Pero, si en la presentación y desarrollo de los personajes Guarnido demuestra su nivel excepcional en el dominio del dibujo de los animales o la anatomía, no se queda atrás en la cuidada caracterización realista de cada uno de los fondos en los que se va desarrollando la historia, reflejando con gran verosimilitud los ambientes y atmosfera de un Nueva York de los años cincuenta, desde los antros de los bajos fondos a los glamourosos despachos de los potentados por no hablar de los cementerios o las casas y exteriores cuya representación está cuidada hasta límites obsesivos para convertir a la urbe en un personaje más en la que incorpora pequeñas intrahistorias en la principal que cohesionan la representación.
De todos modos, todo este trabajo no destacaría tanto si además el dibujante no contase con un extraordinario sentido del ritmo narrativo, que permite que la historia fluya a través de sus viñetas midiendo los concisos diálogos e insertando ligeras cartelas de apoyo que elegantemente quedan disimuladas en las viñetas adquiriendo los mismos colores de los fondos y que Díaz Canales redacta con el acertado tono seco y conciso de un narrador alejado de la acción evocador de los grandes del género (y volvemos al recuerdo de Mike Hammer, esta vez en la clásica serie protagonizada por Stacy Keach).
Guarnido hace olvidar la sencillez de la trama o su previsible y un tanto brusco desenlace merced a su habilidad narrativa llena de eficientes e inteligentes recursos que le permiten solucionar la presentación del protagonista y el caso para pasar con una elegante transición a conocer su particular motivación en su resolución entroncada en su pasado a través de un elegante flashback y el desarrollo de la historia concatenando las distintas situaciones y ambientaciones con mucho mimo para tomar siempre la mejor -y más elegante- decisión en la elección del plano o la perspectiva.
En definitiva, el multipremiado “Un lugar entre las sombras” no sólo resiste perfectamente la relectura pasado diez años de su primera edición sino que además mantiene intacta su vigencia con el poderío que sólo guardan los clásicos en una historia que ya anunciaba la labor de un dibujante que por méritos propios ocupa un puesto muy alto dentro del panorama tebeístico europeo y un guionista que en todo momento sabe que terreno pisa para ofrecer una magnífica obra de género en la que la comercialidad y la calidad demuestran que no están necesariamente reñidas. Altamente recomendable.
lunes, 28 de junio de 2010
“Thor”, de J. M. Straczinsky, Coipel, Djorjevic y otros.
domingo, 27 de junio de 2010
Trailer oficial de “Valhalla Rising”, de Nicholas Winding Refn.
Bien, el trailer oficial no hace más que reforzarme en la idea de que esta peli promete mucho aunque no despeja las dudas sobre si la veremos estrenada aquí o no (tal y como está el patio lo mismo mantienen “Campamento Flippy” en cartelera hasta fin de año…).
Lo que sí que tengo claro es que yo esta peli la veo aunque sea en danés.
sábado, 26 de junio de 2010
Primer trailer de “The Green Hornet”, de Michel Gondry: comparando con el original.
Ya se puede ver el primer trailer del remake de las aventuras de un superhéroe enmascarado –el aguijón verde- nacido en los seriales de la radio de los años treinta popularizado en la mítica serie de televisión con la que se dio a conocer Bruce Lee en el papel de Kato, el ayudante del héroe, en los años sesenta.
La nueva adaptación parece que carece de todo el encanto pop del original y se perfila como un producto de acción más que puede funcionar en la época de navidades con una Cameron Diaz que deberá tirar del carro de un reparto escasito de carisma.
Si queréis comparar con el original, meteros en la máquina del tiempo de El lector y echad un ojo al video de abajo en el que al final tenemos hasta una aparición sorpresa. ¡¡¡ Qué tiempos !!!
viernes, 25 de junio de 2010
A octavos con lo mínimo.
El martes se augura un partidazo que espero que ganemos.
“De perros y de huesos”, de Colo.
