Tras la buena aceptación general que tuvo por el público la nueva versión de “La Sombra” adaptada al gusto del lector moderno por Howard Chaykin en la miniserie “Sangre y Justicia”, de la que ya hablamos por aquí, en DC decidieron iniciar una colección regular en la que explotar a la modernizada Sombra. Sin embargo, el editor encargado al principio del proyecto, Mike Gold, se encontró con un problema al rechazar el culo inquieto de Chaykin hacerse cargo de la misma, ocupado por aquel entonces en revitalizar otro personaje clásico “Blackhawk”. Gold que no quería aparcar la serie, decidió confiar en otro equipo creativo que continuase la labor de Chaykin, el formado por el guionista Andy Helfer y el dibujante Bill Sienkiewicz y el resultado de su colaboración fue el primer arco de la colección de “La Sombra” que en España Ediciones Zinco publicó como serie limitada hace ya casi veinte años.
En los seis números que se mantuvo el tándem, Helfer realizó uno de sus mejores trabajos respetando no sólo las premisas y el nuevo espíritu que Chaykin había insuflado al personaje, limando parte del cinismo tan propio de Chaykin pero manteniendo y aumentado los guiños humorísticos de la serie y su tono irónico y mordaz a través de la incorporación de nuevos personajes, como el bufo comisario Medina, y nuevos ayudantes de La Sombra a los que ya conocíamos, en una historia en la que La Sombra se enfrenta a algunos de sus viejos enemigos del pasado como Shiwan Khan, convertido en un poderoso hombre de negocios, o el corrompido Príncipe del Crimen Benedick Stark, quienes se disputan un aparato que les permite controlar a la gente al tiempo que investiga el final del clon de Lamont Cranston, una de las identidades de La Sombra, y la misteriosa secta del persuasivo Reverendo Luz. El guionista dosifica perfectamente la información para ir incorporando y manteniendo el interés en una serie de tramas que van superponiéndose hasta el salvaje final de una historia en la que La Sombra vuelve hacer una vez más gala de su ambigüedad moral. Helfer introduce en la historia hábiles críticas a la influencia de las grandes multinacionales y las sectas en una historia que más de veinte años después, sigue manteniendo el mismo interés que en el momento de su publicación. Pero si bueno es el trabajo de Helfer de excelente se puede calificar la labor gráfica de un valiente y arriesgado siempre Bill Sienkiewicz en el mejor momento de su carrera, tras terminar “Elektra: Assasin”. Sienkiewicz, sin abandonar la influencia expresionista, tan evidente a lo largo de toda su carrera, potencia en esta serie el carácter narrativo de su dibujo llevando el peso de una historia compleja de narrar gráficamente para incorporar constantes guiños humorísticos al trasfondo oscuro y abiertamente pulp de los personajes y hechos que narra. El dibujante juega sabiamente con el diseño de página en excelentes planos y contraplanos, la composición y tamaño de las viñetas para conseguir todo tipo de efectos, y manejando con auténtica maestría todos los recursos narrativos que debe dominar un dibujante, trascendiéndolos con inmejorables resultados, especialmente en lo referente al uso de las onomatopeyas que se incorporan a la acción como elementos compositivos con los que atrapar y guiar la atención del lector incorporando nuevos y múltiples significados al meramente descriptivo en una constante y palpable demostración de la potencialidad que encierra la narración gráfica. Uno de los mejores trabajos de Sienkiewicz.
Tras el abandono de la serie por parte de Sienkiewicz, Helfer se mantuvo en la colección con Kyle Baker en los lápices. Sin embargo, la nueva pareja a pesar de algunos números meritorios no pudo mantener el alto nivel de calidad alcanzado por los artistas anteriores degenerando hacia historias cada vez más extravagantes, que provocarían la cancelación de la serieen su número 19 para iniciarse una nueva serie, “The Shadow strikes” con Gerard Jones a los guiones y dibujantes como Eduardo Barreto, Mark Badger y Rod Whigham. En esta nueva colección, Jones recuperó la versión clásica del personaje, con nuevas aventuras ambientadas en los años cuarenta en una serie que para muchos es las que mejor ha mantenido la esencia de los pulps clásicos. Esta serie se mantuvo hasta 1992 alcanzando los 31 episodios y fue cancelada cuando DC perdió los derechos del personaje a favor de Dark Horse. Tanto la serie de Jones como la etapa de Helfer-Baker se mantienen inéditas en España por lo que sería interesante que Planeta recuperase todos estos tebeos de excelente calidad en una cuidada edición. “La Sombra” y su historia lo merecen.
