Pocos autores ha habido en
el mainstream norteamericano que con un bagaje tan corto hayan tenido un
impacto tan duradero y profundo cómo Jim Steranko. Por ese motivo, resulta especialmente sangrante el
empecinamiento con que algunas editoriales reeditan una y otra vez las mismas
obras dejando otras, en mi opinión más importantes, permanentemente en el olvido. Es el caso,
por ejemplo, de “Atmósfera Cero” .la adaptación al cómic que realizase Steranko en 1982
de la película homónima de Peter Hyams que vino a actualizar el clásico “Solo
ante el peligro” en clave de ciencia ficción y fuese publicada por primera
vez seriada en la revista “Heavy Metal” y en España en un álbum unitario en la ya añeja
edición de Eurocómics.
El argumento supongo que es
conocido por todos. Un policía es enviado a una aislada colonia minera de la
luna de Júpiter Io donde se están produciendo extrañas muertes como
consecuencia de la introducción de una droga que aumenta la producción de los
mineros pero les causa delirios y la muerte. El policía (Sean Connery en la
peli en una de sus mejores interpretaciones) está decidido a llegar al fondo de
la investigación lo que provoca el rechazo de todos los que le rodean y acabará
enfrentándose en solitario con unos asesinos enviados a acabar con él.
A diferencia de otras
adaptaciones contemporáneas, Steranko no se limitó a hacer una adaptación
literal de la película tirando de oficio sino que se implicó en la obra para
dejar su impronta de calidad característica y adaptar realmente el argumento de
la película a las posibilidades narrativas del lenguaje del cómic y no caer en
el error habitual en estos casos por
aquella época de tratar de reproducir los ritmos del lenguaje eminentemente visual
del cine a un medio necesariamente más pausado como es el cómic.
Steranko, gran
conocedor de ambos medios, realiza una adaptación magistral en la que tan
importante es la importancia de la imagen a partir de la splash page doble que
sirve de decorado como la secuencialización de la acción con viñetas más
pequeñas o cuadros de texto complementando
el espectacular panel central y que permiten que la historia avance a partir
del impacto visual inicial, incorporando antes que nadie, salvo un tal Bernard Krigstein, nociones de diseño al desarrollo de la historia que le permitieron introducir
abundantes cartelas y diálogos
sin que afectase al desarrollo gráfico de la narración.
Por otro lado, Steranko
obvió cualquier tipo de acomodamiento gráfico optando siempre por las
soluciones gráficas más innovadoras y espectaculares con profusión de escorzos
y perspectivas arriesgadas llamadas a mantener la atención del lector al tiempo
que da una especial importancia a la profundidad de campo para dotar de mayor
profundidad a las viñetas y el cuidadoso tratamiento del color se convertía en
un elemento primordial para guiar al lector y resaltar aquellos elementos
visuales que el autor consideraba oportunos en cada composición
“Atmósfera Cero”
es uno de los grandes trabajos de Steranko y constituyó en su momento una
revolución en la que se adelantó a su tiempo al dar una importancia
trascendental al diseño de página a la hora de construir la narración cómo no
se había visto desde los tiempos de Krigstein e innovó en la narración con una serie de
recursos gráficos que pronto encontraron continuadores de la talla de Frank
Miller o Howard Chaykiin en su momento al
últimamente tan ensalzado David Aja. Clama al cielo que una obra de este
calibre no haya sido reeditada y lleve tantas décadas olvidada por los editores
que no por los aficionados.