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miércoles, 17 de abril de 2013

“La Gran Odalisca”, de Vivès, Ruppert & Mulot.





Diábolo Ediciones acaba de  publicar “La Gran Odalisca”, la penultima obra del enfant terrible de la BD  Bastien Vivès, quien en colaboración con los menos terribles -aunque bastante menos conocidos en este lado de los Piríneos, Florent Ruppert y Jéróme Mulot, dúo de artistas que desde hace años han desarrollado una carrera conjunta en los circuitos de cómic independientes del país vecino hasta que fueran fichados por Jean Christophe Menu para L’Association, editorial donde han continuado publicado en los últimos años unas obras marcadas por el afán de experimentación y exploración de los límites de la narración gráfica. De la amistad y colaboración a seis manos de estos artistas, surge “La Gran Odalisca”, una inteligente y original historia de acción en la que, como en todas las obras de Vivès,  esconde más de lo que parece.
  Alex y Carole son dos amigas que llevan más de nueve años viviendo la vida al límite dedicándose al robo de obras de arte. No hay museo ni cuadro que se les resista, aunque ello conlleve que su vida sentimental no pase precisamente por un buen momento. Cuando las encargan el robo de “La Gran Odalisca”, el cuadro de Ingres expuesto en el Louvre, las ladronas aceptan el desafío para el que alistarán a una nueva miembro en el equipo, Sam. Las tres amigas, tras una minuciosa planificación no exenta de problemas, acometerán juntas un robo que se convierte en su mayor desafío.
Una vez más –y van ya unas cuántas- Vivès vuelve a engancharnos subvirtiendo los tópicos para llevarnos a su terreno que no es el otro de la la observación obsesiva del universo femenino. En esta ocasión, no se ha cortado y ha invitado a la fiesta a dos amigotes, Ruppert & Mullot, para construir entre los tres un cómic asimétrico y sutil, de acabado atractivo e hipnótico, en el que bajo la espectacularidad propia de las películas de acción de nuevo cuño se esconde un interesante, aunque seguramente fracasado, intento de entender el misterio femenino desde planteamientos eminentemente masculinos.
No en vano, como el cuadro que da título al cómic y sobre el que gira parte de la trama, el equipo creativo ha buscado forzar al máximo el planteamiento de la historia para acercarse a la amistad femenina entre las tres protagonistas, enredadas en sus devaneos sentimentales y su nihilista concepción de la existencia marcada por la aventura y la amistad convirtiendo la trama de acción en un elemento secundario dentro de la obra aunque primordial al ser el que sirve de excusa a la historia. En ese sentido, el equipo creativo no se corta a la hora de ironizar e introducir notas humorísticas en torno a los tópicos del cine de acción e intriga  más o menos evidentes.

A partir de la concatenación de los episodios en torno a la preparación del golpe, el equipo creativo se preocupa sobre todo en mostrar la personalidad de las protagonistas unas sensuales ladronas que intentan encontrar sentido a sus vidas arriesgándolas  en pos a su amistad, la búsqueda de emociones y la persecución del amor. A partir de un sustrato cinematográfico basado en heroínas contemporáneas que van de la obvia  a los “Ángeles de Charlie” a otras quizás menos evidentes como “Kill Bill”, “Bandidas” e incluso a “Le llamaban Bodhi”, Vivès y cia le dan a la obra una pausa existencialista y costumbrista que, sin lastrar la espectacularidad de la propuesta, la vuelve más sutil y original.

Respetando las aportaciones quizás menos evidentes de Ruppert & Mulot, el que le da su identificable estilo al tebeo es Bastien Vivès quien se encarga mediante su exquisito dibujo de dar el acabado gráfico al tebeo y dejar patentes sus habituales obsesiones en el argumento de la historia. Vivès acomete gráficamente su tebeo más ambicioso con multitud de localizaciones conocidas y secuencias de acción al tiempo que mantiene en su narración ese tempo pausado tan característico logrando un magnífico trabajo, encontrando además una estupenda aliada en la labor de la colorista, Isabelle Merlet. 
Tampoco hay que obviar ante la aparente sencillez del planteamiento, lo sofisticado de los recursos narrativos presentados a la hora de incorporar al final de la historia en un curioso flashback el origen de la amistad entre Carole y Alex.
He de decir que me ha gustado bastante “La Gran Odalisca” incluida su ambigua  y abrupta conclusión que deja abierta la puerta tanto a que podamos vivir nuevas aventuras de las protagonistas como a que hayamos asistido al final de su amistad.  Supongo que dependerá tanto del respaldo de los lectores como de la amistad entre los creadores que nos saquen de la duda sobre si la obra tendrá o no continuidad en el futuro aunque, puestos a profetizar, tampoco sería descartable una adaptación cinematográfica por Luc Bessom. Tiempo al tiempo.   