En el Género Negro ha existido una corriente generalizada en los últimos tiempos en primar el retrato de los personajes sobre las clásicas tramas, por otro lado siempre vigentes, en un intento quizás de buscar nuevas vías a un género que goza de suficiente buena salud como para no necesitarlo. En este orden, han ido apareciendo algunas de las mejores obras del género de los últimos años como las películas de los Coen o series como “Los Soprano” que actualizaban y renovaban los modelos clásicos, y en esa tendencia se han apuntado también algunas de las mejores series de cómics de los últimos tiempos –“Scalped”, “Criminal”, “100 Balas” o “RG” - en un medio que vive una particular historia de amor continua con este género En esa línea renovadora se entronca la original obra ganadora de la segunda edición del Premio Internacional de Cómic de Planeta, “De perros y de huesos”, en la que Colo ofrece desde una clásica estructura una amplia y variada galería de personajes y reflexiones que aparentemente no casan bien con las temáticas habituales pero que el autor es capaz de incorporar con desigual fortuna.
En un pequeño pub del barrio de Lavapies, Boris encarga a Suso pintar un mural que decore las paredes de una de las salas con la única condición de no dejar bajar a nadie. El ilusionado pintor no es consciente que su mural inspirado en la pintura de Vrubel “El Ángel Caído” y su mera presencia no son más que una excusa para evitar sospechas sobre el trapicheo de heroína que tiene lugar en el barrio. Mientras que Suso, Jose, un yonqui poeta primo de Boris, y Sara, la novia de aquel filosofan sobre pintura y poesía, a su alrededor orbita toda una red de mafiosos dedicada a gestionar el traspaso de poder en la banda y descubrir quién es el soplón que los ha puesto en el punto de mira de un policía incorruptible.
En su primer cómic publicado, Jesús Colomina "Colo" nos propone una curiosa historia negra en la que lo popular y lo personal se entremezclan con fortuna para ofrecer una historia con un regusto localista y moderno al tiempo que actualiza y renueva las arquetípicas convenciones del género. Colo construye la trama negra que sirve de hilazón a la historia a través de una estructura elíptica sustentada en el desarrollo de las intrahistorias de los ocho personajes que protagonizan la obra al ritmo del progreso en la elaboración del mural, personajes cuyos intereses y motivaciones iremos conociendo conforme avanzan la obra sin que el autor establezca demasiadas matizaciones morales respecto a ninguno de ellos, mostrándolos con sus cualidades y sus defectos, y dejando que sea cada lector el encargado de enjuiciarlos, aun cuando también deje clara su simpatía por Suso, el pintor, una especie de trasunto de sí mismo y que se convierte en el filtro de sus propias vivencias en un barrio perfectamente radiografiado en las distintas localizaciones que van sirviendo de fondo a una historia a la que quizás le falte un punto de suciedad y violencia –no me entendáis mal, “De perros y de huesos” es una historia bastante violenta y sucia aun cuando el autor haya optado por alejarse de las reglas convencionales del género y buena parte de esa violencia es sugerida en lugar de mostrarse directamente- para cautivar a los más conservadores aficionados al género. Se nota el esfuerzo de Colo en dar primacía a las conversaciones de unos personajes que no paran de hablar en diálogos de clara inspiración tarantiniana bien construidos y elaborados –genial la conversación en el hospital entre el Gordo y el Turco- aun cuando en ocasiones creo que haya cierto abuso de ellos que le resta intensidad y credibilidad a la historia.
Por otro lado, Colo se muestra como un excelente dibujante en el que se pueden rastrear reminiscencias de autores europeos como Barú, Blutch o Peeters, mostrándose como un elegante narrador gráfico a pesar de tratarse esta su primera obra publicada, sorprendiendo por su tratamiento opresivo, oscuro y denso del color que da un aire un tanto angustioso a toda la historia, siendo quizás el principal defecto que le encuentro a la obra un exceso de tramado que a veces incomoda la lectura, quizás debido a los materiales manejados por el autor.
En definitiva, “De Perros y de Huesos” es un tebeo con más virtudes que defectos y una buena noticia dentro del un tanto apalancado a su pesar panorama del cómic español en el que se echan a faltar obras arriesgadas que ofrezcan algo diferente y nuevos autores que se abran paso. Esperemos que no se quede en flor de un día y que Colo siga sorprendiéndonos con nuevos cómics publicados.
El mejor cómic español que he leído en lo que llevamos de año.
jueves, 24 de junio de 2010
“Stark”, de Edward Bunker.
