Cualquier nuevo tebeo del veterano Carlos Giménez tiene que ser noticia y compra obligada y este es lo primero, además, por motivos ajenos al propio cómic.supone la ruptura –no sabemos si definitiva- de Giménez con su editorial de muchos años, la Glénat/EDT de Joan Navarro y su, sorprendente en principio fichaje, por Panini, editorial que a la chita callando se está haciendo con firmas de prestigio –aparte de Giménez, hace poco un flamante Premio Nacional del Cómic como Santiago Valenzuela anunció que su próxima entrega de “Capitán Torrezno” iba a ser publicada por esta editorial- para su hasta ahora poco reconocida línea de cómic nacional; y lo segundo, porque Giménez sigue siendo sinónimo de calidad y narración exquisita y en esta nueva serie rinde homenaje a otro superdotado de la historieta patria fallecido hace un par de años, Pepe González.
Giménez en este primer álbum de la serie se acerca a la figura de su amigo y compañero a partir de sus anécdotas de juventud reunidas de los recuerdos de familiares y amigos del finado y convertidas en crónica cariñosa y nostálgica de la infancia y juventud del genial dibujante barcelonés desde sus primeros años en el Barrio Chino de posguerra en el que nació y su incorporación a las Selecciones Ilustradas de Toutain – Giménez disimula con poco entusiasmo los nombres de las personas reales protagonistas de las anécdotas pero no resultará difícil al lector perspicaz, ayudado por la considerable documentación gráfica reunida en el tomo, identificar a unos y a otros- hasta sus pinitos musicales en el grupo Los Dálmatas en los sesenta.
Parece que lo del cómic (auto)biográfico –slice of life- lo llaman- y costumbrista es una cosa muy de ahora, pero realmente en el cómic español eso de contar la vida de los dibujantes es una cosa que viene de antiguo siendo quizás los casos de Vázquez y , sobre todo, el propio Carlos Giménez los más destacables. En esta ocasión, no es que la vida de José "Pepe" González carezca de interés pero hacerla objeto de tebeo viene a cuento del deseo y la inquietud de Giménez por no solo homenajear sino también reivindicar la persona y obra de su amigo, un brillante dibujante de dibujantes del que con cariño destaca sus luces y minimiza que no esconde sus sombras.
Se podría pensar que “Pepe” puede ser una obra menor dado el volumen y calidad de la obra anterior de Giménez pero, y aun es pronto para confirmarlo ya que estamos ante la primera entrega, creo que es posible que nos encontremos ante una obra llamada a convertirse en compendio de toda la sabiduría adquirida por Giménez en toda su obra anterior, ya que desde este primer álbum se pueden identificar las inquietudes, las reflexiones y los hallazgos que conforman su característico estilo.
En “Pepe” se advierte la sensibilidad de la crónica social desde sus primeras páginas con la descripción descarnada del Barrio Chino barcelonés que ya hemos visto practicado en series como “Barrio” o “36-39” y también asistiremos a la brillantez para la construcción del retrato de los personajes a partir de sus anécdotas que nos retrotraerá inevitablemente a “Paracuellos” y, sobre todo, a “Los Profesionales”. A todo ello, hay que añadirle quizás un dibujo más suelto y preciso porque Giménez con el paso de los años y el abandono de las rígidas cuadrículas –y es una apreciación mía- parece que cada vez dibuja mejor y creo que se le puede considerar, más allá de las comparaciones odiosas, el Eisner español.
En fin, creo que este primer volumen de “Pepe” no va a defraudar a ninguno de los seguidores de Giménez y sus detractores –que los tiene- encontrarán la misma munición de siempre para argumentar su crítica. Pero, además, pienso que el neófito, virgen todavía en su obra, puede encontrar en “Pepe” la puerta de entrada ideal a su particular universo realista al tiempo que se sumerge en la vida de uno de los mejores y menos reconocidos dibujantes que ha dado este país con lo que matará dos pájaros de un tiro. No es poca cosa para una obra menor.