Planeta publica la tercera
entrega de “Ladrón de ladrones”, la serie buque insignia de ese interesante
experimento que se ha montado Robert Kirkman en el sello Skybound de Image en
el que, como si de precocinados se tratase, propone ideas para que las
desarrollen otros con vistas a su cercana adaptación televisiva o
cinematográfica. En esta tercera entrega de “Ladrón de ladrones”, seguramente
la más convencional de todas las
propuestas de Skybound pero también la que más posibilidades tenga de dar ese
paso final a la pantalla al ahondar en un subgénero con tantos adeptos como el de
los ladrones de guante blanco, se recogen los números 14 a 19 de la serie original y la acción y el interés de
la serie crecen.
Redmond, el ladrón de
ladrones, si quiere salvar la vida de su hijo rehén del sanguinario y
expeditivo Lola tendrá que llevar a cabo su golpe más arriesgado robando a los
mismos capos de la mafia italiana sus tesoros más valiosos. Para ello, Redmond
debe reunir a su antiguo equipo, incluida su conflictiva ex, y trasladarse a la
Reina del Adriático, Venecia. Todo parece ir bien hasta que la presencia de la
perspicaz e inagotable agente del FBI Liz Cohen complique el golpe.
Robert Kirkman sin duda sabe
cómo desarrollar una trama entretenida y estas historias de ladrones de guante
blanco siempre son muy agradecidas, más si para el desarrollo de este tercer
arco argumental Kirkman ha contado con la ayuda de un experto en el cómic de
acción como Andy Diggle que se conoce a la perfección los trucos del oficio.
Kirkman y Diggle construyen una eficaz trama en la que el primero se encarga de
coordinar la historia para que cuadre dentro del esquema argumental que ya
tenía prefijado y el segundo de los detalles de esta segunda historia que a
pesar de su sencillez resuelve con pericia.
Quizás donde la serie no
resulta tan atractiva sea en el apartado gráfico, donde el trazo burdo de Shawn Martinbrough le resta
vistosidad al pastiche aunque también hay que reconocer que es un dibujante que
se adapta a la perfección al estilo Kirkman con una narración directa y muy
cinematográfica a las que se aúna un estilo poco elaborado. El colorista Félix
Serrano le da a la serie un acabado muy personal que la distingue de otros
productos similares.
En fin, a la espera de verla
adaptada, “Ladrón de ladrones” sin ser deslumbrante por su originalidad es una
serie entretenida y bien desarrollada que explota todas las convenciones del
género al que se adhiere. Si se deciden hacer una peli, seguro que tienen
éxito.