“Stark” es la historia del buscavidas que da título a la novela. Un timador drogadicto y traicionero que deambula por los antros de los suburbios de Los Ángeles en búsqueda de una oportunidad para quitarse de encima el acoso del agente de antivicios Crowley que le presiona con enchironarle si no es capaz de entregarle al Hombre que le proporciona la droga a su camello, el hawaino Momo y al socio de este, el siniestro asesino mudo Dummy. Stark está en la cuerda floja acosado por los polis y unos compinches que no se fían de él pero confía que su instinto de superviviente le permita dar con la jugada maestra que le libre de todos sus problemas y de paso le haga rico y le permita quedarse con la chica, la voluptuosa y demente Dorie. Si queréis saber si lo consigue o no tendréis que leeros el libro.
La lectura de “Stark” es como la heroína cortada. Sólo ha satisfecho mi adicción a medias ya que estamos ante la primera novela (no publicada hasta después de su muerte) de Bunker en la que aun apareciendo ya definido sus principales características nos ofrece un acercamiento a un autor que conoce de primera mano la materia prima sobre la que quiere escribir pero que todavía está alejado de la crudeza esencial y magnética que destila “No hay bestia tan feroz”. “Stark”, escrita en primera persona desde la perspectiva del protagonista, es una historia mucho más convencional que destaca por la caracterización de los principales personajes sobre todo Ernie Stark, un yonqui timador y soplón fan de Bogart –lo más bajo dentro de la estructura social de los delincuentes- encantado de conocerse a sí mismo, y del resto de los personajes principales, mucho más arquetípicos – pudiendo rastrearse el origen de algunos de ellos en el cine y las novelas pulp - junto a la descripción de las situaciones y lugares en que se sitúa la acción – los suburbios de Los Ángeles a principios de los sesenta en los que la heroína empieza a hacer furor en los círculos de enganchados- pero, por otro lado, es una novela de un narrador que está en pleno aprendizaje de los secretos de la estructura del género con lo que la historia peca en ocasiones de precipitación y en otras de escaso desarrollo de situaciones que podrían haber dado más de sí, con lo que uno sospecha que Bunker no llegó a quedar satisfecho de la historia y más que una obra acabada estamos ante un borrador avanzado de una historia más ambiciosa.
A pesar de esos pequeños defectos, “Stark” es una novela de criminales formidable llena de timos, enredos y tergiversaciones que atrapan al lector en la red del carismático Stark, un mentiroso patológico siempre un paso por delante de sus compinches y de la policía, descrito con la sutileza psicológica con la que Bunker retrata a sus protagonistas y que si no fuese porque la coexistencia sería complicada entre ellos estaría llamado a compartir la misma celda que Max Dembo. Completan la novela un prólogo de Ellroy, que ya es decir, y un sentido epílogo de la ex mujer de Bunker en la que esta da bastantes claves para entender la compleja personalidad del escritor y del proceso de publicación de esta obra.
En definitiva, “Stark” es una novela imprescindible para cualquier aficionado a la novela “negra” y un buen prólogo antes de acometer la lectura de la mejor de sus obras publicadas en España para mi gusto, “No hay bestia tan feroz”. Para cuando llegue ese momento, ya estaréis enganchados irremisiblemente al universo criminal de Bunker y esperando que los de Sajalin se den prisa en publicar “Perro come a Perro”. Yo aviso.
Otras obras de Edward Bunker en El lector impaciente:
“No hay bestia tan feroz”.
miércoles, 23 de junio de 2010
Nuevo trailer de “Predators”, de Nimród Antal.
Correcto trailer de una película a la que auguro el éxito comercial este verano mientras no se aparte, como parece que no va a hacer por las imágenes, del modelo del original.
Ira Vamp, Marmaduke y Flippy empezad a temblar que se os acaba el chollo.
“¿Por qué haces esto?”, de Jason.
En esta historia, asistimos a las desventuras de Alex, un deprimido muchacho que intenta recuperarse de una ruptura amorosa con el apoyo de su viejo amigo Claude. Cuando Claude se ve obligado a realizar un viaje, deja las llaves de su apartamento al mohíno Alex con el encargo de que le riegue las plantas. Cuando este se encuentra cumpliendo su tarea observa en el edificio de enfrente a un misterioso y siniestro personaje que le mira fijamente. Sin darle más importancia, Alex vuelve a su casa pero cuando, días después, se cita con Claude en su casa encuentra en ella al misterioso desconocido y a su amigo asesinado. Con la policía en los talones y siendo el principal sospechoso de la muerte de Claude, Alex sólo contará la ayuda de la desconocida Geraldine para intentar demostrar su inocencia y atrapar al desconocido.
