

“Western” narra la historia de Nat Chissum, un joven buscavidas que por azares de la vida acaba perdiendo a su hermano y una mano en un timo que no salió como habían planeado. Pasados los años y, convertido a pesar de su minusvalía y tras muchas penalidades, en un competente pistolero Nat volverá a intentar repetir la jugada que marcó su infancia sin tener en cuenta que no suele ser buena idea tentar al destino por segunda vez si se quiere conservar la vida.

Van Hamme escribe uno de sus más sólidos guiones en este álbum autoconclusivo en el que plantea en tono de western crepuscular una historia de timadores y reveses de la fortuna en la que la desgracia y la mala suerte persiguen una y otra vez a sus protagonistas. A través de la entretenida historia, estructurada en varios capítulos, el belga repasa las convenciones del género en una historia que si bien no es del todo original destaca por la acertada caracterización de los personajes y la habilidad con que el belga desarrolla la trama para mantenerse siempre un paso por delante del lector logrando mantener el interés por la historia hasta el final.

En el apartado gráfico, estamos ante uno de los mejores trabajos de Rosinski con un fantástico tratamiento en acuarela que le permite captar en toda su belleza las grandes extensiones del Oeste, dando con la tonalidad justa para cada uno de los encuadres y situaciones. Sin embargo, a diferencia de sus últimos “Thorgal”, la búsqueda del preciosismo no está reñida con la fluidez narrativa y el álbum se desarrolla correctamente, complementándose perfectamente con la labor del guionista a la hora de ir contando la historia a cuatro manos.
