Gracias al acelerón que
Planeta ha realizado en los últimos meses a la publicación de la serie de
“Usagi Yojimbo” esta llega al tomo 26 equiparándose prácticamente con la
edición norteamericana, ya que en Estados Unidos solo van un tomo por delante.
En este "Traidores de la Tierra", que recoge los números 117 a 123 de la serie regular, nos reencontramos al conejo
samurai inmerso en nuevas aventuras en su vagabundeo por un mágico Japón
feudal,
En esta nueva entrega, el
conejo samurai tendrá que vérselas con un nigromante que ansía hacerse con un
anillo que permite a su poseedor controlar un ejército de zombis samuráis.
Cuando el anillo recae “accidentalmente” en manos de una vieja amiga de Usagi,
este la defenderá frente al mago y sus secuaces. Más adelante, Usagi se las
verá además con un bandido oculto en una fortaleza escondida al que ayudará sin
querer y se reencontrárá con un antiguo compañero de armas junto con el que
habrá de saldar una vieja deuda de honor.
Agradables y sencillas
tramas las que sigue desarrollando Sakai que no decae en su empeño de mantener
intacta la calidad de la serie un mes tras otro, entreteniendo con nuevas
aventuras ambientadas en la historia del Japón feudal sino que aprovecha su amplio
conocimiento del folklore y la mitología para adaptarlos a la medida
de una amplia galeria de personajes construida a lo largo de todos estos años y la frescura y naturalidad de su estilo narrativo.
Con esos
elementos, Sakai desarrolla las tramas con sencillez y oficio proporcionando un rato de agradable lectura
especialmente a sus seguidores más fieles que comprueban como van reapareciendo
con naturalidad antiguos personajes del pasado de Usagi. De este modo, en estas
páginas, nos reencontraremos con personajes como las pillas Kiyoko y Kitsune o
el cazador de demonios Sasuke. Sin embargo, el episodio que da muestras de la
coherencia de esta serie es el que cierra el volumen, “La Muerte del Señor
Hikiji”, nominado a los Eisner en 2010, en el que toda la trama de amistad y
venganza gira en torno a hechos acaecidos años –y muchos números- atrás.
En fin, a la chita callando,
Stan Sakai sigue con humildad e inteligencia sigue fiel a su cita deparándonos
buenos ratos protagonizados por su conejo samurái, un personaje que ya por
derecho propio ocupa un lugar privilegiado dentro de las grandes creaciones que
nos ha proporcionado el noveno arte..