Pocos autores son capaces de evocar en el lector una cantidad de sensaciones e ideas mayor que este autor noruego que a partir de estructuras típicas de género entroncadas casi siempre con algún referente cinematográfico propone la exploración de temas trascendentales y absolutos como la soledad, el amor o la ausencia del mismo. Jason ha ido puliendo su cómic para llegar a la mínima expresión compositiva encadenando las viñetas para provocar pequeñas pausas en la obra que actúen a la manera de koans en el lector, momentos luminosos de lucidez en los que el mensaje que pretende transmitir quede grabado de una manera precisa en su mente, consciente o no. Jason utiliza en sus cómics inexpresivos personajes animalescos que se comportan como hombres contemporáneos con lo que aumenta la sensación en el lector de estar ante actores que actúan bajo el anonimato de unas máscaras que de un modo u otro reflejan los propios comportamientos y actitudes.
"¿Por qué haces esto?" es un estudio sobre el amor y el desamor que deja clara las intenciones del autor desde el propio titulo, un cómic de estructura abierta en el que los personajes sometidos a situaciones excesivas intentan de un modo u otro dar respuesta a la pregunta planteada varias veces a lo largo de una historia cuyo final abierto –y hasta cierto punto pesimista- vuelque en el lector la responsabilidad de poner fin a los hechos mostrados –o no- por el autor. Pero, además, Jason plantea estas abstracciones de un modo juguetón y accesible a cualquiera de modo que el cómic cuenta con distintos niveles de lectura y se puede disfrutar exclusivamente como una obra de entretenimiento, una historia que navega por los géneros con una fluidez pausada. De este modo, la historia que inicialmente parece planteada como una historia costumbrista -y ombliguista- propia de cualquier película de Woody Allen acaba tras un fundido en negro transformada en un rendido homenaje al cine clásico de suspense y a su máximo referente Alfred Hitchcock tocando algunos de sus temas clásicos como el del “voyeur” o el “falso culpable” con homenajes a películas como “La Ventana Indiscreta”, “Con la muerte en los talones” o “Falso Culpable”.
Jason es un maestro a la hora de mantener constantemente la atención del lector yendo un paso por delante de él mediante una estructurada composición de página, compensando la rigidez de sus inexpresivos y fríos personajes “naif” con constantes cambios de perspectivas dentro un plano intermedio que rara vez rompe y la concatenación de viñetas en las que apenas presenta cambios significativos de un modo que le entronca con autores clásicos de la línea clara como Hergé.
En definitiva, “¿Por qué haces esto?” es un pequeño gran cómic del que disfrutar pausadamente, un cómic que admite tantas interpretaciones y respuestas a la pregunta planteadas como lecturas realice cada lector sin renunciar por ello al mero y sano entretenimiento de la lectura de género. Pocos autores son capaces de otorgar tanta profundidad de registros a sus historias con tan escasos medios como este noruego en la que fue su primera obra a color, junto a Hubert, en una colaboración que se ha mantenido a lo largo de obras posteriores. Yo no me la perdería.
martes, 22 de junio de 2010
“Notas al pie de Gaza”, de Joe Sacco.
lunes, 21 de junio de 2010
España ganó a Honduras…
“Kick-Ass: listo para machacar”, de Matthew Vaughn.
No se vosotros pero yo cuando repaso la cartelera cinematográfica de las últimas semanas se me cae el alma a los pies ante los peliculones que nos proponen. Con propuestas patrias tan atractivas como “Campamento Flipy” o “La venganza de Ira Vamp” y blockbusters yanquis tan intercambiables como olvidables unido al exagerado precio de las entradas no me extraña que el medio esté en crisis galopante y seamos cuatro gatos los que todavía nos acerquemos a las salas. Tras muchas cabalas y dejar pasar un poco de tiempo me acerqué el viernes a ver “Kick-Ass: listo para machacar”.
Supongo que a estas alturas ya todos estáiss al tanto sobre de qué va “Kick-Ass”. Una historia molona y comercial ideada por el astuto Millar que logró colocar a Matthew Vaughn para su adaptación al cine incluso antes de haber empezado a publicar el cómic. El cómic ofrecía una lectura entretenida y tramposilla marca de la casa, con excelente dibujo de John Romita Jr., no apta para todas las sensibilidades sobre un típico adolescente freak de nuestro tiempo que decide ponerse un traje de buzo y dedicarse a combatir el crimen lo que le acaba convirtiendo en un fenómeno mediático y el objetivo de un jefe del hampa de Nueva York.
