Mucho esperaba de “Incógnito”, la serie limitada de seis números que acaba de publicar Panini Cómics en un cuidado volumen, y es que cualquier trabajo firmado por el guionista estrella de la Marvel, Ed Brubaker, se espera como agua de mayo por los aficionados al anodino género superheroico, mas si cabe, si Brubaker hace equipo con su socio habitual, Sean Phillips, un dibujante con el que se entiende a las mil maravillas y con el que ya ha colaborado en numerosas ocasiones. Sin embargo, el regusto que me ha dejado esta obra es agridulce ya que, aun reconociendo que estamos ante una obra entretenida, por encima de la media de su género, he encontrado a faltar ese punto de originalidad y agudeza que a un guionista de la calidad de Brubaker hay siempre que demandarle. Les cuento.
Zack es un ordinario archivero en una ciudad de medio pelo, un oficinista anónimo que fantasea con su compañera de trabajo y tiene como único amigo al pesado de la oficina. Hasta aquí todo normal, sin embargo, Zack no es para nada un hombre normal. En otra época, junto a su hermano gemelo Xander, era conocido como Zack Aniquilación y era uno de los supervillanos más temidos del país. Sin embargo, tras la muerte de Xander, Zack ayudó a enchironar al jefe de los malos y renunció para siempre a vestir un pijama y usar sus poderes, acogiendo una nueva identidad a través del programa de protección de testigos. Sin embargo, Zack no es feliz con su nueva existencia y cuando descubre que todavía puede usar sus superpoderes volverá a ponerse el antifaz para sentirse vivo, sin sospechar que ese desahogo le va a poner en el punto de mira de sus antiguos compinches y de los chicos buenos. ¿Saldrá Zack con bien de esta? ¿Descubrirá su verdadera identidad?¿Héroe o villano? Tendrán que leerse el tebeo para enterarse.Brubaker y Phillips vuelven tras los seis años pasados tras la publicación de “Sleeper” a ofrecernos una nueva obra en la que indagan con inteligencia en la misma temática que ya exploraron en aquella con la principal novedad, en esta ocasión, de contar como protagonista de la historia con un supervillano, lo que en principio abría un atractivo abanico de posibilidades a explorar por ese agudo conocedor del género que es Brubaker. Sin embargo, Brubaker no es capaz después de seis años de ir más allá de esa magnífica historia que fue “Sleeper”, siendo “Incógnito” una obra acaso demasiado tributaria de aquella, ya que más allá de la etiqueta de “héroe” o “villano” estamos ante un protagonista del mismo perfil que Holden Carver, con el que comparte la misma ambigüedad moral –si el protagonista de “Sleeper” era un superhéroe que debido a su misión de incógnito debía actuar como un supervillano, en “Incognito” tenemos a un supervillano que actúa como un superhéroe- e idéntica inestabilidad psicológica, personajes que Brubaker maneja para analizar la naturaleza del enmascarado, sin llegar a conclusiones novedosas respecto a su anterior serie.
“Incógnito” se sustenta fallida su premisa más ambiciosa en el oficio de Brubaker a la hora de transponer una trama clásica del género negro que tan bien conoce – el del malo que traiciona a los suyos y se acoge a un programa de protección de testigos- en una estructura moderadamente superheroica en la que renuncia a buena parte del artificio propio del género superheroico en pos de un realismo sucio que dé más verosimilitud a sus personajes. En ese sentido, Brubaker demuestra que no ha perdido la mano construyendo un elenco de villanos trabajado e interesante, bastante mejor caracterizado que los superhéroes que aparecen en la historia, personajes estos bastante apenas esbozados y que parecen influidos por los primeros héroes de los pulps, como Doc Savage o La Sombra. Brubaker dosifica correctamente la acción y se guarda una o dos sorpresas que demuestran que no ha perdido su talento hasta llegar a un desenlace que a mí me ha resultado decepcionante, optando por un final abierto que le permitirá retomar en el futuro a los protagonistas si lo desea pero que contradice la lógica de lo explicado hasta ese momento.
En el aspecto gráfico, un Sean Phillps como siempre cumplidor mantiene el pulso narrativo de la historia, con un estilo que se ajusta como un guante al de Brubaker, aunque quizás en esta ocasión resulte acaso demasiado sobrio para una historia a la que quizás le hubiera ido mejor otro estilo de dibujante, siendo el principal atracitvo de la obra a nivel gráfico el tratamiento del color basado en una paleta de colores fríos con la que Phillps logra efectos interesante utilizando la transición cromática para dar cohesión al conjunto en la composición de la página.
En definitiva, “Incógnito” no es para nada un mal tebeo, es un tebeo que si lo hubiera realizado cualquier otro estaríamos felicitándonos Sin embargo, a Brubaker y Phillips se le exige siempre el máximo y, en esta ocasión, no está a la altura.
La edición de Panini es bastante correcta, con una buena introducción de Raúl López a la obra de Brubaker y un didáctico artículo sobre el pulp firmado por Javier Jiménez Barco y José Miguel Pallarés, contando como principal defecto –aparte de algún giro raro en la traducción- no incorporar las excelentes portadas dobles de cada uno de los episodios realizadas por Phillps.
Otras obras de Ed Brubaker y Sean Phillps en El lector impaciente:
“La escena del crimen”.
“Gotham Central”.
“Sleeper”
“Criminal”
Otras obras de Ed Brubaker en El lector impaciente:
“Prez”
“The Fall”.