martes, 28 de agosto de 2012

“Polina”, de Bastien Vivès.


Uno de los tebeos más fascinantes de los últimos tiempos ha sido “Polina”, publicado en España por Diábolo Ediciones y que confirmó si todavía alguien lo dudaba el descomunal talento de su autor el francés Bastien Vivès.
La historia se define en su título. Se trata de la biografía de una bailarina de ballet clásico, Polina, desde su ingreso en su niñez en una reputada academia dirigida por un exigente profesor, su progresión hasta convertirse en una reputada bailarina aunque para ello tenga que abandonar su país y alejarse de la sombra de su tutor para, pasados los años, reencontrarse con él.



Polina” es un tebeo sutil y contenido que muchos se pasan una carrera intentando contar y no lo logran por eso resulta tan llamativo que un autor tan joven como Vivès haya sido capaz de llevarlo a buen fin. Vivès sorprende no solo ya por acercar a un medio que en muchos casos abusa del efectismo y la espectacularidad como es el Cómic un mundo tan alejado y ajeno como el de la danza clásica para localizar una historia que es tan vieja como la vida y que marca buena parte de la obra del francés y que en este mundo acelerado en el que vivimos tendemos a olvidar, la del crecimiento y el paso de la infancia a la madurez a través del aprendizaje y la superación de los maestros.


Pero “Polina” no es una obra que sorprenda tan solo por la profundidad del tema propuesto ni su localización en el sacrificado mundo de la danza sino por la sobriedad y mesura con que Vivès narra la historia y construye los personajes optando siempre por la opción más directa y simple sin perderse en detalles superfluos que puedan distraer al lector para centrarse no solo en lo que narra a partir de sus dibujos sino lo que espera trascienda más allá de la historia. Esa economía se refleja incluso en la limitación del diálogo entre los personajes al máximo para centrarse en la comunicación no verbal de sus silencios,  gestos y  miradas, detalles y momentos que un observador minucioso como es el francés captura para desarrollar una historia con una técnica que recuerda a pintores impresionistas como Degas. Quizás la única licencia que Vivès se permite es el homenaje a Audrey Hepburn en el parecido de la protagonista.

Ese gusto por la contención y el minimalismo narrativo, Vivès ya lo había mostrado en obras como “El gusto del cloro” o “Amistad Estrecha” pero, sin embargo, en “Polina” va un paso más allá optando incluso por renunciar al uso del color por un bitono que se convierte en un instrumento eficaz  para reforzar aún más la contención de la historia. Una contención y un ritmo pausado que hace que la historia fluya sin que el lector perciba el paso del tiempo salvo mínimamente en los cambios físicos y las reacciones de Polina pero que Vivès devuelve en toda su crudeza a los lectores en el momento más climático de la historia, el reencuentro entre alumna y profesor. Es en ese estudiado momento, además, en el que Vivès se permite introducir magistralmente una de las preocupaciones que marcan su obra y que ya veíamos presente en otra obra sobre como “Hollywood Jan” la de hacer confluir la subjetividad de la mirada del protagonista y su mundo interior con las convenciones del mundo externo.

Polina” es el trabajo más ambicioso y logrado de Vivès, una rara perla de sensibilidad e inteligencia dentro de un medio al que en ocasiones le falta sutileza y que esta obra ayudará a crecer. “Polina” es una obra atemporal llamada a convertirse en un clásico.

miércoles, 25 de enero de 2012

“Hollywood Jan”, de Bastien Vivès y Michael Salanville.

