Como afortunadamente por fin
se está empezando a descubrir en España esa maravilla de Clowes que es “El Rayo Mortal”,
cuya publicación ya reivindiqué por aquí, me apetece destacar hoy la que para
mí gusto es la obra que mejor permite iniciarse en su rico universo, compendio
en fondo y forma de su manera de entender el cómic. Me estoy refiriendo a “Ice
Haven”, publicado afortunadamente hace ya unos años en España por Random House Mondadori.
La pequeña localidad de Ice
Haven es el típico pueblecito norteamericano de rectas calles pavimentadas y
cháles aparcelados donde aparentemente nunca pasa nada digno de comentarse.
Sin embargo, bajo esa pátina de civilización y monotonía bulle un mundo de
emociones soterradas y dramas silenciosos, deseos reprimidos y obsesiones
inconfensables protagonizadas por sus anodinos y convencionales habitantes
“Ice Haven” marca un punto
de inflexión en la obra de Daniel Clowes y es la que mejor define sus intereses
e inquietudes, encerrándose en la aparente sencillez de su envoltorio un
resumen de toda su obra anterior y, como hemos comprobado después, posterior. A
través de la concatenación de diversas historias cortas protagonizadas por una
variopinta galería de personajes que, como mínimo tienen en común la localización
en la anodina Ice Haven del título, un lugar imaginario tan cotidiano cómo
cualquier suburbio residencial en cualquier ciudad occidental, Clowes hace un recorrido en torno a sus temas
recurrentes centrados en la alienación e incomunicación de las sociedades
contemporáneas y su propio posicionamiento autoral. De este modo, entre los múltiples
personajes que aparecen bosquejados en el cómic el lector que conozca la obra
del autor identificará a muchos de sus protagonistas y el enunciado de los temas e intereses desarrollados en profundidad en esas obras, tratándose en cierta forma “Ice Haven” de la
reunión de todos ellos.
Clowes con parsimonia nos va
guiando poco a poco a través de ese elenco coral de individuos inadaptados y
extraños de diversa edad, sexo y condición a los que va presentando,
desplegando progresivamente ante el lector sus interrelaciones para que este entienda
la amplitud de sus pretensiones y contenidos al tiempo que incorpora una trama
de suspense en torno a un niño desaparecido que da hilazón al conjunto. Sin
embargo, ese es solo uno de los muchos intereses de Clowes en la obra, ya que
realmente a través del diálogo continuo de unos personajes que rompen
constantemente la cuarta pared, comprobamos cómo en todas sus tramas son elementos
comunes la aprobación y la reafirmación de la identidad propia frente a la incomprensión ajena y la
necesidad de comunicación, aprovechando el protagonismo que el autor les da en
cada una de sus historias. De este modo, y de la adicción de los diversos
relatos, Clowes construye un alegato en torno a la incomunicación en las
sociedades modernas, pero al mismo tiempo que, cómo avisa por boca de uno de sus
personajes crítico en cómic, una radiografía de su personalidad, intereses y
obsesiones que no hay que tomar necesariamente al pie de la letra.
El experimento de Clowes no
es nuevo y ya lo habíamos visto planteado en películas como “Vidas Cruzadas” o
“Happyness” y cómics como “Palomar”. Sin embargo, Clowes es mucho más ambicioso
en sus intenciones, no limitándose a contar una historia global de un espacio
geográfico a partir del entrelazamiento
de las paralelas de sus protagonistas sino que por boca de uno de sus
personajes reflexiona en torno a su propio medio de expresión.
Aparte de sus sobresalientes
recursos narrativos y originalidad, en
“Ice Haven” Clowes actualiza referentes clásicos como Steve Ditko, los cómics
de E.C. o las tiras de prensa para abrir la puerta al patio que se encierra en
su subconsciente evocando influencias que van desde Schultz a Htichcock o Toole.
La obra anterior y posterior de Clowes
amplía el complejo entramado de obsesiones expuesto en
este cómic, constityendo la piedra rosetta a partir de la cuál intentar comprender a uno de los autores contemporáneos más enigmáticos e inteligentes del panórama mundial.