Daniel Clowes (“David Boring” “Ghost World”, "Ice Haven") es uno de los autores más interesantes del panorama alternativo norteamericano. De su obra, se pueden decir muchas cosas pero en ningún caso dejará indiferente al lector que puede llegar amarla y aborrecerla por igual.
La historia que Clowes nos cuenta en “Como un guante de seda forjado en hierro” comienza con el visionado de una película snuff por parte de Clay, un joven que cree reconocer en la actriz protagonista una antigua amante. Así, inicia un viaje en busca de la chica que le lleva a cruzarse en el camino de una serie de extraños y enfermizos personajes (en realidad tan extraños y enfermizos como él) cada uno de los cuáles es a su vez presa de obsesiones más o menos inconfesables.
En “Como un guante de seda forjado en hierro” bajo las formas de thriller con elementos surrealistas Clowes escribe un cómic sobre la obsesión y la soledad extremas. Todos los personajes que desfilan ante nuestros ojos muestran las consecuencias de éstas en alguna medida, desde los sectarios seguidores de Godfrey hasta Billings y su loca investigación sobre “Mr Jones”, pasando por Geat o los policías maricas y sus violentos métodos son seres inmersos en sus propios universos cuya única concesión a la comunicación con el otro se encuentra en la confrontación o la perplejidad. Clowes no hace concesión ninguna hacia los personajes mostrándolos como una panda de “freaks” obsesivos y convirtiendo al único que podría despertar la simpatía del lector -la tímida Tina, enamorada de Clay- en un monstruo físicamente abominable. Sin embargo, por otro lado, esos mismos personajes no dejan de ser seres ansiosos por recuperar el amor perdido –ó la ilusión del amor- que alguna vez disfrutaron. De este modo, Clowes va guiando al desconcertado y hasta cierto punto asqueado lector hacia el sorprendente final de la historia para darnos cuenta que no hemos hecho más que caminar en círculos al son de la música de Clowes para encontrarnos de nuevo en el punto del que partimos.
Los personajes de Clowes hacen participe al lector de la pesadilla en la que viven a través de angustiosas miradas hacia el otro lado de la viñeta desde donde el lector intenta buscar un sentido a lo que está presenciando. Un sentido que realmente no existe o existen tantos como lectores haya.
La historia que Clowes nos cuenta en “Como un guante de seda forjado en hierro” comienza con el visionado de una película snuff por parte de Clay, un joven que cree reconocer en la actriz protagonista una antigua amante. Así, inicia un viaje en busca de la chica que le lleva a cruzarse en el camino de una serie de extraños y enfermizos personajes (en realidad tan extraños y enfermizos como él) cada uno de los cuáles es a su vez presa de obsesiones más o menos inconfesables.
En “Como un guante de seda forjado en hierro” bajo las formas de thriller con elementos surrealistas Clowes escribe un cómic sobre la obsesión y la soledad extremas. Todos los personajes que desfilan ante nuestros ojos muestran las consecuencias de éstas en alguna medida, desde los sectarios seguidores de Godfrey hasta Billings y su loca investigación sobre “Mr Jones”, pasando por Geat o los policías maricas y sus violentos métodos son seres inmersos en sus propios universos cuya única concesión a la comunicación con el otro se encuentra en la confrontación o la perplejidad. Clowes no hace concesión ninguna hacia los personajes mostrándolos como una panda de “freaks” obsesivos y convirtiendo al único que podría despertar la simpatía del lector -la tímida Tina, enamorada de Clay- en un monstruo físicamente abominable. Sin embargo, por otro lado, esos mismos personajes no dejan de ser seres ansiosos por recuperar el amor perdido –ó la ilusión del amor- que alguna vez disfrutaron. De este modo, Clowes va guiando al desconcertado y hasta cierto punto asqueado lector hacia el sorprendente final de la historia para darnos cuenta que no hemos hecho más que caminar en círculos al son de la música de Clowes para encontrarnos de nuevo en el punto del que partimos.
Los personajes de Clowes hacen participe al lector de la pesadilla en la que viven a través de angustiosas miradas hacia el otro lado de la viñeta desde donde el lector intenta buscar un sentido a lo que está presenciando. Un sentido que realmente no existe o existen tantos como lectores haya.
Clowes, un autor rico en influencias, que van desde David Lynch hasta Franz Kafka pasando por Boris Vian, es capaz de absorber lo mejor de las mismas para en un medio diferente como el del cómic, enfrentarnos a los miedos ocultos del hombre contemporáneo con un estilo tan entretenido como desasosegador para el lector. Un autor único.
De este modo, os animó que os enfrentéis a los enigmas de Clowes con los ojos abiertos y la mente alerta. Seguramente, después del viaje hayáis descubierto algo más sobre vosotros mismos…
De este modo, os animó que os enfrentéis a los enigmas de Clowes con los ojos abiertos y la mente alerta. Seguramente, después del viaje hayáis descubierto algo más sobre vosotros mismos…