Pues otro 10 de Enero más el chico del eterno tupé cumple años sin que ni él ni su querida mascota lo noten aunque este aniversario con ser importante, ya quisiéramos muchos llegar a los ochenta años con la lozanía de Pepi…eh de Tintín, viene cargado con un punto de polémica merced a Matthew Parrish y la noticia que publicó ayer en "The Times" (nosotros lo podemos leer vía “El Mundo”, aquí) en la que daba trece argumentos de peso para sacar del armario al intrépido reportero.
No digo yo que la cosa no provoque una sonrisa e incluso le falte razón a Parrish pero este tipo de noticias en el fondo no tienen ninguna gracia. Analizar superficialmente un personaje icónico como Tintín, del que no se publica una nueva historia desde que muriera su creador Hergé en 1983 y apenas ha evolucionado en sus ochenta años de existencia encorsetado por la conservadora visión del mundo de Hergé y sus inmovilistas herederos mientras la sociedad sí lo ha hecho de una manera más progresista, me parece oportunista y ventajista.
Tintin responde a los gustos de los jóvenes belgas de hace ochenta años, lectores habituales de la revista “Le pétite Vingtieme”, suplemento para jóvenes del conservador, católico y nacionalista periódico “XXéme Siécle” manteniéndose la esencia del personaje intacta hasta la muerte de Hergé. Muy conservador, sí, pero uno de los cómics más influyentes y populares del siglo XX mal que les pese a muchos con lo que algo tendría Tintin para gustar a tantos y durante tanto tiempo. Por ese motivo, la gracia de Parrish aparte de oportunista me parece que tiene un punto de amarillismo fácil (un mal demasiado exrtendido por desgracia en todo el periodismo actual) ya que si a nadie con un poco de cabeza (descarten periodistas del corazón, claro) se le ocurre “sacar del armario” a nadie, por qué habría de ser distinto con un personaje del cómic.
Me encantaría que los herederos de Hergé permitieran a gente como Emile Bravo, Frederick Peeters, Paul Pope o Christophe Blain hacer evolucionar a Tintin y lo adaptaran a los nuevos tiempos pero parece que de momento esto no va a ser posible. Seguro que alguno de estos autores haría referencia al tema de su sexualidad de una manera más inteligente y realista sin buscar el morbo ni la gracia fácil. Si es que va a resultar que al final no han cambiado tanto las cosas…
No digo yo que la cosa no provoque una sonrisa e incluso le falte razón a Parrish pero este tipo de noticias en el fondo no tienen ninguna gracia. Analizar superficialmente un personaje icónico como Tintín, del que no se publica una nueva historia desde que muriera su creador Hergé en 1983 y apenas ha evolucionado en sus ochenta años de existencia encorsetado por la conservadora visión del mundo de Hergé y sus inmovilistas herederos mientras la sociedad sí lo ha hecho de una manera más progresista, me parece oportunista y ventajista.
Tintin responde a los gustos de los jóvenes belgas de hace ochenta años, lectores habituales de la revista “Le pétite Vingtieme”, suplemento para jóvenes del conservador, católico y nacionalista periódico “XXéme Siécle” manteniéndose la esencia del personaje intacta hasta la muerte de Hergé. Muy conservador, sí, pero uno de los cómics más influyentes y populares del siglo XX mal que les pese a muchos con lo que algo tendría Tintin para gustar a tantos y durante tanto tiempo. Por ese motivo, la gracia de Parrish aparte de oportunista me parece que tiene un punto de amarillismo fácil (un mal demasiado exrtendido por desgracia en todo el periodismo actual) ya que si a nadie con un poco de cabeza (descarten periodistas del corazón, claro) se le ocurre “sacar del armario” a nadie, por qué habría de ser distinto con un personaje del cómic.
Me encantaría que los herederos de Hergé permitieran a gente como Emile Bravo, Frederick Peeters, Paul Pope o Christophe Blain hacer evolucionar a Tintin y lo adaptaran a los nuevos tiempos pero parece que de momento esto no va a ser posible. Seguro que alguno de estos autores haría referencia al tema de su sexualidad de una manera más inteligente y realista sin buscar el morbo ni la gracia fácil. Si es que va a resultar que al final no han cambiado tanto las cosas…
Dejemos a Tintin en su armario y que salga cuando quiera y que el Sr. Parrish se ande con cuidado viendo como se las gastan los herederos de Hergé.
Por mi parte, no queda más que felicitar al intrépido Tintin. Seguro que cumplirá muchos más.