Continuando con el repaso de
las miniseries de la línea “Antes de Watchmen”, publicada en España por ECC
Ediciones, toca el turno a la protagonizada por Búho Nocturno II, mi personaje
favorito de la “Watchmen” original, creada por Moore y Gibbons.
En esta miniserie de cuatro
números, JMS nos narra el origen de un Dan Dreiberg marcado por los malos
tratos sufridos por su madre en la infancia que le llevaron a buscar cobijo en
la figura de Búho Nocturno original. Tras tomar el relevo superheroico de este,
Dan inicia una carrera como superhéroe en la que pronto formará equipo con otro
justiciero nocturno Rorschach e iniciará una relación sentimental con una
pájara de cuidado, la irresistible Lady Crepúsculo, acabando los tres siguiendo
los pasos de un enloquecido y visionario asesino en serie que acabará con la
alianza entre Búho Nocturno y Rorschach hasta los acontecimientos narrados en
“Watchmen”.
Si por algo será recordada esta
miniserie dentro de unos años será por ser el último trabajo del gran Joe
Kubert, entintando los lápices de su hijo Andy en los tres primeros episodios. Más allá de este detalle, nos
encontramos ante una historia funcional y entretenida en la que JMS tira de
oficio y conocimientos del “Watchmen” original para hacer un cuidado
acercamiento a la figura del Búho Nocturno original buscando motivaciones para
su personalidad y explicando todos los detalles insinuados en la obra de Moore en torno al pasado del personaje.
De este modo, en apenas cuatro
grapas, JMS explica el origen de la amistad y posterior distanciamiento de Búho
Nocturno y Rorschach, la historia tras la foto dedicada de Lady Crepúsculo y
la devoción paternal que Dan Dreiberg sentía por el Búho Nocturno original. JMS
ata cabos en una historia cuyo único defecto en mi opinión es la escasa relevancia del protagonista que asume un rol secundario frente a Rorschach y, sobre todo la carismática Lady Crepúsculo, siendo el personaje protagonista y su historia una excusa para que JMS ofrezca su interpretación a
los misterios presentados por Moore en torno al personaje en “Watchmen”.
En el aspecto gráfico, Andy
Kubert realiza un trabajo convencional sin demasiada brillantez dando el
acabado en las tintas de los tres primeros episodios un Joe Kubert (del
cuarto ya se encargaría Bill Sienkiewicz) en los últimos estertores de su
brillantísima carrera lo que acaba repercutiendo en la calidad final del
apartado gráfico más titubeante e inseguro de lo que estamos acostumbrados en
las obras asociadas con el apellido Kubert aun cuando narrativamente la obra
esté bien desarrollada y la historia fluya a la perfección.
En fin, JMS ha sabido
rellenar los huecos de la serie original a lo largo de las tres miniseries que
ha guionizado en “Antes de Watchmen” y, más allá de lo innecesario o no de esta
línea, ha desarrollado un conjunto de historias solventes y efectivas que han
aportado su versión tras los calculados claroscuros planteados por Moore y
Gibbons.