Diábolo Ediciones están realizado a lo largo de los últimos años una buena labor acelerando la publicación de la producción pendiente de Bastien Vivés poniéndose prácticamente al día con este “Hollywood Jan” aparecido originalmente en Francia en 2008 y que Vivès realizase junto a Michel Salanville.


Jan es un chaval tímido y acomplejado que empieza un nuevo curso en el instituto. En contraste con su nulidad para las relaciones sociales, Jan tiene una rica vida interior y fantasea con ir acompañado a todos lados con Sylvester Stallone, Russel Crowe y Arnold Schwarzenegger quiénes le dan útiles y sabios consejos para sobrevivir entre la fauna del instituto. Sin embargo, conforme el pequeño Jan va perdiendo el miedo y se va a abriendo a sus nuevos compañeros, a uno de sus antiguos amigos imaginarios no parecen gustarle los cambios en la personalidad de Jan y hará todo lo posible para que las cosas vuelvan a ser como eran antes.

Entretenido y agradable cómic costumbrista el que nos ofrece esta vez Vivès, aunando esfuerzos con Michel Salanville, en el que ya da buenas muestras de su talento para aportar un punto de vista diferente al mundo cotidiano en una historia con un punto de partida tan trillado como el de la inadaptación al entorno social del adolescente retraído pero resuelto con eficacia y originalidad, alejándose del tópico melodramático para apostar por una solución abierta más sencilla y, en principio, optimista.

Organizado a partir de pequeños capítulos que reflejan distintas anécdotas protagonizadas por Jan y sus colegas reales e imaginarios al tiempo que refleja la evolución física y psíquica del protagonista, esta obra se encuentra a medio camino del “Calvin&Hobbes” de Bill Watterson y las crónicas sociales de Barú. Vivés le da en todo momento un aire naif a la historia, aprovechando su dominio del color y los volúmenes para jugar con la anatomía de los personajes y aportar agilidad a la historia mediante el uso de grandes viñetas en las que entremezcla la fantasía y la realidad que para el confundido protagonista viene a ser un todo.

Hollywood Jan” es un buen punto de partida para acercarse a la obra de este excelente dibujante antes de probar con otras obras en solitario más ambiciosas.

miércoles, 8 de junio de 2011

“Por el imperio: La fortuna”, de Merwan y Vivès.

Simultáneamente con la edición francesa, Diábolo Ediciones nos ofrece la tercera parte de “Por el imperio”, conclusión de la trilogía con que Merwan y Bastién Vivès nos han ofrecido su particular revisión del mito de la legión perdida.

En esta nueva entrega, Glorim Cortis y sus intrépidos pero cada vez más desmoralizados soldados llegan a las ruinas de una extraña civilización en su búsqueda de nuevos territorios que conquistar. Bajo la promesa de una jugosa recompensa, explorarán y enfrentarán los misterios de ese extraordinario lugar antes de afrontar el regreso a un hogar que quizás no es el mismo que dejaron.

La Fortuna” es un álbum fascinante que se disfruta gracias a la sobresaliente labor gráfica de los autores (aunque se supone realizado a cuatro manos creo que el peso de un autor tan personal como Vivès en este aspecto del álbum es más que evidente) que llevan el minimalismo y la sobriedad de las anteriores entregas a la máxima expresión convirtiendo la historia en una bella y efectiva metáfora sobre la fugacidad de las aspiraciones humanas y la gloría de las conquistas materiales que acaban borradas por el transcurso del tiempo.

A pesar del fantástico dibujo y la aceptable conclusión de la trilogía, debo decir que argumentalmente este álbum me ha parecido el más irregular de los tres ya que da la sensación que los autores comprimen en un único álbum dos historias que habrían precisado de un desarrollo más profundo, en dos álbumes separados. De este modo, si el álbum engancha durante la primera mitad en la ciudad en ruinas, la narración del regreso resulta mucho menos lograda, resultando en exceso confusa y deslavazada.

A pesar de ello, “Por el imperio” es un curioso y sorprendente “peplum” que no dejará indiferente a ningún lector gracias a su original planteamiento y resolución.

Por el imperio en El lector impaciente:

- “El Honor”.
- “Las Mujeres”.

lunes, 20 de septiembre de 2010

“Por el imperio: Las Mujeres”, de Merwan &Vivès.


