viernes, 29 de abril de 2011

“Vicio Propio”, de Thomas Pynchon.

Entre las muchas cualidades que tiene mi vastaga, destaca su excelente gusto literario como ha quedado patente con los regalitos que me hizo por el Día del Padre. Aparte del último Murakami con el que estoy ahora (a los de Facebook, hay que estar más atentos a las pistas), he devorado en poco tiempo la última obra del escurridizo Thomas Pynchon, con la que me lo he pasado muy bien.

En el psicodélico Los Ángeles de los sesenta, Coy Sportello es un detective “sui generis” que pasa en el dulce letargo del fumador compulsivo de marihuana en todas sus variedades. Sin embargo, cuando su antigua novia Shasta, acude para que le ayude a encontrar a su actual amante, el multimillonario especulador inmobiliario Mickey Wolfmann, el bueno de Coy no podrá negarse.

Pynchon en “Vicio Propio” juega con las estructuras clásicas de la novela negra, masca la trama y regurgita una brillante novela en la que disecciona con ironía y mala baba los mitos propios de la cultura popular que han conformado la contradictoria cultura californinana, en un brillante viaje en el tiempo en el que la música, las drogas y el sexo no dejan de estar muy presentes. Coy Sportello es un personaje brillante a medio camino entre el escepticismo desencantado de Marllowe y la ingenuidad astuta de Mrs Marple, pero es solo la punta de un iceberg de una historia en que las variadas tramas se solapan y lían en encuentros y desencuentros absurdos que recuerdan al mejor Vian, cuya sombra puede intuirse entre las muchas y variadas referencias de la caleidoscópica novela de Pynchon. La trama criminal pronto pierde interés porque realmente nunca fue el propósito del escritor que tuviera demasiada importancia, más preocupado en mostrarnos la rica y variada fauna de personajes que rodea y conoce Sportello.

Vicio Propio” es una estupenda novela dentro de la producción de Pynchon en la que vuelve a mostrarnos su capacidad para ofrecernos la visión más esperpéntica y, quizás por ello más certera, de la cultura americana de los últimos tiempos que, no nos olvidemos para bien o para mal, no deja de ser también un poco la nuestra.

Superman oficialmente ya no es yanqui.

Caspita, parece que en “Action Comics 900”, Superman deja de ser norteamericano y eso ha levantado pupilla entre los amigos del té y sus afines.


Pero, digo yo, ¿este no era de Krypton?... En DC deben estar flotándose las manos con las ventas del tebeito.

Un preview del tebeo, aquí.

jueves, 28 de abril de 2011

Cartel del Cómic Nostrum 2011.

Bonito y original cartel del alemán Hendrik Dorgathen,. creador de “Space Dog”.

Más información sobre el Cómic Nostrum mallorquín, aquí.

“Conan La leyenda: La Hija del Gigante Helado y otras Historias”, de Kurt Busiek y Cary Nord.

Aprovechando la recopilación en tomos que está realizando Planeta de la serie que ya publicara hace pocos años “Conan, La Leyenda”, estoy aprovechando para releerla con calma y disfrutar de buen trabajo de ese extraordinario guionista que es Kurt Busiek.

A mí Busiek, como Archie Goodwin en su momento, me parece un hombre capaz de hacer milagros. Un guionista que sabe dar siempre con la tecla justa de qué tebeos le interesan a sus potenciales lectores. Si Goodwin salvó a Marvel haciéndose con los derechos de los cómics de “Star Wars”, Busiek hizo lo mismo arreglando buena parte de los desaguisados de la Marvel de los “Heroes Reborn” con estupendas etapas en “Los Vengadores” y “Thunderbolts”. Sin embargo, no contento con esto, Busiek dio el triple salto mortal sin red para “resucitar” a un muerto como Conan, exprimido hasta el tuétano durante décadas por la mencionada Marvel, en la colección que nos ocupa para Dark Horse a base de entretenidísimas historias que respetaban la esencia del personaje y nos mostraban sus primeros años y, de paso, realizaba nuevas adaptaciones de buena parte de los relatos originales de Howard.

En este primer volumen, que recoge los siete primeros números de la serie más el prólogo que fue el número 0, Busiek nos muestra a un Conan, joven y soñador, que, tras abandonar su Cimmeria natal, se dirige a la legendaria Hyperbórea, tierra de maravillas situada en la zona más septentrional del mundo hibóreo. Tras ayudar a un grupo de aesires a acabar con las escaramuzas de los vanires en sus tierras y sobrevivir a los encantos de Atali, la hija del gigante helado, Conan y sus aliados aesires son traicionados y enviados como esclavos a una Hyperborea, bastante diferente de lo imaginado por el cimmerio.

