martes, 12 de febrero de 2013

“Cable: El Hombre que vino del futuro”, de James Robinson, José Omar Ladronn, Joe Casey y otros.




Hace unos meses, Panini inició en el formato jibarizado Extra Superhéroes la reedición de la serie “Cable”  recuperando la mejores etapa de las aventuras en solitario del hijo futuro de Scott Summers y Madeleyne Pryor dibujada por el mexicano Jose Ladronn, un meritorio trabajo que en su momento pasó desapercibido para la mayoría –yo incluido- al publicarse en una colección secundaria dentro de la hipertrofiada línea mutante en la confusión de la década de los noventa en la que la cantidad superó con creces a la calidad. Y, sin embargo, asumiendo su carácter de obra meramente de entretenimiento los números  que se recogen en este volumen - 48 al 58 de la serie original más el “Cable Minus” -  no dejan de resultar una lectura entretenida y adictiva.

Cable, un  aguerrido mutante de un  futuro oscuro y lejano se ha trasladado en el tiempo a nuestra época  para intentar evitar que su archienemigo el todopoderoso Apocalipsis se convierta en el señor del futuro. En sus dimes y diretes con este, Cable se las verá con los miembros del Club Fuego Infernal que intentan averiguar el paradero del aletargado Apocalipsis para intentar dominar su enorme poder y viajará por el mundo enfrentándose a villanos de tan distinto pelaje como Klaw, Rama Tut o Barricada.

Reconozco  mis recelos de siempre hacia este personaje –y otros surgidos en el crepúsculo de la fértil y larga etapa Claremont al frente de los mutantes de Marvel-, que me llevaron a mantenerme alejado de su colección en su momento. Y es que el hipertrofiado concepto mesiánico directamente emparentado con las películas de “Terminator” del que surge Cable en su momento fue difícil de aceptar para mi cansada mente tras las continuas y cada vez más desconcertantes huidas hacia delante de Claremont. Y, sin embargo, leídos estos números en la actualidad, hay que reconocerle el mérito a James Robinson y Joe Casey al salir del encasillamiento, evitando caer en la épica hueca claremontiana para construir historias superentretenidas alejadas de las tramas mutantes del momento y directamente con el espíritu Marvel de los ochenta, sacando partido al enorme potencial del personaje con inteligencia potenciando la acción y el ritmo vertiginoso de las aventuras sin respiro del protagonista sobre el constante y siempre aplazado tema de su enfrentamiento con su archienemigo Apocalipsis al tiempo que iban renovando  progresivamente el elenco de secundarios que permitían ofrecer un perfil más “humano” y vulnerable del personaje frente al inaccesible y aburrido Cable de sus orígenes.

Sin embargo, si estos números frescos y ágiles han resistido tan bien el paso de los años es sin duda por el fantástico trabajo gráfico del mexicano Jose Ladronn que en la mejor estela kirbiana brilla con luz propia a partir de unos guiones ideales para su lucimiento. La habilidad de Ladronn para clonarse con The King es impresionante y no pasó desapercibido a un Joe Casey que no se corta en referenciar algunas de las aventuras de Cable en localizaciones tan kirbianas como Wakanda o el Egipto faraónico en aventuras de transición entre los dos grandes arcos argumentales dibujados por Ladronn, “La Caza del Fuego Infernal” y “El Contrato Némesis”, que es de esperar disfrutaremos en un segundo volumen.

En fin, el trabajo de Ladronn es altamente recomendable solo mermado por la edición jibarizada por la que ha optado reeditarlo Panini y la labor de Robinson y Casey impecable a la hora de revitalizar un personaje lleno de posibilidades. Un impecable tebeo de superhéroes que no busca más que entretener y, además, lo consigue.