Argumentalmente, la película empieza mostrándose respetuosa con la esencia del cómic que adapta, aunque suavice buena parte de la mala baba y la casquería del mismo y se muestre excesivamente correcta y autoindulgente para mi gusto con lo que algunas de las gracietas tontorronas de Millar se pierden bajo la revisión censora de un Vaughn que no muestra demasiado entusiasmo en el desarrollo de una historia que va de más a menos y resulta más desdibujada conforme se aleja del original viñetero hasta que cualquier atisbo de realismo que quisieran insuflar los actores acaba reducido a la mera parodia. Vaughn no da con el ritmo adecuado a una historia que avanza a trompicones hacia un “happy end” tonteras que traiciona el del cómic, abusando en exceso del guiño facilón con el público poco exigente al que está dirigida.
En cuanto al reparto, el protagonista Aaron Johnson (¿Es el clon de “Harry Potter”?) no me ha acabado de convencer aun cuando buena parte de su actuación cuenta con el apoyo de un narrador que va guiando la acción brillando más la presencia de los veteranos Mark Strong y Nicolas Cage (efectivamente, los veteranos del blog, ya habréis adivinado que la presencia de Nick fue la que me llevó a ver esta peli) que dan rienda suelta a todo su histrionismo en los papeles con los que les ha tocado lidiar y un jovencito Christopher Mintz-Plasse que clava su papel de villano adolescente.
En definitiva, “Kick Ass: listo para machacar” es un producto tan olvidable como el resto de los que pueblan la cartelera estos días pero que, si sois aficionados a los cómics de superhéroes, el humor bufo o a Nicolas Cage seguramente no deberíais dejar pasar. Advertidos quedáis.
Más sobre el cómic de “Kick-Ass” en El lector impaciente, aquí.
Rik Levins (1950-2010)
D.E.P.
domingo, 20 de junio de 2010
“El manuscrito de San Florián”, de Jorge Díaz-Leza y María Jesús Leza.
El querer dedicarse hoy en día a eso de escribir historias tal y como están las cosas tiene un punto de locura pero, más allá de la pose de muchos que se dicen escritores sin haber publicado una triste línea, hay que tener la perseverancia –o la cabezonería, más bien- de perseguir los sueños hasta lograr ver editado una primera obra para que, finalmente, sean los lectores quienes decidan. Locura, cabezonería y fe en sí mismo precisamente no es lo que le ha faltado a Jorge Díaz -Leza para ver por fin publicada su primera novela, “El Manuscrito de San Florián”, escrita a cuatro manos junto a su madre, María Jesús Leza (curiosa combinación esta de madre e hijo que supongo ayudará a suavizar las tensiones y los egos que la colaboración en la redacción de una novela conlleva).
En “El manuscrito de San Florián” la joven Silvia se ve inmersa a su regreso a su tranquilo pueblo burgalés tras unos años en el extranjero en una misteriosa conspiración para evitar que la traducción del manuscrito de la crónica de la princesa Astrid llegué a publicarse. En medio de romerías, amores juveniles, hallazgos arqueológicos y manifestaciones ecologistas, Silvia , ayudada por sus amigos, hará frente a las oscuras fuerzas que atentaron contra la vida de su tío, Don Pío, y que están dispuestos a acabar con la suya si no anda espabilada.
Más allá de la amistad que me une a uno de los autores de esta novela de intriga –no me pidáis objetividad porque si suelo carecer de ella en este caso ando más falto todavía- he de decir que he disfrutado enormemente de “El manuscrito de San Florián”, una novela ágil, de estructura sencilla y sin más pretensión que asegurar el entretenimiento del lector sin caer en los trucos típicos del oficio del novelista resabiado, siendo una obra especialmente dirigida a un público juvenil de
En definitiva, las doscientas páginas de “El manuscrito de San Florián” son una lectura ideal para entretenerse y disfrutar con una intriga de misterio histórico con protagonistas juveniles exenta de las trampas y gazmoñería de títulos tan reconocidos como las novelas de Dan Brown o los harripotteres de la Rowling. Si le dais una oportunidad, creo que no os defraudará.
Para leer algunos extractos de la novela y sobre sus autores podéis pinchar aquí.