Llegamos
a la conclusión de “Mundo Putrefacto” –la saga que ha involucrado a “AnimalMan”, “Frankenstein, agente de SHADE” y “La Cosa del Pantano”,
las tres principales cabeceras de “terror” del NUDC, de la que ya
escribí por aquí y aquí- con la publicación de ECC Ediciones de esta tercera
entrega independiente en la que se recogen los números 13 a 18 de “Animal Man” y los números 17 y 18 de “La Cosa del Pantano”.
La Putrefacción se extiende por la Tierra gracias a la manipulación de los Cazadores de Anton Arcane
de la pequeña Maxine, el Avatar del Rojo destinada a detenerlos. Cuando Animal
Man lo descubre, se unirá a un pequeño grupo de superhéroes en una misión
imposible para salvar a su hija a través de un planeta Tierra desolado y
repleto de mortíferos agentes de Arcane dispuesto a detenerlos. Animan Man
encontrará otros resistentes junto con los que acometerá el desesperado
enfrentamiento final contra la Putrefacción. Sin embargo, solo la irrupción de unos inesperados aliados permitirá a La Cosa del Pantano y Abigail Arcane tener una última oportunidad
para acabar con la maldición del Mundo Putrefacto.
Estamos
ante un tomo claramente dividido en dos partes. En la primera, centrada en la
serie “Animal Man”, Lemire se encarga , como anteriormente los autores de las
otras series, de desarrollar las peripecias de Animal Man en “El Mundo
Putrefacto” en un trámite que se vuelve monótono y predecible al contar con una
evolución en paralelo que las de los personajes que protagonizaron las otras
líneas argumentales.
Sin embargo, la cosa mejora en cuanto al tratamiento de la
serie al plantear Lemire una serie de consecuencias que afectan directamente al
punto “débil” de Animal Man, su familia. Finalmente, en la segunda parte, llegamos a la auténtica
conclusión de la saga desarrollada en la serie de “La Cosa del Pantano” con un
planteamiento un tanto rocambolesco pero aceptable que vuelve a replantear la
relación de Alec Holland y Abigail y abre nuevas vías para el futuro inmediato
de ambos personajes.
En
el aspecto gráfico, hay una gran diferencia entre los dibujantes de las dos
series. Y es que el salto de calidad entre Steve Pugh, el limitado dibujante de
“Animal Man”, y Yannick Paquette, el gótico dibujante de “La Cosa del Pantano”
quedando más que patente las diferencias entre ambos leyendo los números de
corrido. En "Animal Man" hay un irritante abuso de los fondos neutros y la recreación de unos personajes pobre que no acaba de estar a la altura del aceptable trabajo que en líneas generales está realizando Lemire en la serie.
Pugh es un dibujante ramplón y algo descuidado que en esta serie ofrece una narración
aburrida que contrasta con la imaginativa composición de un Paquette que se
adapta perfectamente a la ambientación monstruosa y macabra propia de la
“Existenz” de Cronemberg a la que parece referirse visualmente la imagineria de “Mundo Putrefacto”.También es cierto que los "ayudantes" con los que cuenta Pugh son incluso peores que él.
En
fin, en conjunto, se puede considerar que “Mundo Putrefacto” es una buena idea
de inicio pero que adolece de un desarrollo limitado, precipitado y superficial, y de la que creo estos mismos autores podrían haberse sacado
un mayor partido si hubiesen contado con más libertad por parte de la editorial. Y es que el desarrollo en paralelo resulta bastante pobre y la escasez de
sorpresas argumentales hace el desarrollo de la historia muy predecible hasta su conclusión al introducir en su
desenlace una serie de interesantes novedades que pueden dar nuevo aire a las
series de sus protagonistas principales, “Animal Man” y “La Cosa del Pantano”,
a poco que sus guionistas se pongan las pilas. Esperemos que sea así..