Ahora que lo zombi está tan de moda en el género superheroico no está de más reivindicarque los vampiros- nuestros monstruos favoritos- siempre han tenido un puesto destacado entre los enemigos de los superhéroes poniendo las cosas muy duras tanto a los superhéroes Marvel como a los de DC durante décadas.
En
Marvel, a la estela del éxito de su colección propia “
The tomb of Dracula” en la que Drácula presentó a secundarios de relumbrón en eso de clavar colmillos como su hija Lilith o su jurado enemigo Blade,
nacieron otros curiosos vampiros dispuestos a chupar la sangrer de superhéroes de postín como el "
Capitán América" (enfrentado al Barón Sangre, un desagradable vampiro que además presumía de ideología nazi) o "
Spiderman" (con el atormentado Morbius). Claro, que el mismo Drácula no iba a ser menos y tuvo sus devaneos con pesos pesados como "
Thor" o "
Estela Plateada".
En los años ochenta, Drácula se convirtió en un supervillano más con enfrentamientos renombrados con los mutantes de “
La Patrulla X” (el muchacho por aquella época tenía una fijación por convertir a Tomenta en una de sus novias, totalmente comprensible) o el "
Doctor Extraño" que gracias a la fórmula Montesi mandó a todos los vampiros del Universo
Marvel a criar malvas (momentáneamente, claro).
En
DC, Drácula también ha tenido sus más y sus menos con los héroes señores de la editorial como Superman y Batman, enfrentándose en varias ocasiones con ellos individualmente , aunque, para mí, la mejor historia de vampiros de la editorial fue la que junto a Batman y Superman en un memorable Annual de "
Action Comics" merced al brillante trabajo de
Arthur Adams y
John Byrne.
Espero que pronto los vampiros, persistentes como son siempre, vuelvan a ponerle las cosas difíciles a los superhéroes que dan mucho más juego que los zombis.