Diábolo Ediciones nos ofrece la segunda entrega de “Por el imperio”, un peplum inteligente e inusual en el que se nos confirma el inmenso talento de Vivès en propuestas más comerciales frente a los trabajos más personales que le han dado mayor reconocimiento.


En este segundo álbum, titulado “Las mujeres”, continúan las exploraciones del capitán Glorim Cortis y sus huestes en su misión de reconocimiento de las tierras más allá de los límites del imperio. Tras abandonar el desierto, los recios guerreros atraviesan frondosos bosques sin encontrar ninguna resistencia. Cuando entre los hombres empieza a cundir el desánimo ante la ausencia de ocasiones para aumentar su gloría guerrera y la ausencia de botín, una bella amazona cae en su poder. Cuando la prisionera se escapa, Glorim envía a sus batidores tras ella para encontrar el sueño de Virgil hecho realidad, un pueblo mítico habitado sólo por bellas mujeres. Sin embargo, hasta el más bello de los sueños se puede convertir en la más terrible de las pesadillas.


El dúo formado por Merwan y Vivès que firman al alimón guión y dibujo vuelven a sorprender con esta segunda entrega de su serie “Por el imperio” en la que revisan las fórmulas tópicas del género para darles una perspectiva original en una especie de "El corazón de las tinieblas" de la Edad Antigua. Y es que en “Las mujeres” se centra en el enfrentamiento entre los aguerridos soldados que conocimos en la primera entrega cuyas motivaciones y descripción tanto se alejaba de la visión propia de los héroes antiguos para acercarla a una realidad más plausible de simples soldados que no conocen más realidad que la de la guerra y su motivación no va más allá de la obtención de conquista, botín y gloría, con el objeto de sus deseos: un pueblo habitado únicamente por bellas mujeres que lejos de dejarse conquistar por sus varoniles talentos les ponen en jaque, siendo la confrontación de los etnocéntricos planteamientos de los orgullosos soldados frente a las novedosas costumbres de los nuevos pueblos con los que se enfrentan el motor central de la serie.

Estamos ante una historia hipnótica y perfectamente hilvanada para que a partir de los datos concisos que los autores proporcionan en su narración cada lector sea el que añada los detalles e interprete una aventura en la que la narración se desarrolla de un modo pulcro y organizado para que guión y dibujo confluyan y se complementen siguiendo la estela de un tebeo tan notable y desapercibido como fue la inconclusa “Las Olivas Negras”, de Sfar y Guibert y de la que ya comenté algo aquí , aquí y aquí.

En el aspecto gráfico, la historia se inunda de verde respecto al sobrio y angustioso ocre terroso de la primera entrega y se convierte en la seña de identidad del álbum. Vivès sigue mostrando su talento como narrador gráfico con un efectivo tratamiento minimalista del dibujo alejado de cualquier viso de espectacularidad exagerada para otorgar mayor verismo a las aventuras de Glorim y sus huestes. Es notable como con muy pocos datos los autores logran describir en profundidad el carácter y personalidad de los numerosos personajes que aparecen en la historia para que sus reacciones en el marco de la trama no resulten incoherentes y se ajusten a la lógica interna de una historia que atrapa por un dibujo aparentemente sencillo y naif que esconde prácticamente en cada enfoque y perspectiva elegantes soluciones que hacen de la relectura inmediata del álbum una necesidad.En definitiva, "Las mujeres" confirma que “Por el imperio” es actualmente una de las mejores series abiertas del panorama del cómic europeo y la que mejor ha entendido que puede ofrecerse un tebeo que interese a un público heterodoxo y mayoritario sin que las ambiciones artísticas de sus autores queden arrinconadas.

Estoy impaciente por leer la tercera entrega.

Más “Por el imperio” en El lector impaciente:

- “El honor

viernes, 30 de abril de 2010

“Por el imperio: El honor”, de Merwan y Vivés.

Nos llega una terna de títulos de cómics europeos ambientados en el mundo antiguo que seguramente harán disfrutar a todos los aficionados al “peplum”. Continuaciones esperadas de series exitosas , como “Murena”, o sospechosas a las que dar una segunda oportunidad, como “Las Águilas del Imperio“, que ya iré comentando por aquí, pero hoy me gustaría destacar”El honor”, el primer álbum de la serie que ha abierto el fuego, “Por el imperio”, primorosamente editado por Diábolo Ediciones, que reúne el talento de Merwan Chabone y Bastien Vivés. Les cuento.

