Tras el evento “Mundo Putrefacto” se
cerró la etapa de Snyder al frente de “La Cosa del Pantano” y ha tomado el relevo al semidesconocido
Charles Soule, un guionista de escasa experiencia pero que al parecer ha caído
en gracia a las altas instancias de DC. Soule en sus primeros números
recogidos en esta cuarta entrega de ECC Ediciones – 19 a 22 de la serie regular norteamericana- empieza a poner las bases de
su visión de La Cosa del
Pantano planteando un personaje que lucha por mantener intacta su humanidad al tiempo
que ejerce comoel avatar del Verde y se encuentra plenamente inmerso en el NUDC empezando a explorar su
vertiente más abiertamente superheroica.
En esta entrega, la nueva
Cosa del Pantano intenta encontrar su posición en el mundo tras los sacrificios
y cambios que ocasionó “Mundo Putrefacto” y acude a Metrópolis en busca del
consejo de Superman al tiempo que investiga la presencia del Sembrador, un
misterioso sujeto que anda ocasionando una perturbación en el Verde
convirtiendo los desiertos en vergeles y rompiendo el equilibrio natural de las
cosas. En Metrópolis, Swampy se las verá con el Espantapájaros y a su vuelta a
los pantanos de Louisiana conocerá a la misteriosa Capucine, una fría y
despiadada guerrera que se acogerá a un antiguo convenio para pedir su ayuda.
Mientras se lo piensa, Swampy se cruzará con una nueva aberración del Sembrador
en un viejo pueblo irlandés y se las verá con un Constantine poseído por una
extraña fuerza maléfica.
No se puede decir que
Charles Soule no haya tenido un buen arranque en estos cuatro
números ofreciendo en principio una sencilla trama en las que la habitualmente aislada y
solitaria Cosa del Pantano se las ve nada menos que con un villano habitual de
Batman tan añejo como el Espantapájaros y en su camino se cruza el buque insignia de la editorial Superman. Solule deja claro que para él Swampy está en el mismo escalón que los más poderosos y populares
personajes de la editorial haciendo que el segundo y casi inmediato encuentro del protagonista sea con Constantine al tiempo que se embarca ya en su primer arco argumental en explorar nuevas vías y perosnajes con la
presentación de Sembrardor, un villano del que de momento mantiene oculta la
identidad, y a Capucine, un letal, misterioso y ambiguo personaje femenino que en esta primera toma de contacto
parece inspirada en la saga fílmica de “Los Inmortales” y puede convertirse en el nuevo interés sentimental de Swampy tras la desaparición de Abigail. De momento, la serie
resulta una lectura entretenida y habrá que ver como se sigue desenvolviendo un
Soule más cercano a las propuestas de Snyder que al canon clásico del personaje
impuesto desde la época de Moore.
Gráficamente, Kano sigue
realizando un gran trabajo con un dibujo cada vez más personal y reconocible
alejándose de las premisas impuestas por Paquette para potenciar sus propias
cualidades. Kano se muestra como un dibujante realmente solvente y, por otro
lado, en el número que es suplido por
Jesus Saiz no decae el nivel de la serie.
En fin, “La Cosa del Pantano” inicia un nuevo rumbo, continuista con la anterior etapa pero que puede guardar alguna sorresa, ya que parece que el
nuevo guionista tiene un plan para ofrecernos al menos una lectura entretenida.