En este mundo de los cómics
actualmente no se puede dar nunca una serie por cerrada. Más si cabe, si fue un éxito
entre el público y crítica como “100 Balas” de Brian Azzarello y Eduardo Risso. Por eso no creo que a nadie haya extrañado la aparición de
"100 Balas: Hermano Lono" , una nueva serie limitada que a modo
de spin off muestra el destino de uno de los personajes más carismáticos de la
serie principal, el mortífero Lono, ampliando el universo negro de los autores. Lo que sí cabía preguntarse más allá de su justificación es acerca de la calidad de la serie y en ese sentido podemos estar más que satisfechos pues Azzarello y Risso se muestran en plena forma.
En la ciudad mexicana de
Durango, el cartel de las Torres Gemelas controla la producción de droga y la
ciudad sustentado en un sanguinario reino del terror del que solo parece salvarse el orfanato del
Padre Manuel en el que ha encontrado un Lono que intenta huir del pasado y del
hombre que fue abrazando la religión, aun cuando por las noches se encierre en
la prisión local para no dar rienda suelta a sus instintos. Sin embargo, la
aparición de una atractiva monja de incierto pasado y la presión del Cartel que
reclama las tierras del orfanato para expandir su negocio con métodos de lo más
expeditivo llevarán a Lono a retomar la violencia en la que es un auténtico
especialista.
Parece ser, según se recoge
en el epílogo de la edición española de ECC Ediciones, que esta miniserie
surgió del interés de Risso por retomar el universo
oscuro y sanguinario de “100 Balas” y lo cierto es que gráficamente se nota al
dibujante motivado desarrollando una estupenda labor que potencia el aseado
guión ideado por un Azzarello al que hay que reconocerle que domina como pocos el género.
Azzarello se aleja de la agotada
trama principal de “100 Balas” para construir una historia fronteriza en la que
muestra las ambigüedades y contradicciones de los sanguinarios carteles
mexicanos de la droga en una historia que bebe de un referente constante en sus
thrillers como es Ellroy a los que enriquece para la ocasión con notas que parecen sacadas
de un especialista de ese realismo mágico narco como es Don Winslow. Azzarello
plantea todos los elementos para que un personaje tan excesivo como Lono brille sin necesidad que encajen todas las piezas que
expliquen su presencia en un orfanato mexicano tras su última aparición en “100
Balas” en una historia entretenida que gustará a los aficionados al género, en general, y los seguidores de la serie principal, en particular.
“100 Balas: Hermano Lono” es
un estupendo thriller fronterizo que hubiera funcionado igual de bien sin
necesidad de emparentarlo a una serie de éxito conclusa como “100 Balas”. Sin
embargo, la estrategia comercial manda y al menos en esta primera entrega -me da en la nariz que a poco que las ventas acompañen a esta miniserie la seguirán otras que continuarán expandiendo "100 Balas"- el equipo
creativo se muestra inspirado y motivado como para recuperar la esencia noir de
la serie original antes que se volviera excesivamente confusa, demostrando que no
se les olvidó hacer el tipo de historias negras, simples y directas de sus inicios y a las que deben su éxito. Espero que si siguen sacando este tipo de spin off en el
futuro mantengan al menos este nivel.