Busiek consigue desde este primer arco argumental dar una coherencia a la historia del bárbaro Conan no vista antes en un cómic de este tipo. Mediante la elipsis iniciada en el prólogo bajo la apariencia del relato de una crónica de leyenda que evoca a las mil y una noches, Busiek legitima su versión sin desmerecer a las de las otras fuentes que ya conocíamos –la del mismo Howard, la de Thomas y Marvel…- , otorgándole además a la biografía de Conan una cohesión nunca alcanzada con anterioridad, cuidando cada detalle de la descripción de las localizaciones como a la caracterización de los distintos personajes que van apareciendo para sin contradecir a sus predecesores otorgarle una patina novedosa que engancha tanto a los lectores que desconocen todo de Conan como a aquellos que siguen sus aventuras de antiguo. En este tomo, Busiek presenta una primera aventura de juventud de Conan en la que de algún modo el cimmerio pierde la inocencia tras su encuentro con los terribles y poderosos hiperbóreos al tiempo que no le importa alejarse de la cronología mayoritariamente aceptada de las aventuras howardianas para introducir su versión del maravilloso relato “La hija del gigante helado”.

En el aspecto gráfico, la serie cuenta con el dibujante canadiense Cary Nord que le da un aire moderno y personal sin renunciar por ello a referencias clásicas de la Fantasía Heroica en general, como Frank Frazetta, y Conan en particular, como John Buscema. En estos números, el colorista Dave Stewart aplica directamente el color sobre los lápices de Nord sin entintar, logrando sorprendentes y espectaculares resultados.

Conan, La Leyenda” es una excelente puerta de entrada al universo howardiano y este primer arco argumental una buena muestra de lo que está por venir. Ya seguiremos contandolo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Cartel y Programa de La Massana 2011.

Paco Roca está que se sale...Otro espectacular cartel, esta vez autoreferenciado a su “El invierno del dibujante”, para La Massana 2011.


“Consumido”, de Joe Matt.


Ha costado que la esperada última obra de Joe Matt entrara en mi plan de adquisiciones y lecturas, pero finalmente ha acabado entrando. Y es que, de ser una compra segura cuando se anunció, pasó a la categoría de “descartadas”de un plumazo debido a los veinte eurazos con que se desmarcaba Fulgencio Pimentel (eso sí, en una edición más que digna, con un estupendo papel y un gracioso marcapaginas de propina). Sin embargo y, tras barajar varias opciones de autoengaño –Día del Padre, Día del Lector del Cómic, Día de Apoyemos a Joe Matt y a Fulgencio Pimentel…- me pilló en una hora tonta y, preso de mi compulsiva pasión completista, me hice con el tebeo para alegría de mis libreros habituales y consternación de mis recargadas y caóticas estanterías.

Tras consumirlo, ¿merece la pena el desembolso? pues depende. Si nunca has leído un tebeo de Joe Matt, yo buscaría el “Pobre cabrón” de La Cúpula para saber si el particular tono pajillero y autoparódico de este particularísimo autor/personaje/freak puede llegar a gustarte; si ya lo conoces de antes, en “Consumido” encontrarás más de lo mismo, pero, más allá del patetismo un tanto idiota de su cerrado universo, se perciben sutiles matices que te pueden convencer, como en parte me han convencido a mí, que “Consumido” es un tebeo que bajo su aparente ligereza esconde al más inconformista y legítimo heredero del “slice of life” underground del Crumb, de “Mis Problemas con las mujeres”, y el Pekar, de “American Splendor”, por no salirnos del ámbito del Cómic e irnos a tipos tan recomendables como Bukowski o Allen.

