Es curioso como en estos tiempos virtuales, los que escribimos y comentamos sobre tebeos hablamos, por extensión y quizás en exceso, de autores (los buenos) y editores (los malos), olvidándonos de la tercera pata del taburete de la producción de cómics, paradójicamente, con la que todos los aficionados de a pie tenemos un contacto más cercano, los libreros, pieza todavía importante de la divulgación y comercialización de las obras a las que parece los demás sectores del mundillo tebeístico prefieren obviar cuando sus problemas sean de los más urgentes en esta industria raquítica del tebeo teniendo que bregar no solo con proveedores, sino con distribuidores que hacen y deshacen, y unos clientes en retirada que encuentran en Internet la materia prima y los puntos de encuentro que antes las librerías proporcionaban gratis.
Buena culpa de este ostracismo progresivo de los libreros quizás haya que achacárselo también a ellos mismos que en muchas ocasiones no dispensan el buen trato que los clientes agradecen aunque a la corta suele ser lo que decante elegir una librería antes que otra. En ocasiones, ese buen trato no se produce porque los libreros son humanos y pueden levantarse con el pie torcido como todos, en otras porque son meros empleados eventuales que no le gustan lo que venden y por su raquítico jornal y sus muchas horas de trabajo no tienen tiempo ni ganas para estar a la última aguantando a unos aficionados pesados cada vez más informados; o, sencillamente, gracias a su éxito comercial dejaron de lado su ilusión inicial por los cómics (no creo que nadie ponga una librería de tebeos y no le gusten los tebeos) para tratar estos como fría mercancía y a los clientes como pardillos a los que solo dedicar el tiempo que precisa el automático de la caja registradora.
Personalizando en un caso concreto, no he apreciado que ninguna de esas condiciones negativas, se haya dado en Enigma Cómics, la antigua Astro City madrileña, librería que frecuento desde hace años y en la que siempre han entendido que al cliente, al aficionado, hay que cuidarle. Primero, con importantes descuentos que atraían al personal; y segundo, con el conocimiento sobre cómics y buen rollo personal con los que Luis y Felipe, los empleados de la antigua Astro City y propietarios desde hace dos años de Enigma Cómics, tratan a cualquiera que entre en la librería, convirtiéndose esta por ello en punto de encuentro de clientes, aficionados, blogueros (como este, este o yo mismo) y autores desde hace años.
En estos momentos económicamente complicados para todos y en los que quién más quién menos cuida mucho lo que compra los grandes perjudicados son las pequeñas librerías como Enigma Cómics. Sin embargo, inasequibles al desaliento, Felipe y Luis ofertan tebeos con descuentos de hasta el veinte por ciento pintando la cara a la crisis. No dejemos de apoyar a los libreros que no entienden su trabajo solo como profesión sino también como vocación y proyecto vital porque personas como Felipe y Luis son la argamasa del mundillo y la primera línea de batalla en la divulgación del cómic y el desarrollo de la industria. No ayudemos entre todos en convertirlos en carne de cañón y pásate –vuelve- por la tienda. Allí nos vemos.
Enigma Comics C/ Espartinas nº 8, 28001. Madrid. Y todavía tienen tlf. para hacer todas las reservas que se te antojen: 91.435.61.21.
Buena culpa de este ostracismo progresivo de los libreros quizás haya que achacárselo también a ellos mismos que en muchas ocasiones no dispensan el buen trato que los clientes agradecen aunque a la corta suele ser lo que decante elegir una librería antes que otra. En ocasiones, ese buen trato no se produce porque los libreros son humanos y pueden levantarse con el pie torcido como todos, en otras porque son meros empleados eventuales que no le gustan lo que venden y por su raquítico jornal y sus muchas horas de trabajo no tienen tiempo ni ganas para estar a la última aguantando a unos aficionados pesados cada vez más informados; o, sencillamente, gracias a su éxito comercial dejaron de lado su ilusión inicial por los cómics (no creo que nadie ponga una librería de tebeos y no le gusten los tebeos) para tratar estos como fría mercancía y a los clientes como pardillos a los que solo dedicar el tiempo que precisa el automático de la caja registradora.
Personalizando en un caso concreto, no he apreciado que ninguna de esas condiciones negativas, se haya dado en Enigma Cómics, la antigua Astro City madrileña, librería que frecuento desde hace años y en la que siempre han entendido que al cliente, al aficionado, hay que cuidarle. Primero, con importantes descuentos que atraían al personal; y segundo, con el conocimiento sobre cómics y buen rollo personal con los que Luis y Felipe, los empleados de la antigua Astro City y propietarios desde hace dos años de Enigma Cómics, tratan a cualquiera que entre en la librería, convirtiéndose esta por ello en punto de encuentro de clientes, aficionados, blogueros (como este, este o yo mismo) y autores desde hace años.
En estos momentos económicamente complicados para todos y en los que quién más quién menos cuida mucho lo que compra los grandes perjudicados son las pequeñas librerías como Enigma Cómics. Sin embargo, inasequibles al desaliento, Felipe y Luis ofertan tebeos con descuentos de hasta el veinte por ciento pintando la cara a la crisis. No dejemos de apoyar a los libreros que no entienden su trabajo solo como profesión sino también como vocación y proyecto vital porque personas como Felipe y Luis son la argamasa del mundillo y la primera línea de batalla en la divulgación del cómic y el desarrollo de la industria. No ayudemos entre todos en convertirlos en carne de cañón y pásate –vuelve- por la tienda. Allí nos vemos.
Enigma Comics C/ Espartinas nº 8, 28001. Madrid. Y todavía tienen tlf. para hacer todas las reservas que se te antojen: 91.435.61.21.