Lo que a
más de uno se nos hacía necesario desde hace tiempo para evitar la constante decadencia de esta
estupenda serie ya se ha anunciado, su conclusión en el número 150 de la serie regular. Precisamente por ello, es de esperar que sus creadores Mark Buckingham y Bill Willingham hayan dispuesto un
desenlace digno para una serie tan emblemática. Y, de hecho, así parecía tras el magnífico
arco argumental anterior, “Cachorros en la tierra de los juguetes” que volvió a renovar mi interés por esta serie. Sin embargo
"Blanca Nieves", la última entrega de momento publicada por ECC que recoge los números 122 a 129 de la serie regular me ha despertado bastantes dudas al respecto.
Tras una aventura protagonizada por Feroz que
sirve para presentar a una nueva fábula que no es otra que la famosa
Dama del Lago y de prólogo al arco argumental principal en el que Willingham narra a las peripecias de Blanca Nieves y Feroz
mientras sus dos hijos andaban desaparecidos. Mientras, Feroz inicia su búsqueda recorriendo los infinitos mundos de las fábulas en un deportivo mágico, una preocupada Blanca Nieves se
queda en Villa Fábula esperando su regreso. Sin embargo, lo que no se podía
esperar es que Brandish resulta ser su
primer marido quién armado con una poderosa espada mágica pretende vengarse. También finaliza en un episodio de mero relleno as aventuras del mono Bufkin en las Tierras de Oz.
No se puede decir que este
arco no resulte entretenido ya que las situaciones rocambolescas se suceden y
se nota el afán de Willingham por agradar a los seguidores de la serie y ofrecer nuevas situaciones de
conflicto a sus personajes fetiche. Sin embargo, es tanto el desgaste de la
serie tras tantos números que todas esas nuevas situaciones no dejar de
resultar forzadas y los personajes a pesar de los esfuerzos del
guionista agotados.
De este modo, el guionista vuelve a sacarse de la manga
un nuevo marido de Blanca Nieves al que el papel de villano le viene un poco
grande. Lo que tampoco es innegable es
que la serie tiene detalles todavía de calidad e inteligencia que hay que saber
apreciar como la subversión de los roles propios de los cuentos de hadas que
resulta por otro lado tan característico de la serie en el clímax del arco presentando en esta ocasión al príncipe como el villano maltratador al que la bestia feroz y la princesa maltratada han de parar los pies.
Por otro lado, el desarrollo
temporal de este arco que se supone corre en paralelo con el anterior no deja
de resultar confuso y solo al final se aclara. En mi opinión, hubiera aportado
claridad a la historia si los dos arcos se hubieran publicado al revés a cómo
lo han hecho, salvo claro que los autores nos tengan alguna sorpresa
guardada que lo justifique.
Además, la estirada historia de Bufkin no aporta nada al hilo principal de la serie y su única justificación parece consistir en finiquitar
este personaje dentro de la serie y ofrecer un vehículo al lucimiento de Shawn McManus, por un lado, y permitir a Buckingham tener menos páginas que dibujar..
En el aspecto gráfico, Gene
Ha en los dos números que dibuja realiza un estupendo trabajo dando un aire
distinto y más enérgico a los personajes que es de agradecer frente al que nos ha acostumbrado el bueno de Buckingham quién
como siempre en el arco principal de la serie deja muestras de su talento
aunque su dibujo se haya vuelto un tanto más descuidado de lo que fuese en los
inicios de la serie y en mi opinión acusa cierto hartazgo. Con todo, se nota que Willingham le cuida y procura su
lucimiento especialmente en esta ocasión planificando larguísimos y aburridísimos duelos que
en mi opinión acaban lastrando demasiado la historia. En cambio, Shawn McManus realiza con
las aventuras de Bufkin un estupendo trabajo gráifco a la altura de su calidad aunque no vaya acompañado por un guión a la altura. El que sigue creciendo también con cada nueva portada es el brasileño Joao Rúas que incluso por momentos logra hacernos olvidar a James Jean.
En fin, esperemos que en los
veinte números que quedan el equipo creativo dé el dó de pecho para dotar a la
serie del fin que todos esperamos porque de momento dan una de cal por una de arena.