Con un par de días de retraso, me he enterado de la muerte en Reyjkavik de Bobby Fischer, el campeón mundial norteamericano de ajedrez que terminó con el predominio de los rusos en un juego/deporte que hasta su aparición dominaban de manera apabullante.
Fischer, de no haber existido en vida estoy seguro que habría triunfado como protagonista de alguna novela de espías a lo John Le Carre si hubiera existido un escritor con la suficiente imaginación como para construir un personaje tan poliédrico, extravagante y genial. Desde Brooklyn a Reyjkavic para destronar al por entonces intratable campeón ruso Spassky en un torneo a 21 partidas. Convertido en personaje mediático e instrumento propagandístico de la Guerra Fría, Bobby, que había sido un chico problemático en su niñez, digirió mal (¿o bien?)ser el centro de atención y desapareció de la vida pública hasta 1992 donde regresó para vencer a Spassky y ganarse el buen dinero de la bolsa, aunque ello supusiera ser considerado traidor por el gobierno de los EEUU, olvidadizo con los servicios prestados por su otrora héroe. Con la aparición de Internet, las leyendas sobre Bobby crecieron apareciendo en foros de vez en cuando noticias sobre su aparición en tal o cuál sitio para jugar partidas “online” pero realmente desde su desgraciado arresto en Japón y su frustrada extradicción a EEUU, frustrada por el gobierno islandés, Fischer llevó una vida tranquila y anónima en Islandia.
D.E.P.
Fischer, de no haber existido en vida estoy seguro que habría triunfado como protagonista de alguna novela de espías a lo John Le Carre si hubiera existido un escritor con la suficiente imaginación como para construir un personaje tan poliédrico, extravagante y genial. Desde Brooklyn a Reyjkavic para destronar al por entonces intratable campeón ruso Spassky en un torneo a 21 partidas. Convertido en personaje mediático e instrumento propagandístico de la Guerra Fría, Bobby, que había sido un chico problemático en su niñez, digirió mal (¿o bien?)ser el centro de atención y desapareció de la vida pública hasta 1992 donde regresó para vencer a Spassky y ganarse el buen dinero de la bolsa, aunque ello supusiera ser considerado traidor por el gobierno de los EEUU, olvidadizo con los servicios prestados por su otrora héroe. Con la aparición de Internet, las leyendas sobre Bobby crecieron apareciendo en foros de vez en cuando noticias sobre su aparición en tal o cuál sitio para jugar partidas “online” pero realmente desde su desgraciado arresto en Japón y su frustrada extradicción a EEUU, frustrada por el gobierno islandés, Fischer llevó una vida tranquila y anónima en Islandia.
D.E.P.