No nos podemos quejar porque
Planeta se está poniendo las pilas y sigue el ritmo de la edición norteamericana de “
Los Muertos Vivientes” de
Kirkman y
Adlard –seguramente tanta presteza algo tendrá que ver en tanta presteza la adaptación televisiva- que en Estados Unidos va por el número 78 y el último TPB español incluye los números del 68 al72, un nuevo álbum en el que
Kirkman nos vuelve a deleitar con un nuevo giro argumental (y van…) lleno de posibilidades.
Los supervivientes llegan por fin a Washington siguiendo la guía de Eugéne. Sin embargo, sus expectativas se ven truncadas y el panorama se vuelve más oscuro de lo habitual en una enorme ciudad invadida de zombis y sin apenas alimentos. Pero, cuando la situación es más desesperada, la aparición de un nuevo personaje que les anima a unirse a una comunidad de supervivientes mejor organizada y numerosa que la suya es recibida entre el recelo y la esperanza. ¿Habrán encontrado nuestros protagonistas un lugar donde instalarse por fin?¿Es todo tan bueno como parece?¿Serán capaces de adaptarse a la nueva situación? Tendréis que leeros el tebeo para saberlo.
Podría considerarse este TPB como un nuevo punto de inflexión en la serie y, si bien en cierta manera puede considerarse así, creo que el verdadero giro
Kirkman lo introdujo realmente en el anterior volumen, “
Teme a los Cazadores”, en el que nuestros protagonistas dejaron de ser los “buenos” y empezaron a tomar decisiones moralmente discutibles justificadas para asegurar su supervivencia pero que ponen en tela de juicio su cordura y “humanidad”. En esta entrega,
Kirkman empieza a sacar punto a esa nueva situación de conflicto entre los agotados protagonistas y la aparentemente pacífica comunidad de supervivientes para presentar en las últimas páginas un nuevo e inquietante registro en Rick y sus chicos. En ese sentido, resulta un placer ver como
Kirkman va desarrollando con aparente sencillez las tramas y hace evolucionar a los personajes en una “serie-río” que de momento no acusa desgaste.
En el aspecto gráfico, ninguna novedad destacable con un
Adlard cumplidor pero que no sobresale (salvo quizás en las meritorias portadas que los TPBs no incluyen) bien secundado por
Cliff Rathburn.
En fin, cada entrega de “
Los Muertes Vivientes” es una auténtica gozada que nos invita a disfrutar como en los tebeos de antes en los que las cabalas sobre como continuaría la historia eran casi tan importantes como lo que acabábamos de leer. Una serie que nadie debería perderse.