¿Se acuerdan ustedes de La Faraona? Probablemente los más jóvenes no, pero esa Lola Flores de tronío que recordarán los más veteranos, madre de Lolita, Rosario y Antonio, tuvo sus más y sus menos con Hacienda allá por los ochenta porque ella no tenía claro eso de que Hacienda somos todos y pasaba de declarar, acumulando una deuda considerable. A la Lola de España no se le ocurrió otra cosa para solucionarlo que salir por la tele de entonces pidiendo que todos los españolitos le dieran un duro para poder hacer frente a la deuda con un gracejo que incluso en algún momento pensabas incluso en darle el duro (yo estuve por mandarle mis cinco duros de paga). ¿Les parece serio? no, ¿verdad? Pues pasados más de treinta años una editorial de tebeos ha hecho más o menos lo mismo. Ponent Mon ha enviado un comunicado que pueden leer aquí, reclamando la ayuda de los lectores en forma de compra de tebeos para poder seguir con su labor editorial.
Leyendo el comunicado, no he podido dejar de acordarme de doña Lola porque más o menos utiliza la misma técnica que la Faraona, apelar al colegueo y a la vis sentimental de los aficionados para capear una mala situación económica de la que los lectores no somos culpables.
Soy el primero que lo siente por la gente de Ponent Mon, como lo sentí por Lola Flores que siempre me cayó bien, porque seguro que han actuado con toda su buena voluntad pero creo que esa forma de dirigirse a sus potenciales clientes y trasladarles sus problemas no es la adecuada. Recuerda demasiado a ese amigo que todos hemos tenido que apelando a la amistad nos sableaba un día sí y otro también. Y, no nos equivoquemos, una editorial no se crea para hacer amigos, sino para hacer negocio. No es justo cuando el negocio no va bien, apelar a la simpatía de los aficionados.
Supongo que Ponent Mon debe estar pasando por problemas graves para adoptar una medida tan desesperada pero una editorial no puede demandar al lector la compra de sus productos de esa manera, por muy buenos que sean, para salir del apuro porque aun cuando logren el apoyo masivo de los aficionados y acaben con todo su catálogo y se salva la situación, si se cometieron errores en la gestión editorial estos volverán a repetirse. Está claro que vivimos en una época de crisis, pero la crisis afecta a todos, tanto a las editoriales como a los aficionados que tenemos que mirar con lupa a que obras dedicamos nuestra cada vez más menguante partida presupuestaria para tebeos y que tenemos también nuestros pequeños o grandes problemas económicos que no hacemos públicos.
Es cierto que las editoriales pequeñas son las que peor lo están pasando porque muchas de ellas se lanzaron a la aventura editorial sin las bases económicas y los conocimientos que se precisan para gestionar un negocio, impulsadas la mayoría de las ocasiones por el entusiasmo de auténticos aficionados a esto de los tebeos. El entusiasmo y el amor por los cómics que puede valer cuando vienen bien dadas como hasta hace unos años no es suficiente en una situación como la actual. Realmente deseo que Ponent Mon si tiene problemas económicos los solucione y continúe ofreciéndonos excelentes títulos (de hecho pienso apoyarles con dos o tres compras de las obras que anuncian) pero que nadie se equivoque, ni ellos ni nosotros, nuestra relación no es de colegueo sino de vendedor-cliente y la solución no es que el lector les haga un favor comprando sus tebeos sino que reorganicen su modelo de negocio. Si Ponent Mon, por desgracia desaparece, y sus tebeos merecen la pena (yo creo que muchos de ellos sí) otra editorial se hará con los derechos y podremos seguir leyéndolos en España.
Lola Flores al final salió bien librada y siguió trabajando durante muchos años sin volver a reclamar la buena voluntad de los españolitos. Espero que a Ponent Mon le suceda lo mismo y siga editando obras excelentes durante muchos años sin necesidad de recurrir a estas estrategias.
Si tienen un poco de paciencia en el vídeo de abajo verán a la Lola reclamando las pesetillas para pagar su deuda. No tiene desperdicio.