Panini ha dividido en dos partes publicadas en los números diez y once del octavo volumen de la serie española el número 616 de la serie regular norteamericana en el que se celebraba el 70 aniversario de la primera aparición del personaje. Un número extraordinario cuya gracia estribaba en que un grupo de variopintos autores que nunca han estado vinculados con las series del Capi aportaban su versión del mismo a través de diversas historias autoconclusivas, salvo la realizada por Brubaker con Deodato que continuaba la trama principal.
Precisamente y empezando con esta historia que algunos comparan con “Archipiélago Gulag” (¡¡¡¿¿¿¿???!!) nos encontramos a un Bucky extraditado a Rusia por sus crímenes de Soldado de Invierno donde empieza a cumplir condena en una cárcel de alta seguridad rusa. A pesar de la buena volunta de Steve Rogers para facilitarle las cosas, Bucky se las tendrá que ver con otros reclusos rusos a los que ayudó enchironar durante su etapa como Soldado de Invierno. Hombre, con la obra del nóbel Sholzhenitzyn no tiene mucho que ver la cosa – ni falta que hace, por otro lado- pero se trata de una historia entretenida en la que Bru una vez más tira de fondo de armario para recuperar a alguno de aquellos superhéroes rusos, los supersoldados soviéticos, que se las tuvieron tiesas con Los Vengadores hace tiempo. La historia la dibuja Deodato aportando el toque espectacular que le caracteriza y mejorando con creces el nivel habitual de la serie.
Del resto de historias a destacar la bonita historia que se marca Howard Chaykin que le ha cogido el gusto al personaje tras el episodio de hace unos meses. Chaykin aporta su visión original escapando de los clichés más manidos ofreciendo una curiosa historia en la que resalta mejor que nadie las contradicciones más profundas del personaje como prisionero de una época que no le corresponde usando como hilo de conductor un cuadro. Lástima que Chaykin termine la historia de un modo un tanto brusco y no se anime a hacer algo más largo con el Capi porque sus apariciones se agradecen enormemente.
Por otro lado, la guionizada por Cullen Bunn y dibujada por Jason Latour tiene más miga de lo que parece ya que contraponer el superheroico y rígido modelo que representa el capi con las debilidades de los pueblerinos de un villorrio de los Estados Unidos profundos que aceptan el alquiler de IMA para sacar adelante su pueblo. Jason Latour realiza un gran trabajo, aportando su estilo elegante y alejado a lo que estamos acostumbrados en el maisntream.
Me gustaría decir algo bueno sobre las historias guionizadas por Mike Benson, Frank Tieri, Kyle Higgins y Alec Siegel pero la verdad es que no van mucho más allá de manejar clichés trillados para permitir el lucimiento de los excelentes dibujantes que les tocan en suerte, dibujantes como Paul Azaceta, Ed McGuiness, Pepe Larraz, Travis Charest o un Paul Grist, del que siempre es agradable tener noticias.
En definitiva, el 616 es un aceptable número de homenaje en el que para variar, visto el nivel de la serie en los últimos años, brillan más los dibujantes que los guionistas. Creo que hubiera sido bonito haber publicado un número único ajustando más el precio como apareció en Estados Unidos, pero doctores tiene la iglesia.
Precisamente y empezando con esta historia que algunos comparan con “Archipiélago Gulag” (¡¡¡¿¿¿¿???!!) nos encontramos a un Bucky extraditado a Rusia por sus crímenes de Soldado de Invierno donde empieza a cumplir condena en una cárcel de alta seguridad rusa. A pesar de la buena volunta de Steve Rogers para facilitarle las cosas, Bucky se las tendrá que ver con otros reclusos rusos a los que ayudó enchironar durante su etapa como Soldado de Invierno. Hombre, con la obra del nóbel Sholzhenitzyn no tiene mucho que ver la cosa – ni falta que hace, por otro lado- pero se trata de una historia entretenida en la que Bru una vez más tira de fondo de armario para recuperar a alguno de aquellos superhéroes rusos, los supersoldados soviéticos, que se las tuvieron tiesas con Los Vengadores hace tiempo. La historia la dibuja Deodato aportando el toque espectacular que le caracteriza y mejorando con creces el nivel habitual de la serie.
Del resto de historias a destacar la bonita historia que se marca Howard Chaykin que le ha cogido el gusto al personaje tras el episodio de hace unos meses. Chaykin aporta su visión original escapando de los clichés más manidos ofreciendo una curiosa historia en la que resalta mejor que nadie las contradicciones más profundas del personaje como prisionero de una época que no le corresponde usando como hilo de conductor un cuadro. Lástima que Chaykin termine la historia de un modo un tanto brusco y no se anime a hacer algo más largo con el Capi porque sus apariciones se agradecen enormemente.
Por otro lado, la guionizada por Cullen Bunn y dibujada por Jason Latour tiene más miga de lo que parece ya que contraponer el superheroico y rígido modelo que representa el capi con las debilidades de los pueblerinos de un villorrio de los Estados Unidos profundos que aceptan el alquiler de IMA para sacar adelante su pueblo. Jason Latour realiza un gran trabajo, aportando su estilo elegante y alejado a lo que estamos acostumbrados en el maisntream.
Me gustaría decir algo bueno sobre las historias guionizadas por Mike Benson, Frank Tieri, Kyle Higgins y Alec Siegel pero la verdad es que no van mucho más allá de manejar clichés trillados para permitir el lucimiento de los excelentes dibujantes que les tocan en suerte, dibujantes como Paul Azaceta, Ed McGuiness, Pepe Larraz, Travis Charest o un Paul Grist, del que siempre es agradable tener noticias.
En definitiva, el 616 es un aceptable número de homenaje en el que para variar, visto el nivel de la serie en los últimos años, brillan más los dibujantes que los guionistas. Creo que hubiera sido bonito haber publicado un número único ajustando más el precio como apareció en Estados Unidos, pero doctores tiene la iglesia.