Aunque el nombre de Robert
Kirkman aparezca en grande en el centro de la portada, lo primero que hay que
avisar que no estamos ante un cómic guionizado por Kirkman sino ante su primera
selección en labores ejecutivas como presidente de Skybound, sello hermanado a
Image. Dicho esto, sí hay que felicitar a Kirkman por su buen ojo ya que “Witch
Doctor”, de Brandon Seifert y Lukas Ketner, es puro goce riqui que en esta
primera miniserie que presenta Planeta, “A golpe de bisturí”, establece las
pautas de una serie que aúna el terror con la diversión en una fórmula la mar
de entretenida.
El doctor en medicina Vincent
Morrow es una eminencia en su campo. Claro que su campo queda fuera de la medicina
convencional y debe hacer frente a poseídos, vampiros y todo tipo de criaturas
sobrenaturales que poseen a sus huéspedes humanos. Junto a un equipo poco
convencional formado por un antiguo enfermero, Eric Gast, y una
paciente-anestesista, Penny Dreadful., el doctor Morrow irá enfrentándose a
espeluznantes casos al tiempo que se prepara para afrontar el destino para el
que está predestinado.
Brandon Seifert desarrolla
un divertido entretenimiento de terror lovecraftiano sacando el máximo partido
del conocido arquetipo del científico loco. Lo mejor de “Witch Doctor” es que
es una serie paródica que no hay tomar demasiado en serio y entronca en
espíritu con los clásicos del terror setenteros. Morrow es un personaje
contracorriente, excesivo y excéntrico en la línea del televisivo Doctor House
o el “Black Jack” tezukiano que, vestido de impoluto blanco, se mueve por un
universo gótico de espantajos y monstruos de todo tipo y condición a los que
exorciza mediante una jerga científista y mística. Ese carácter desenfadado y
una clara vocación por el entretenimiento no significa que se descuide el
elemento terrorífico de la serie cuya principal responsabilidad recae en el
dibujante Lukas Ketner al que proclama en la publicidad como “el mejor
dibujante actual de monstruos de la industria” y seguramente no anden muy
desencaminados. En los primeros capítulos de la miniserie, Seifert establece el
tono de la misma mientras que en la segunda aclara algo más acerca de los
orígenes de los personajes y su futuro (a desarrollar en nuevas miniseries si
la cosa cuaja en ventas).
Como digo, más allá de lo
ingenioso del concepto el gran atractivo se encuentra a nivel gráfico con un
Lukas Ketner que se muestra como un auténtico experto en dibujar monstruos de
todo pelaje y condición, especialmente aquellos tributarios del universo
lovecraftiano que se erige en una de las principales referencias de la serie.
Ketner ha mamado a distintos dibujantes especializados en el género como Rick
Veitch, Bernie Wrightson o Richard Corben y a partir de su referencia encuentra
su propio camino plasmando unos engendros de lo más terribles y espectaculares.
En fin, “Witch Doctor” es una
ecléctica y excesiva serie que aborda todo el espectro del terror, desde el gore hasta el gótico, tomándoselo como una saludable diversión en la estela –en esto
sí, se puede notar algún parecido- de las obras de Kirkman retoma los elementos
preexistentes para presentarlos renovados con una apariencia novedosa y atractiva. Esperemos que haya
“Witch Doctor” para rato.