viernes, 27 de septiembre de 2013

“Lot 13: Terreno Maldito”, de Glenn Fabry y Steve Niles.




El guionista Steve Niles se hizo un nombre con “30 días de noche” y desde entonces ha continuado con desigual fortuna recorriendo los trillados senderos del Terror. ECC Ediciones publicó hace pocos meses su penúltima obra, “Lot 13: Terreno Maldito”, una miniserie de cinco números editada por el sello DC Entertaiment en que nos ofrece una horripilante historia de fantasmas y condenados.

La familia Waytt está muy contenta porque por fin han podido hacerse con una casa en propiedad en el condado de Fairfax. Sin embargo, cuando llegan a su nuevo hogar, descubren que la casa todavía no está acondicionada. Cuando ya desesperan, los Waytt encuentran alojamiento para una noche en un bloque de apartamentos sin sospechar que están a punto de vivir la noche más escalofriante de sus vidas en territorio maldito.

Niles construye una tópica historia de casas encantadas, fantasmas y espantajos condenados de esas que nunca fallan a unos incondicionales del género que no harán demasiado caso de la trama llena de agujeros y la pobre resolución ante un planteamiento que no por tópico podía despertar en principio alguna esperanza de entretenimiento y que, conforme se avanza en la lectura, se comprueba como va descomponiéndose más rápido que alguno de los espantajos que pueblan sus páginas.

Y es que a la indolencia de la historia de Niles solo la salva el buen hacer gráfico de un Glenn Fabry que se luce en el desarrollo de la historia y la plasmación de los diversos fantasmas y zombis que pueblan las páginas del tebeo. Fabry realiza una buena labor merced a su cuuidado dibujo realista que sin embargo se ve continuamente lastrada por la endeblez del guión de Niles.

En fin, Niles en “Lot 13: Terreno Maldito para mí no hace más que demostrar que su fama de buen guionista es más que inmerecida y sigue viviendo de las glorías pasadas en una historia tópica que solo agradará a sus incondicionales y me temo irritará a todos aquellos que les gusten los buenos cómics de terror. Una lástima que el dibujo de Fabry no luzca con una historia a la altura.