El capitán Glorim Cortis es un guerrero de élite del imperio. Vive por y para guerrear y ha convertido a su unidad en la más eficiente de todo el ejército y la encargada de realizar las misiones más arriesgadas. Es tal el éxito del capitán Cortis y sus hombres que el propio emperador les ha encargado la misión más compleja de todas, una misión que ampliará la gloria del imperio y la suya propia más allá del espacio y el tiempo: descubrir qué nuevos territorios conquistables se extienden más allá de los últimos límites conocidos del Imperio y realizar mapas e información al emperador. Cortis juntó a un grupo escogido de aguerridos soldados se aventurará a las tierras ignotas en pos de su destino y la gloria. Si quieren saber más, tendrán que leer el tebeo.

Vivés que hasta el momento se había dado a conocer con buenas críticas con una obra de marcado carácter autobiográfico como “El gusto del cloro” amplía en esta serie registros con una fórmula aparentemente más convencional pero que destaca por sus propuestas gráficas originales que convierten esta primera entrega en un tebeo destacable. A partir de un eficaz guión de Merwan, un guionista hasta ahora inédito en España, se construye una historia opresiva que recuerda en parte a mitos clásicos como el de la legión perdida explotado literariamente por autores como Manfredi o Kane y, en parte, a una película tan entretenida como fue “El guerrero nº 13”, aunque el desarrollo de Merwan quizás esté más cercana a las crónicas de conquistadores españoles como Lope de Aguirre. Merwan mantiene una estudiada ambigüedad sobre los datos históricos para evitar necesariamente la identificación de su imperio y su ejército con el romano, aunque resulte bastante obvia.

La historia está estructurada claramente en dos partes: en la primera, se introduce una narración paralela en la que se presenta lacónicamente a los principales personajes al tiempo que gráficamente se desarrolla el asedio de una ciudad de un modo que me ha recordado a un autor aparentemente tan alejado de Merwan y Vivés como Frank Miller y su “300” para, posteriormente, pasar a la trama principal en la que se cambia de registro y la historia se centra en la misión encomendada por el emperador al pequeño grupo de protagonistas que se van adentrando en un territorio hostil, recordado en el tratamiento de los personajes a autores de la Nouvelle BD como Blain o Sfar. La historia se interrumpe en un abrupto “continuará…” que promete que lo mejor está por llegar (¿cuándo el cómic francés abandonará el anticuado formato de 56 páginas para ofrecer historias unitarias que no obliguen esperar años para terminar una historia?), dejando al lector con la miel en los labios.
La hilazón de las partes que componen el álbum la proporciona un Vivés inspirado que consigue que el álbum entre por los ojos y nos demoremos en su hipnótico y personal dibujo, de apariencia sencilla a través del cuál va construyendo una atmósfera opresiva que sirve para dejar en el lector el poso de distintas impresiones: en la primera parte de la obra, del poderío sin límites del imperio y, en la segunda, de la ambigua extensión de terreno ignoto por el que avanza la expedición exploradora.


El dibujo de Vivés es de líneas simples y rectas, pero enormemente eficaz tanto a nivel narrativo como descriptivo, identificando perfectamente a los principales personajes de la historia en función a unos pocos rasgos definitorios y dosificando a través de una inteligente planificación de página el ritmo de una historia que ora avanza al ritmo impuesto por las lacónicas y eficaces cartelas de Merwan, ora se separa en una eficaz narración en paralelo. Punto y aparte merece el magnífico y original tratamiento del color (gracias también a la labor de la colorista Sandra Desmazieres) basado en un fuerte contraste de colores primarios y tonos oscuros y apagados con un matiz terroso que recuerda en muchas ocasiones al de la cerámica griega y refleja a la perfección la oscuridad de aquellos tiempos antiguos de guerras y conquistas.
En definitiva, “El honor” es un álbum notable que deja con ganas de más tanto por sus hallazgos gráficos como por lo correcto de la historia. Esperemos que los dos álbumes anunciados que completan la historia estén a la altura de esta primera parte. Impaciente los espero.