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La historia se centra en la actualización del enfrentamiento entre San Jorge, patrón de la ciudad, y el Dragón, personificada en Batman y Killer Croc pero, en realidad, esta no es más que una excusa para promocionar lugares con encanto de Barcelona (preciosa ciudad, por cierto). Mark Waid, lejos de ofrecernos uno de esos entretenidos cómics de DC que tan bien le salen (léanse los “Universo DC: Flash” para verle en plena forma) realiza aquí un trabajo simplón, en el que tira de oficio para construir una historia plana, tópica y aburrida a más no poder, sin sacar ningún partido al conocimiento que Diego Olmos tiene de la ciudad y ofreciendo una versión de Batman y Croc roma y carente de toda gracia indigna de un autor que atesora un enorme conocimiento de los personajes DC.
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En el aspecto gráfico, al prometedor Diego Olmos se le nota que no domina demasiado el género superheroico y que realiza un trabajo de encargo que no le atrae demasiado. El estilo de Olmos no me parece el más idóneo para dibujar superhéroes resultando muchas de sus viñetas espectaculares, cierto, pero la narración en exceso rígida y las figuras faltas de dinamismo. Olmos se limita, pues, a cumplir con el encargo con profesionalidad y ofrecer unas hermosas postales típicas de la Ciudad Condal que se ven demasiado a menudo estropeadas por extras sonrientes ante la presencia de Batman que quitan cualquier asomo de realismo que se le quisiera insuflar al tebeo.
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En fin, un cómic completamente prescindible y olvidable del que no tengo demasiadas más cosas que decir y que estoy empezando a sospechar que fue el causante de mi gastroenteritis.
Por otro lado, sí me gustaría añadir que con iniciativas como esta creo que se le hace un flaco favor a la industria del cómic, ya que todo el revuelo montado por Planeta con esta historia muy bien podría haberse dedicado a promocionar obras que por su calidad mereciesen realmente la pena. El aficionado al cómic y el lector ocasional al que parece querer captar esta iniciativa no es tonto y si se le quiere fidelizar debe hacerse a través de obras de calidad y no estrategias publicitarias que sólo busquen el lucro rápido. Esto es pan para hoy y hambre para mañana. Pero, bueno, maestros tiene la Iglesia y yo sólo un lector…