He estado leyendo estos días de asueto para muchos que no para mí, un agradable tomito que bajo el título de “Batman: Ego” recoge una recopilación no exhaustiva de las distintas visiones que el talentoso Darwyn Cooke ha dado a lo largo de su carrera del Hombre Murciélago.
En "Ego", el canadiense Cooke profundiza en clave psicoanalítica, acerca de la duplicidad de identidad entre Bruce Wayne y su alter ego, Batman. A causa de la debilidad causada por las heridas recibidas tras un enfrentamiento con el Joker y el trauma provocado por el suicidio de uno de los compinches de este que previamente había acabado con su familia, se desencadena en Batman un proceso neurótico –otro más- que le lleva a enfrentar la personalidad de Wayne con la de Batman. Un diálogo entre las dos mitades del héroe del que puede salir un Bruce Wayne más reforzado en sus principios e ideales de justicia o un Batman más sanguinario y vengativo con sus enemigos. ¿Quieren saber más? Tendrán que leerse el tebeo.
Tanto el punto de partida como el desarrollo de la historia no son nuevos ni originales, pero permiten a Cooke lucirse gráficamente dado el entorno onírico –el inconsciente de Batman- en el que se desarrolla la historia donde no existe más limitación que la imaginación del propio autor, en esta historia que fue su primer proyecto para DC, y donde ya da muestras de ser un autor completo y maduro con soluciones gráficas interesantes y “modernas” muy impactantes, pero que realmente beben de autores clásicos –pero al mismo tiempo tan modernos y atemporales- como Will Eisner o Alex Toth, que hacen de su lectura una tarea muy agradable. El universo onírico en el que se mueve la historia me ha recordado la visión del inconsciente que intentaron reflejar pintores surrealistas como Dalí y que, ya en cómics, trasladó con éxito Steve Ditko y sus continuadores en series como “Doctor Extraño”.
Comentada la historia principal, he de decir que no entiendo el criterio de la recopilación puesto que si se trata de un recopilatorio de las historias realizadas por Cooke protagonizadas por el Hombre Murciélago no tienen sentido la inclusión de “El gran golpe de Selina”, una historia negra sobre como Selina Kyle prepara un robo, por otro lado, bastante entretenida, publicada en su momento por Norma y protagonizada por Catwoman, en la que la presencia de Batman brilla por su ausencia. Junto a esta historia larga, el resto del volumen lo componen distintas historias cortas realizadas por Cooke para obras colectivas como “Batman Black and White” y números monográficos de “Solo”, en las que el artista colabora con gente tan interesante como Bill Wray, Paul Grist o Bruce Timm, el autor que sin duda ha marcado la trayectoria profesinal de Cooke, junto la historia larga ya comentada que da título al volumen, “Ego”. Completa el volumen un prólogo bastante interesante y autocrítico del propio autor en el que presenta las historias que componen el libro y un epílogo de David Fernández en el que repasa la trayectoria profesional del autor de series tan notables como “Catwoman” o la última versión de “The Spirit”.
No quiero terminar la entrada, sin indicar que ego precisamente es lo que le ha sobrado a la editorial Planeta con la publicación de este tomo ya que en ningún momento ha avisado que la mayor parte de las historias recogidas en el mismo han sido publicadas recientemente en España, con lo que los aficionados a la obra de Cooke o los completistas de Batman habrán pagado dos veces por el mismo material. Un detalle feo por parte de la editorial que empaña la excelente edición del volumen y que debería evitar en el futuro aunque sea, por desgracia, una práctica extendida entre la mayor parte de las editoriales que publican este tipo de recopilatorios sin indicar previamente su contenido.
Otras obras de Darwyn Cooke en El lector impaciente:
En "Ego", el canadiense Cooke profundiza en clave psicoanalítica, acerca de la duplicidad de identidad entre Bruce Wayne y su alter ego, Batman. A causa de la debilidad causada por las heridas recibidas tras un enfrentamiento con el Joker y el trauma provocado por el suicidio de uno de los compinches de este que previamente había acabado con su familia, se desencadena en Batman un proceso neurótico –otro más- que le lleva a enfrentar la personalidad de Wayne con la de Batman. Un diálogo entre las dos mitades del héroe del que puede salir un Bruce Wayne más reforzado en sus principios e ideales de justicia o un Batman más sanguinario y vengativo con sus enemigos. ¿Quieren saber más? Tendrán que leerse el tebeo.
Tanto el punto de partida como el desarrollo de la historia no son nuevos ni originales, pero permiten a Cooke lucirse gráficamente dado el entorno onírico –el inconsciente de Batman- en el que se desarrolla la historia donde no existe más limitación que la imaginación del propio autor, en esta historia que fue su primer proyecto para DC, y donde ya da muestras de ser un autor completo y maduro con soluciones gráficas interesantes y “modernas” muy impactantes, pero que realmente beben de autores clásicos –pero al mismo tiempo tan modernos y atemporales- como Will Eisner o Alex Toth, que hacen de su lectura una tarea muy agradable. El universo onírico en el que se mueve la historia me ha recordado la visión del inconsciente que intentaron reflejar pintores surrealistas como Dalí y que, ya en cómics, trasladó con éxito Steve Ditko y sus continuadores en series como “Doctor Extraño”.
Comentada la historia principal, he de decir que no entiendo el criterio de la recopilación puesto que si se trata de un recopilatorio de las historias realizadas por Cooke protagonizadas por el Hombre Murciélago no tienen sentido la inclusión de “El gran golpe de Selina”, una historia negra sobre como Selina Kyle prepara un robo, por otro lado, bastante entretenida, publicada en su momento por Norma y protagonizada por Catwoman, en la que la presencia de Batman brilla por su ausencia. Junto a esta historia larga, el resto del volumen lo componen distintas historias cortas realizadas por Cooke para obras colectivas como “Batman Black and White” y números monográficos de “Solo”, en las que el artista colabora con gente tan interesante como Bill Wray, Paul Grist o Bruce Timm, el autor que sin duda ha marcado la trayectoria profesinal de Cooke, junto la historia larga ya comentada que da título al volumen, “Ego”. Completa el volumen un prólogo bastante interesante y autocrítico del propio autor en el que presenta las historias que componen el libro y un epílogo de David Fernández en el que repasa la trayectoria profesional del autor de series tan notables como “Catwoman” o la última versión de “The Spirit”.
No quiero terminar la entrada, sin indicar que ego precisamente es lo que le ha sobrado a la editorial Planeta con la publicación de este tomo ya que en ningún momento ha avisado que la mayor parte de las historias recogidas en el mismo han sido publicadas recientemente en España, con lo que los aficionados a la obra de Cooke o los completistas de Batman habrán pagado dos veces por el mismo material. Un detalle feo por parte de la editorial que empaña la excelente edición del volumen y que debería evitar en el futuro aunque sea, por desgracia, una práctica extendida entre la mayor parte de las editoriales que publican este tipo de recopilatorios sin indicar previamente su contenido.
Otras obras de Darwyn Cooke en El lector impaciente:
-"The Spirit".