domingo, 11 de noviembre de 2012

“Capitán América: Impotente”, de Ed Brubaker y Alan Davis.




Tras el decepcionante pasode Steve McNiven por la serie del “Capitán América” y un epílogo a “MiedoEncarnado” dibujado por el aplicado pero limitado Butch Guice que no hace más que poner en evidencia la intrascendencia de ese poco afortunado y publicitado megaevento, la serie sorprendentemente recupera algo de los mejores momentos de la etapa de Brubaker en “Impotente”, el arco argumental que se desarrolla durante los números 19 a 21 de la numeración de Panini.

La nueva Reina Hidra aliada con Zemo se la hacen pasar canutas a un Capitán América más vulnerable que nunca tras sufrir la reversión de la fórmula del Supersoldado y volver a ser de nuevo un enclenque. Mientras buscan una cura, sus amigos y aliados intentan frenar el caos que se produce en Nueva York cuando el Escuadrón Serpiente se dedica a activar una serie de bombas locas que desata la locura entre los civiles pero será Sharon Carter la única capaz de detener al villano que ha provocado el actual estado del Capi, aunque para ello tenga que jugarse su propia vida.

Ains…Que bien me lo he pasado con esta historia en la que Brubaker da buena muestra de su talento para el género de los superhéroes, en general, y el Capitán América, en particular. Mezcla de conceptos y personajes antiguos tomados de la rica historia del personaje con nuevos introducidos por Brubaker a lo largo de su etapa construye un arco trepidante pleno de acción y muy divertido.

Claro que si Brubaker se pinta la cara color esperanza y luce más es porque por fin cuenta tras bastante tiempo con un dibujante de altura que conoce las teclas del género como pocos y cuenta con un estilo que aúna elegancia con espectacularidad, nada menos que un Alan Davis que se lo pasa pipa dibujando una historia que Brubaker concibe para su lucimiento. Con un estilo que no pierde frescura que ha evolucionado de una manera natural desde sus tempranas influencias a Adams o Gil Kane, Davis aporta una expresividad a los personajes y una luminosidad a la serie que no habíamos visto desde hace mucho tiempo en la serie. Lástima que lo bueno dure apenas cinco números yanquis.

En fin, a disfrutar de este entretenidísimo arco en el que Bru y Davis ponen todo su talento en común para construir una historia muy agradable para leer y que tanto los viejos como los nuevos seguidores del Capi apreciarán.