Entre empachos de polvorones y resacas de chupitos de baileys he sacado algo de tiempo para leer algunos cómics. Entre ellos, destaca la última gran macrosaga marvelita, la Civil War, y, oigan, que quieren que les diga…Me ha gustado más de lo que imaginaba.
Sí, acostumbrado desde hace muchos años a la larga tradición de bodrios que la casa de las Ideas suele intentar endosarnos como "el Cómic definitivo que moverá los cimientos del Universo Marvel" y aquello de “ya nada volverá a ser lo mismo” para vendernos una serie limitada de escasa coherencia y que obliga a comprar un montón de "crossovers" para enterarte de algo volviendo a los pocos meses a lo de siempre, estas Civil War al menos parten de un planteamiento y unas ideas interesantes contadas con una mínima coherencia a lo largo de los siete números que conforman la serie de una manera entretenida y hasta cierto punto lógica.
A causa de un desastre con cientos de víctimas provocado por la negligencia de un joven grupo de superhéroes, el gobierno norteamericano decide aprobar por fin la Ley para el Registro de Superhéroes que obligará a todos ellos a desvelar sus identidades secretas y trabajar bajo la dirección de SHIELD si no quieren ser considerados tan criminales como aquellos a los que combaten. Esta Ley provocará una disensión dentro de los superhéroes que se dividirán en dos grupos, uno liderado por el Capitán América y el Halcón, que considera la Ley una medida que atenta contra la libertad individual y otro encabezado por Iron Man y Reed Richards, que están de acuerdo con los argumentos del gobierno y consideran que es un paso inevitable en la evolución de la clase superheroica. Las situaciones se irán distanciando hasta el punto de llegar al enfrentamiento entre una facción y otra con alguna muerte de por medio y diversos héroes cambiarán de bando conforme vaya avanzando la serie.
En realidad lo que nos plantea Mark Millar (“The Ultimates”) no son ideas excesivamente originales. Los planteamientos de intervenciones gubernamentales sobre la acción de los superhéroes son ideas sobreexplotadas por guionistas de series como “Capitán America”, “Los Vengadores” o “La Patrulla X” a lo largo de los años. Sin embargo, sí que resulta novedosa la forma en que Millar incorpora estas situaciones al contexto actual de la sociedad norteamericana actualizando el mensaje en función a un pseudorealismo de moda actualmente en el género y ofreciendo argumentos coherentes de boca de los líderes de uno y otro bando en lo que probablemente sea el punto fuerte de la serie y del guionista, más comedido en el tratamiento de las versiones “clásicas” de los héroes que las que él mismo propuso en “The Ultimates”. A lo largo de los siete episodios los acontecimientos se suceden sin descanso para el lector, encadenando intrigas con traiciones, revelaciones de identidades y las dosis justas de acción para mantener la atención del lector hasta llegar al climax final que conociendo a Millar no podía ser otro que una batalla a mamporros para finalizar la serie de una manera un tanto precipitada y carente de un elemento muy importante en este tipo de macroacontecimientos y que por desgracia con la modernización de los superhéroes cada vez más perdido que es la Épica.
Steve McNiven ("Nuevos Vengadores") realiza un buen trabajo en el apartado gráfico en el marco de lo que se supone que es un tebeo de superhéroes moderno. Grandes viñetas espectaculares y reducir los diálogos al mínimo, diálogos que se echan a faltar en ocasiones para desarrollar las diferentes posturas de los diferentes bandos. En fin, que visto lo que se hace por ahí, estas “Civil War” están la mar de entretenidas sin llegar a ser un cómic que “moverá los cimientos del Universo Marvel” ni bla bla bla…
Ustedes mismos.
Sí, acostumbrado desde hace muchos años a la larga tradición de bodrios que la casa de las Ideas suele intentar endosarnos como "el Cómic definitivo que moverá los cimientos del Universo Marvel" y aquello de “ya nada volverá a ser lo mismo” para vendernos una serie limitada de escasa coherencia y que obliga a comprar un montón de "crossovers" para enterarte de algo volviendo a los pocos meses a lo de siempre, estas Civil War al menos parten de un planteamiento y unas ideas interesantes contadas con una mínima coherencia a lo largo de los siete números que conforman la serie de una manera entretenida y hasta cierto punto lógica.
A causa de un desastre con cientos de víctimas provocado por la negligencia de un joven grupo de superhéroes, el gobierno norteamericano decide aprobar por fin la Ley para el Registro de Superhéroes que obligará a todos ellos a desvelar sus identidades secretas y trabajar bajo la dirección de SHIELD si no quieren ser considerados tan criminales como aquellos a los que combaten. Esta Ley provocará una disensión dentro de los superhéroes que se dividirán en dos grupos, uno liderado por el Capitán América y el Halcón, que considera la Ley una medida que atenta contra la libertad individual y otro encabezado por Iron Man y Reed Richards, que están de acuerdo con los argumentos del gobierno y consideran que es un paso inevitable en la evolución de la clase superheroica. Las situaciones se irán distanciando hasta el punto de llegar al enfrentamiento entre una facción y otra con alguna muerte de por medio y diversos héroes cambiarán de bando conforme vaya avanzando la serie.
En realidad lo que nos plantea Mark Millar (“The Ultimates”) no son ideas excesivamente originales. Los planteamientos de intervenciones gubernamentales sobre la acción de los superhéroes son ideas sobreexplotadas por guionistas de series como “Capitán America”, “Los Vengadores” o “La Patrulla X” a lo largo de los años. Sin embargo, sí que resulta novedosa la forma en que Millar incorpora estas situaciones al contexto actual de la sociedad norteamericana actualizando el mensaje en función a un pseudorealismo de moda actualmente en el género y ofreciendo argumentos coherentes de boca de los líderes de uno y otro bando en lo que probablemente sea el punto fuerte de la serie y del guionista, más comedido en el tratamiento de las versiones “clásicas” de los héroes que las que él mismo propuso en “The Ultimates”. A lo largo de los siete episodios los acontecimientos se suceden sin descanso para el lector, encadenando intrigas con traiciones, revelaciones de identidades y las dosis justas de acción para mantener la atención del lector hasta llegar al climax final que conociendo a Millar no podía ser otro que una batalla a mamporros para finalizar la serie de una manera un tanto precipitada y carente de un elemento muy importante en este tipo de macroacontecimientos y que por desgracia con la modernización de los superhéroes cada vez más perdido que es la Épica.
Steve McNiven ("Nuevos Vengadores") realiza un buen trabajo en el apartado gráfico en el marco de lo que se supone que es un tebeo de superhéroes moderno. Grandes viñetas espectaculares y reducir los diálogos al mínimo, diálogos que se echan a faltar en ocasiones para desarrollar las diferentes posturas de los diferentes bandos. En fin, que visto lo que se hace por ahí, estas “Civil War” están la mar de entretenidas sin llegar a ser un cómic que “moverá los cimientos del Universo Marvel” ni bla bla bla…
Ustedes mismos.