Ríos de tinta y justa cólera
ofendida han corrido por todos los mundillos virtuales relacionados con el
Cómic y aledaños ante la terriblemente ofensiva definición que de manga quieren
incluir los doctos académicos de la Real Academía Española (RAE) en el Diccionario de la Lengua
Española (DLE). Los expertos han declarado la yihad y la masa de otaku alegremente se ha
lanzado a sangre y fuego a defender su fé denigrando el DLE.
Antes de que todos y todas
como señal de protesta cancelemos a una nuestras suscripciones a las actualizaciones
del añejo diccionario, hagamos unas reflexiones sobre la discutida definición
en cuestión. Hela aquí:
manga3.
(Del jap. manga).
1. m. Género de cómic de
origen japonés, de dibujos sencillos, en el que predominan los argumentos eróticos,
violentos y fantásticos.
2. adj. Perteneciente o
relativo al manga. Videos, estética manga.
Los idiomas están en
constante evolución y cambio y los diccionarios semánticos intentan la
imposible, pero seguramente necesaria, tarea de atrapar el mar del idioma en
cuestión en una botella incorporando los neologismos de todo tipo y los nuevos
significados de las palabras ya registradas. Generalmente, por una cuestión de
extensión, las entradas son básicas y generales con lo que para intentar
investigar en profundidad sobre cualquier tema habría que acudir a trabajos más
especializados ya que las del DLE son definiciones mínimas y no enciclopedícas.
A pesar de ello, es
comprensible que se haya montado todo este revuelo porque la primera acepción
de manga es enormemente desafortunada ya que si los expertos y estudiosos del
cómic ni siquiera se ponen de acuerdo en que el manga sea un género dentro del
cómic (yo creo que no) de la primera acepción
es la segunda parte de la definición, más subjetiva, donde los redactores
(¿académicos de la lengua?¿investigadores?¿becarios?) se han columpiado más y
muestran escaso conocimiento de la materia para poder definirla.
Y es que hay mangas de
dibujos sencillos claro que sí, y probablemente sean la mayoría, pero también
los hay enormemente elaborados, detallados y complejos como por ejemplo los de
Suehiro Maruo, Masamune Shirow o Goseki Kojima por nombrar tres a bote pronto
que son solo la punta del iceberg.
Lo más hiriente, sin
embargo, quizás sea lo de predominio de los argumentos eróticos, violentos o
fantásticos, porque si algo caracteriza al manga es su diversidad temática que
le ha permitido acometer todo tipo de historia y géneros (porque precisamente
el manga tiene hasta géneros y no queremos caer en una tautología, ¿no, señores
académicos, investigadores o becarios de la lengua?). La obra de Taniguchi, por
ejemplo, difícilmente encajaría en alguna de esas categorías, por poner un
ejemplo.
Está claro que los
investigadores de la RAE no se han informado lo suficiente sobre la diversidad,
amplitud y complejidad del manga. Y es que
aun reconociendo la parte menos discutible de la definición –cómic de
origen japonés- esta dejaría fuera de la definición a todos esos mangas
realizados por autores de otras nacionalidades como las cada vez más
reconocidos mangakas españoles. Y es que todo el cómic japonés es manga pero no
todo el manga es de procedencia japonesa.
En fin, un tema realmente
peliagudo que ha de ser motivo de reflexión de los responsables de la RAE a los que
corresponda para proporcionar lo antes posible una definición más exacta del término. Sin embargo, antes de
entrar en críticas furibundas las editoriales y aficionados deberían hacer su
propia autocrítica respecto a la imagen que se está dando del manga más allá del
mundillo del cómic en España. Y es que difícilmente se va a convencer a nadie
qué el manga es algo más que cómic de origen japonés, de dibujos sencillos,
en el que predominan los argumentos eróticos, violentos y fantásticos si en los
eventos del medio es lo que se promociona mediante todo tipo de actividades,
desde publicidad a concursos de disfraces, no dejan de alimentar esa idea errónea.
Solo mediante el diálogo, el
estudio y la divulgación frente a la cerrazón de unos y otros el manga
dispondrá de una definición más correcta algún día en el DLE si algún despistado todavía hoy en día no sabe lo
que es. La mayoría creo que lo tenemos claro y no necesitamos recurrir al DLE precisamente para que nos lo explique ¿no?