Que nadie se confunda ni se asuste que no se ha muerto el cocreador de “Asterix” (por mucho que se empeñen en negarlo los del fisco francés) sino que solo pretendo comentar algunas ideas a bote pronto que me han surgido tras leer el interesante artículo que Álvaro Pons publicaba hoy en “El País” señalando el fin de una era con el traspaso de poderes del octogenario autor a un relevo todavía no confirmado en las aventuras de los inconquistables galos.
No nos pongamos apocalípticos ni fatalistas aquí no finaliza ninguna era. Si algo finaliza será exclusivamente un ciclo en la longeva historia de “Astérix” como ya finalizó otro tras la muerte de Goscinny. Aunque significativa y emotiva el abandono de la serie de Uderzo, su trascendencia – o intrascendencia, viendo el nivel de los últimos álbumes firmados únicamente por él - la marcará en el futuro la capacidad del nuevo equipo creativo de seguir convirtiendo las aventuras de Astérix y compañía en un éxito creativo y, por supuesto, comercial.
Por suerte, o por desgracia, estos movimientos no son para nada ajenos al mundo del cómic y vienen motivados precisamente por el éxito comercial de unas creaciones artísticas que miden su impacto en la cultura popular a través de un éxito comercial que conlleva que la desaparición de los personajes no vaya asociada necesariamente al abandono o desaparición de sus creadores. Como señala el mismo Álvaro en el artículo relevos de este tipo en los equipos artísticos son práctica habitual en los superhéroes norteamericanos más comerciales (como lo ha sido también en el cómic de prensa donde series de culto como “Príncipe Valiente” han continuado tras la muerte de su creador) pero también es una práctica cada vez más común desde hace años en el cómic europeo más comercial donde existen cantidad de ejemplos de series tan arraigadas como “XIII” o “Thorgal”, donde tras la retirada de Van Hamme otros autores están tomando el relevo con aceptables resultados, e incluso en “Blake y Mortimer” donde distintos autores llevan años continuando las aventuras de los personajes de Jacobs sin desmerecer.
No debemos preocuparnos por estos movimientos en torno a nuestras obras favoritas (ni por su traslado a otros soportes que vienen a atestiguar precisamente su éxito) salvo que este conlleve un empobrecimiento de la calidad de obras tan icónicas al caer en la repetición de fórmulas mil veces repetidas que, por otro lado, hemos de pensar que los primeros en intentar evitar deberían ser los propios editores (aunque luego no sea así y se aferren a modelos rígidos excusándose en el mantenimiento de la esencia y respeto al original). Un excelente ejemplo de cómo un personaje se ha ido adaptando a los tiempos aunando éxito comercial y manteniendo un nivel creativo más que aceptable lo tenemos con “Spirou”, donde se ha sabido mantener ese respeto a las “esencias” con nuevas vías que acaban enriqueciendo a la creación original.
El Cómic se está mostrando como un medio fértil para el desarrollo de nuevas ideas trasladables a otros medios por lo que este tipo de practicas más que un sintoma de decadencia bien pueden convertirse en una enorme oportunidad para el medio y para que despunten nuevos autores así como para que personajes icónicos que al cabo de unas décadas estarían abocados al olvido evolucionen junto a sus lectores manteniendo su vigencia al tiempo que se incorporen nuevas creaciones al imaginario colectivo siendo, finalmente, la calidad de las obras asociado a su éxito comercial el que marcará lo acertado o no de esas decisiones. Lo único preocupante sería si este mantenemiento conllevase que las nuevas creaciones y obras originales no tuvieran cabida pero, de momento, eso no se ha producido y no creo que se produzca en el futuro tendiéndose a una razonable cohabitación.
Honores y felicitaciones por el trabajo realizado a Uderzo. Sus méritos están ahí y son historia del cómic pero dejemos que sean otros los que continúen el camino. Afortunadamente, no se nos caerá el cielo encima (de momento).
No nos pongamos apocalípticos ni fatalistas aquí no finaliza ninguna era. Si algo finaliza será exclusivamente un ciclo en la longeva historia de “Astérix” como ya finalizó otro tras la muerte de Goscinny. Aunque significativa y emotiva el abandono de la serie de Uderzo, su trascendencia – o intrascendencia, viendo el nivel de los últimos álbumes firmados únicamente por él - la marcará en el futuro la capacidad del nuevo equipo creativo de seguir convirtiendo las aventuras de Astérix y compañía en un éxito creativo y, por supuesto, comercial.
Por suerte, o por desgracia, estos movimientos no son para nada ajenos al mundo del cómic y vienen motivados precisamente por el éxito comercial de unas creaciones artísticas que miden su impacto en la cultura popular a través de un éxito comercial que conlleva que la desaparición de los personajes no vaya asociada necesariamente al abandono o desaparición de sus creadores. Como señala el mismo Álvaro en el artículo relevos de este tipo en los equipos artísticos son práctica habitual en los superhéroes norteamericanos más comerciales (como lo ha sido también en el cómic de prensa donde series de culto como “Príncipe Valiente” han continuado tras la muerte de su creador) pero también es una práctica cada vez más común desde hace años en el cómic europeo más comercial donde existen cantidad de ejemplos de series tan arraigadas como “XIII” o “Thorgal”, donde tras la retirada de Van Hamme otros autores están tomando el relevo con aceptables resultados, e incluso en “Blake y Mortimer” donde distintos autores llevan años continuando las aventuras de los personajes de Jacobs sin desmerecer.
No debemos preocuparnos por estos movimientos en torno a nuestras obras favoritas (ni por su traslado a otros soportes que vienen a atestiguar precisamente su éxito) salvo que este conlleve un empobrecimiento de la calidad de obras tan icónicas al caer en la repetición de fórmulas mil veces repetidas que, por otro lado, hemos de pensar que los primeros en intentar evitar deberían ser los propios editores (aunque luego no sea así y se aferren a modelos rígidos excusándose en el mantenimiento de la esencia y respeto al original). Un excelente ejemplo de cómo un personaje se ha ido adaptando a los tiempos aunando éxito comercial y manteniendo un nivel creativo más que aceptable lo tenemos con “Spirou”, donde se ha sabido mantener ese respeto a las “esencias” con nuevas vías que acaban enriqueciendo a la creación original.
El Cómic se está mostrando como un medio fértil para el desarrollo de nuevas ideas trasladables a otros medios por lo que este tipo de practicas más que un sintoma de decadencia bien pueden convertirse en una enorme oportunidad para el medio y para que despunten nuevos autores así como para que personajes icónicos que al cabo de unas décadas estarían abocados al olvido evolucionen junto a sus lectores manteniendo su vigencia al tiempo que se incorporen nuevas creaciones al imaginario colectivo siendo, finalmente, la calidad de las obras asociado a su éxito comercial el que marcará lo acertado o no de esas decisiones. Lo único preocupante sería si este mantenemiento conllevase que las nuevas creaciones y obras originales no tuvieran cabida pero, de momento, eso no se ha producido y no creo que se produzca en el futuro tendiéndose a una razonable cohabitación.
Honores y felicitaciones por el trabajo realizado a Uderzo. Sus méritos están ahí y son historia del cómic pero dejemos que sean otros los que continúen el camino. Afortunadamente, no se nos caerá el cielo encima (de momento).