“Tierras de Sombra” es un nuevo título que Planeta añade este mes a su catálogo de cómic europeo que deja en evidencia todas las ventajas y desventajas de la reducción de tamaño en el formato. Si por un lado, estamos ante un tomo que reúne los tres álbumes que componen la obra completa a un precio competitivo, la reducción de tamaño añadido a la atmósfera sombría de la obra y la proliferación de tonos oscuros en el dibujo de Springer junto a unos bocadillos minúsculos hacen que la lectura en ocasiones se vuelva complicada de seguir. Si vale la pena sacrificar calidad de reproducción por cantidad de lectura es algo que depende ya de cada uno pero, por si les ayuda a decidirse, les voy contando algo sobre el tebeo.
En el Imperio se viven tiempos convulsos debido a la guerra abierta con el reino de Zynski, aunque eso no significa que a Miecq y a Lida, su socio-mascota, les vaya necesariamente mal rapiñando y saqueando convoyes y a soldados despistados. Cuando los dos amigos se introducen en la fastuosa capital imperial de Suy Tramhall a vender su botín no pueden imaginarse que van a toparse de bruces con una conspiración para acabar con el Imperio desde dentro de su capital. Y es que el rey de Zynski ha llegado a un pacto con la mortífera hechicera Abishag, quién a cambio de entregarle la ciudad y el imperio recibirá el contenido de un misterioso sarcófago que se encuentra en sus tierras. ¿Quién ganará la guerra entre Zynski y el Imperio?¿Sobrevivirán Miecq y Lida a la aventura?¿Qué esconde el sarcófago que tanto añora Abishag? Tendrán que leerse el tebeo para enterarse.
Voluntarioso y entretenido tebeo de espada y brujería el que se recopila en este volumen en el que los autores, a base de préstamos de obras mayores, se esfuerzan por lograr un resultado original que agrade al lector. De este modo, nos encontramos con un dúo protagonista formado por dos bandidos sin escrúpulos que disfrutan con su condición proscrita formado por Miecq y el anfibio Lida que se encuentran a medio camino entre los archiconocidos Han Solo y Cheewaaka de la Guerra de las Galaxias y los personajes de las novelas de Fritz Leiber protagonizadas por Fafhrd y El Ratonero Gris. Precisamente son esa serie de novelas el referente principal manejado por Gibelin en una obra a la que le hubiera venido bien una mejor caracterización de los protagonistas y cuyo desarrollo resulta un tanto confuso, no aclarándose prácticamente hasta la última página toda la trama en un intento probablemente por parte de los autores de mantener intacto el interés del lector hasta el final escapando de la tendencia del género a producir obras clónicas y predecibles, pero que desubica al lector al negarle las necesarias referencias precisas para dotar de coherencia a la lectura.
El apartado gráfico resulta el más atractivo de la obra, con un más que correcto Benoît Spriger al que ya conocimos por aquí gracias a la publicación de “Volunteer” hace unos años también por Planeta, un dibujante que dota a la obra de una atmósfera lúgubre y terrorífica interesante, muy lovecraftiana, con abundancia de personajes reptilescos y fantásticos. Sin embargo, Springer no es capaz de diferenciar bien esos personajes entre sí, quedando en ocasiones en evidencia un tebeo en el que no queda demasiado claro a quién le pasa según qué cosa., lo que hace de la lectura en ocasiones una experiencia un tanto farragosa aunque no toda la culpa de ello le corresponda al dibujante ya que la reducción de la edición de Planeta le hace un flaco favor a su acabado dibujo y aumenta esa sensación de confusión.
En definitiva, “Tierras de Sombra” es un tebeo que gustará a los aficionados a la fantasía heroica sorprendiendo a más de uno con un final que escapa del tópico habitual aun cuando su narración un tanto forzada y lo enrevesado de su presentación puede llevar a desistir a aquellos que prefieran propuestas más convencionales. Ustedes deciden.
En el Imperio se viven tiempos convulsos debido a la guerra abierta con el reino de Zynski, aunque eso no significa que a Miecq y a Lida, su socio-mascota, les vaya necesariamente mal rapiñando y saqueando convoyes y a soldados despistados. Cuando los dos amigos se introducen en la fastuosa capital imperial de Suy Tramhall a vender su botín no pueden imaginarse que van a toparse de bruces con una conspiración para acabar con el Imperio desde dentro de su capital. Y es que el rey de Zynski ha llegado a un pacto con la mortífera hechicera Abishag, quién a cambio de entregarle la ciudad y el imperio recibirá el contenido de un misterioso sarcófago que se encuentra en sus tierras. ¿Quién ganará la guerra entre Zynski y el Imperio?¿Sobrevivirán Miecq y Lida a la aventura?¿Qué esconde el sarcófago que tanto añora Abishag? Tendrán que leerse el tebeo para enterarse.
Voluntarioso y entretenido tebeo de espada y brujería el que se recopila en este volumen en el que los autores, a base de préstamos de obras mayores, se esfuerzan por lograr un resultado original que agrade al lector. De este modo, nos encontramos con un dúo protagonista formado por dos bandidos sin escrúpulos que disfrutan con su condición proscrita formado por Miecq y el anfibio Lida que se encuentran a medio camino entre los archiconocidos Han Solo y Cheewaaka de la Guerra de las Galaxias y los personajes de las novelas de Fritz Leiber protagonizadas por Fafhrd y El Ratonero Gris. Precisamente son esa serie de novelas el referente principal manejado por Gibelin en una obra a la que le hubiera venido bien una mejor caracterización de los protagonistas y cuyo desarrollo resulta un tanto confuso, no aclarándose prácticamente hasta la última página toda la trama en un intento probablemente por parte de los autores de mantener intacto el interés del lector hasta el final escapando de la tendencia del género a producir obras clónicas y predecibles, pero que desubica al lector al negarle las necesarias referencias precisas para dotar de coherencia a la lectura.
El apartado gráfico resulta el más atractivo de la obra, con un más que correcto Benoît Spriger al que ya conocimos por aquí gracias a la publicación de “Volunteer” hace unos años también por Planeta, un dibujante que dota a la obra de una atmósfera lúgubre y terrorífica interesante, muy lovecraftiana, con abundancia de personajes reptilescos y fantásticos. Sin embargo, Springer no es capaz de diferenciar bien esos personajes entre sí, quedando en ocasiones en evidencia un tebeo en el que no queda demasiado claro a quién le pasa según qué cosa., lo que hace de la lectura en ocasiones una experiencia un tanto farragosa aunque no toda la culpa de ello le corresponda al dibujante ya que la reducción de la edición de Planeta le hace un flaco favor a su acabado dibujo y aumenta esa sensación de confusión.
En definitiva, “Tierras de Sombra” es un tebeo que gustará a los aficionados a la fantasía heroica sorprendiendo a más de uno con un final que escapa del tópico habitual aun cuando su narración un tanto forzada y lo enrevesado de su presentación puede llevar a desistir a aquellos que prefieran propuestas más convencionales. Ustedes deciden.