En los seis números que se mantuvo el tándem, Helfer realizó uno de sus mejores trabajos respetando no sólo las premisas y el nuevo espíritu que Chaykin había insuflado al personaje, limando parte del cinismo tan propio de Chaykin pero manteniendo y aumentado los guiños humorísticos de la serie y su tono irónico y mordaz a través de la incorporación de nuevos personajes, como el bufo comisario Medina, y nuevos ayudantes de La Sombra a los que ya conocíamos, en una historia en la que La Sombra se enfrenta a algunos de sus viejos enemigos del pasado como Shiwan Khan, convertido en un poderoso hombre de negocios, o el corrompido Príncipe del Crimen Benedick Stark, quienes se disputan un aparato que les permite controlar a la gente al tiempo que investiga el final del clon de Lamont Cranston, una de las identidades de La Sombra, y la misteriosa secta del persuasivo Reverendo Luz. El guionista dosifica perfectamente la información para ir incorporando y manteniendo el interés en una serie de tramas que van superponiéndose hasta el salvaje final de una historia en la que La Sombra vuelve hacer una vez más gala de su ambigüedad moral. Helfer introduce en la historia hábiles críticas a la influencia de las grandes multinacionales y las sectas en una historia que más de veinte años después, sigue manteniendo el mismo interés que en el momento de su publicación. Pero si bueno es el trabajo de Helfer de excelente se puede calificar la labor gráfica de un valiente y arriesgado siempre Bill Sienkiewicz en el mejor momento de su carrera, tras terminar “Elektra: Assasin”. Sienkiewicz, sin abandonar la influencia expresionista, tan evidente a lo largo de toda su carrera, potencia en esta serie el carácter narrativo de su dibujo llevando el peso de una historia compleja de narrar gráficamente para incorporar constantes guiños humorísticos al trasfondo oscuro y abiertamente pulp de los personajes y hechos que narra. El dibujante juega sabiamente con el diseño de página en excelentes planos y contraplanos, la composición y tamaño de las viñetas para conseguir todo tipo de efectos, y manejando con auténtica maestría todos los recursos narrativos que debe dominar un dibujante, trascendiéndolos con inmejorables resultados, especialmente en lo referente al uso de las onomatopeyas que se incorporan a la acción como elementos compositivos con los que atrapar y guiar la atención del lector incorporando nuevos y múltiples significados al meramente descriptivo en una constante y palpable demostración de la potencialidad que encierra la narración gráfica. Uno de los mejores trabajos de Sienkiewicz.
Tras el abandono de la serie por parte de Sienkiewicz, Helfer se mantuvo en la colección con Kyle Baker en los lápices. Sin embargo, la nueva pareja a pesar de algunos números meritorios no pudo mantener el alto nivel de calidad alcanzado por los artistas anteriores degenerando hacia historias cada vez más extravagantes, que provocarían la cancelación de la serieen su número 19 para iniciarse una nueva serie, “The Shadow strikes” con Gerard Jones a los guiones y dibujantes como Eduardo Barreto, Mark Badger y Rod Whigham. En esta nueva colección, Jones recuperó la versión clásica del personaje, con nuevas aventuras ambientadas en los años cuarenta en una serie que para muchos es las que mejor ha mantenido la esencia de los pulps clásicos. Esta serie se mantuvo hasta 1992 alcanzando los 31 episodios y fue cancelada cuando DC perdió los derechos del personaje a favor de Dark Horse. Tanto la serie de Jones como la etapa de Helfer-Baker se mantienen inéditas en España por lo que sería interesante que Planeta recuperase todos estos tebeos de excelente calidad en una cuidada edición. “La Sombra” y su historia lo merecen.