Enrevistador: ¿Cuándo comenzaron a interesarte los cómics?
Gulacy: Todo vino porque mi madre trabajaba en una tienda. Mi padre y yo íbamos a recogerla después del trabajo, y yo me entretenía en la sección de las revistas, revolviendo todos los cómics. El único que atraje realmente mi atención por aquel entonces fue el "Sgto. Rock", de Joe Kubert. Pensé que tenían una magia especial. Como no podía obtener todos los números en la tienda, decidí suscribirme. Así es como conseguí muchos de mis cómics. Del "Sgto. Rock" pasé a "Enemy Ace" ("El Barón Rojo"), un personaje que me entusiasmaba de verdad, porque yo estaba muy interesado por la aviación de la I Guerra Mundial. En aquella época, a mediados de los sesenta, se estrenaron las película de James Bond, y yo me quedé fascinado con ellas, y fue entonces cuando em abalancé sobre el "S.H.I.E.L.D." de Jim Steranko. Me dije: así es como todos los cómics deberían ser. Me puse a buscar como loco todas las cosas que había hecho Steranko, tal era el impacto que había tenido en mí.
Después, cuando ya estaba finalizando mis estudios en el instituto, los cómics en los que realmente me fijaba eran los pequeños monigotes que y dibujaba. Empezaba a tener la sensación de que esto podía ser algo que podría querer hacer
Entrevistador: Llegaste a conseguir una gran popularidad cuando dibujabas cómics. Entonces los dejaste. ¿No echaste de menos la adulación de los fans cuando ésta se terminó?
Gulacy: Bueno, en realidad no terminó. Fue entonces cuando el más extraño de los fans irrumpió en mi vida. La cosa fue así: llama a mi puerta, y mi madre le abre. El chico pregunta: "¿Es esta la casa de Paul Gulacy? ¡Oh, tío! Esto es demasiado. El gran "G" vive aquí. ¿Está en casa?" Mi madre sube a mi estudio, y me dice: "Hay alguien que quiere verte". Yo voy a la puerta, y ahí está el chico. Y detrás suyo hay un tipo revolcándose en nuestro césped. Le pregunto al chico: "¿Qué hace ese tipo revolcándose en la hierba?". Él me contesta: "Oh, lleva en la carretera tanto tiempo que echa de menos el olor y la textura de la hierba". Yo le digo: "¡Dile a tu amigo que se quite de ahí!". Él me dice: "Oh, no. ¡H-he venido haciendo autostop con él!". Le pregunté qué era lo que quería. Me dijo que había venido haciendo autostop desde Wisconsin para verme, y que era un gran fan de "Master of Kung Fu". Le invité y tuvimos una amigable charla. Tiempo después, cuando me trasladé a Nueva York, me visitó con muestras de sus dibujos. Yo le preparé una entrevista con Archie Goodwin y Jim Shooter. Ambos lo rechazaron, pero él tenía una determinación tremenda, así que le animé a que perseverara. Actualmente dibuja un cómic para una compañía independiente.
Entrevistador: ¿Y qué cómic es...?
.
Gulacy: "Nexus".
Entrevistador :¡¡¿El chico era Steve Rude?!!
Gulacy: Sí. Ahora, "The Dude" se las arregla bien por sí mismo.
(Extracto de una completísima entrevista a mi admirado Paul Gulacy publicada originalmente en la edición de “Slash Maraud” editada por Ediciones Zinco en 1990 y que en el indispensable Pienso en Cómics han subido a la Red. Pueden leerla completa aquí y aquí).
Gulacy: Todo vino porque mi madre trabajaba en una tienda. Mi padre y yo íbamos a recogerla después del trabajo, y yo me entretenía en la sección de las revistas, revolviendo todos los cómics. El único que atraje realmente mi atención por aquel entonces fue el "Sgto. Rock", de Joe Kubert. Pensé que tenían una magia especial. Como no podía obtener todos los números en la tienda, decidí suscribirme. Así es como conseguí muchos de mis cómics. Del "Sgto. Rock" pasé a "Enemy Ace" ("El Barón Rojo"), un personaje que me entusiasmaba de verdad, porque yo estaba muy interesado por la aviación de la I Guerra Mundial. En aquella época, a mediados de los sesenta, se estrenaron las película de James Bond, y yo me quedé fascinado con ellas, y fue entonces cuando em abalancé sobre el "S.H.I.E.L.D." de Jim Steranko. Me dije: así es como todos los cómics deberían ser. Me puse a buscar como loco todas las cosas que había hecho Steranko, tal era el impacto que había tenido en mí.
Después, cuando ya estaba finalizando mis estudios en el instituto, los cómics en los que realmente me fijaba eran los pequeños monigotes que y dibujaba. Empezaba a tener la sensación de que esto podía ser algo que podría querer hacer
Entrevistador: Llegaste a conseguir una gran popularidad cuando dibujabas cómics. Entonces los dejaste. ¿No echaste de menos la adulación de los fans cuando ésta se terminó?
Gulacy: Bueno, en realidad no terminó. Fue entonces cuando el más extraño de los fans irrumpió en mi vida. La cosa fue así: llama a mi puerta, y mi madre le abre. El chico pregunta: "¿Es esta la casa de Paul Gulacy? ¡Oh, tío! Esto es demasiado. El gran "G" vive aquí. ¿Está en casa?" Mi madre sube a mi estudio, y me dice: "Hay alguien que quiere verte". Yo voy a la puerta, y ahí está el chico. Y detrás suyo hay un tipo revolcándose en nuestro césped. Le pregunto al chico: "¿Qué hace ese tipo revolcándose en la hierba?". Él me contesta: "Oh, lleva en la carretera tanto tiempo que echa de menos el olor y la textura de la hierba". Yo le digo: "¡Dile a tu amigo que se quite de ahí!". Él me dice: "Oh, no. ¡H-he venido haciendo autostop con él!". Le pregunté qué era lo que quería. Me dijo que había venido haciendo autostop desde Wisconsin para verme, y que era un gran fan de "Master of Kung Fu". Le invité y tuvimos una amigable charla. Tiempo después, cuando me trasladé a Nueva York, me visitó con muestras de sus dibujos. Yo le preparé una entrevista con Archie Goodwin y Jim Shooter. Ambos lo rechazaron, pero él tenía una determinación tremenda, así que le animé a que perseverara. Actualmente dibuja un cómic para una compañía independiente.
Entrevistador: ¿Y qué cómic es...?
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Gulacy: "Nexus".
Entrevistador :¡¡¿El chico era Steve Rude?!!
Gulacy: Sí. Ahora, "The Dude" se las arregla bien por sí mismo.
(Extracto de una completísima entrevista a mi admirado Paul Gulacy publicada originalmente en la edición de “Slash Maraud” editada por Ediciones Zinco en 1990 y que en el indispensable Pienso en Cómics han subido a la Red. Pueden leerla completa aquí y aquí).