lunes, 10 de septiembre de 2012

“Witch Doctor: A golpe de bisturí”, de Brandon Seifert y Lukas Ketner.


Aunque el nombre de Robert Kirkman aparezca en grande en el centro de la portada, lo primero que hay que avisar que no estamos ante un cómic guionizado por Kirkman sino ante su primera selección en labores ejecutivas como presidente de Skybound, sello hermanado a Image. Dicho esto, sí hay que felicitar a Kirkman por su buen ojo ya que “Witch Doctor”, de Brandon Seifert y Lukas Ketner, es puro goce riqui que en esta primera miniserie que presenta Planeta, “A golpe de bisturí”, establece las pautas de una serie que aúna el terror con la diversión en una fórmula la mar de entretenida.

El doctor en medicina Vincent Morrow es una eminencia en su campo. Claro que su campo queda fuera de la medicina convencional y debe hacer frente a poseídos, vampiros y todo tipo de criaturas sobrenaturales que poseen a sus huéspedes humanos. Junto a un equipo poco convencional formado por un antiguo enfermero, Eric Gast, y una paciente-anestesista, Penny Dreadful., el doctor Morrow irá enfrentándose a espeluznantes casos al tiempo que se prepara para afrontar el destino para el que está predestinado.

Brandon Seifert desarrolla un divertido entretenimiento de terror lovecraftiano sacando el máximo partido del conocido arquetipo del científico loco. Lo mejor de “Witch Doctor” es que es una serie paródica que no hay tomar demasiado en serio y entronca en espíritu con los clásicos del terror setenteros. Morrow es un personaje contracorriente, excesivo y excéntrico en la línea del televisivo Doctor House o el “Black Jack” tezukiano que, vestido de impoluto blanco, se mueve por un universo gótico de espantajos y monstruos de todo tipo y condición a los que exorciza mediante una jerga científista y mística. Ese carácter desenfadado y una clara vocación por el entretenimiento no significa que se descuide el elemento terrorífico de la serie cuya principal responsabilidad recae en el dibujante Lukas Ketner al que proclama en la publicidad como “el mejor dibujante actual de monstruos de la industria” y seguramente no anden muy desencaminados. En los primeros capítulos de la miniserie, Seifert establece el tono de la misma mientras que en la segunda aclara algo más acerca de los orígenes de los personajes y su futuro (a desarrollar en nuevas miniseries si la cosa cuaja en ventas).

Como digo, más allá de lo ingenioso del concepto el gran atractivo se encuentra a nivel gráfico con un Lukas Ketner que se muestra como un auténtico experto en dibujar monstruos de todo pelaje y condición, especialmente aquellos tributarios del universo lovecraftiano que se erige en una de las principales referencias de la serie. Ketner ha mamado a distintos dibujantes especializados en el género como Rick Veitch, Bernie Wrightson o Richard Corben y a partir de su referencia encuentra su propio camino plasmando unos engendros de lo más terribles y espectaculares.

En fin, “Witch Doctor” es una ecléctica y excesiva serie que aborda todo el espectro del terror, desde el gore hasta el gótico, tomándoselo como una saludable diversión en la estela –en esto sí, se puede notar algún parecido- de las obras de Kirkman retoma los elementos preexistentes para presentarlos renovados con una apariencia novedosa y atractiva. Esperemos que haya “Witch Doctor” para rato.