Consumido” se resume en su fantástica portada. El solitario Joe Matt esconde su rostro en la almohada -¿duerme? ¿medita sobre la actividad creativa?¿se hace una paja?...- mientras se estira sobre una cama deshecha rodeado de papeles arrugados - ¿el fruto de su labor creadora?¿la consumación de la paja?- y desperdigados . Si uno no se desanima o no le presta demasiada atención al aviso sobre el contenido, descubrirá entre sus páginas las paranoias patéticas de siempre del autor –su obsesión por el dinero, su obsesión por el porno, su obsesión por su antigua novia, su aislamiento, su pereza-, agravadas por el paso de los años y los fracasos, junto a sus virtudes – la relación con sus amigos, Seth y Chester Brown- y las tiras antiguas, como “Gasoline Alley”de la que posee una completísima colección – mostrado en el consabido registro satírico y cómico.
Sin embargo, más allá de convertirse a sí mismo y su vida en motivo de mofa y escarnio público en una valiente (¿masoquista?,¿suicida?) decisión, Joe Matt se muestra como el “novelista gráfico” más cercano y accesible de su generación, capaz de pasar sin dificultad del humor grueso a la introspección crítica, especialmente respecto a su propia obra –atención al análisis que realiza de sus anteriores trabajos- apoyándose en su capacidad para entablar un constante y brillante monólogo/diálogo con el lector en una vía quizás no tan innovadora y elitista, pero sí mucho más cercana y popular, que la de sus cerebrales e infalibles amiguetes, Seth y Chester.



Precisamente, quizás sea la calculada ingenuidad con la que Matt muestra su humanidad y escarba en sus defectos aprovechando su talento narrativo lo que a mí más enganche de su obra y genere la simpatía del lector, alcanzando en ese caso en “Consumido” un nivel de refinamiento superior que en anteriores trabajos, pero no nos engañemos tampoco ya que cae en la sobrexplotación de situaciones que han perdido parte su capacidad de sorpresa debido a que en su anódina vida (bueno, como en la de la mayoría de nosotros, supongo) tampoco han sucedido nuevs hechos extraordinarios y se encuentra en punto muerto. En fin, me haré a la idea que me he encontrado a un viejo amigo que me ha sableado veinte euros a la espera de futuras e improbables entregas en las que nos cuente novedades como su regreso a Estados Unidos...

martes, 26 de abril de 2011

María Isbert (1925-2011)

Ayer fallecía la prolífica Maria Isbert a una edad bastante avanzada. Hija y madre de actores no podría citar ningún gran papel de esta gran actriz aunque su producción fue extensa tanto en cine, teatro como en televisión. Sin embargo, el nombre de Maria Isbert que hizo del rol de secundario y la comedia su seña de identidad irá asociado a algunas de las más emblemáticas películas del cine español, como “Viridiana” o “El Verdugo”.

D.E.P.

“Blazing Combat”, de Archie Goodwin y VVAA.

Si tuviera que quedarme con un único cómic de los aparecidos en el reciente Salón del Cómic de Barcelona creo que me quedaría con la recopilación de los cuatro números de “Blazing Combat”, serie bélica publicada por la mítica Warren a mediados de los sesenta que fue censurada por el ejército norteamericano (prohibió su distribución en los cuárteles), criticada por la Liga Americana y boicoteada por la mafia de los distribuidores que por aquella época eran quienes partían el bacalao en Estados Unidos.

Más allá de la lamentable historia que llevó a la cancelación de la serie (explicadas por los mismos Goodwin y Warren en sendas entrevistas de Michael Catron que complementan el volumen), “Blazing Combat” tiene su propio valor intrínseco no solo por las fantásticas historias que se marcó un motivadísimo Archie Goodwin, ambientadas en los principales conflictos en que se vio inmerso el ejército norteamericano a lo largo de su Historia hasta Vietnam, sino, además, por el excepcional plantel de dibujantes que ilustran cada uno de los guiones – los Al Toth, Gene Colan, John Severin, Reed Crandall, Russ Health, Al Williamson, Wally Wood, etc.- que, junto a un grandioso Frank Frazetta que realizó las cuatro portadas de la serie antes de su cancelación, conforman un auténtico “Hall of Fame” del cómic norteamericano.

Más allá de la injusta comparación con las historias bélicas que para las cabeceras bélicas de EC, "Frontline Combat" y "Two-Fisted Tales", realizara y editara Harvey Kurtzman con la mayor parte de esos mismos artistas una década antes (¿para cuándo una edición en castellano en condiciones?), las historias de “Blazing Combat” tienen una entidad propia y muestran a un Goodwin que se afana por mostrar el lado más oscuro de la guerra en historias donde los soldados están alejados de la imagen victoriosa que la propaganda oficial prefería ofrecer, alcanzando quizás su máxima expresión en “Paisaje”, una historia sobre el absurdo de la guerra a través de los ojos de un campesino vietnamita.

Quizás si se hubiera publicado un par de años más tarde la historia de “Blazing Combat” hubiera sido muy distinta pero al ser una obra con una sustrato crítico adelantado a su tiempo queda convertida en una auténtica obra de culto que Norma Editorial ha recuperado en una excelente edición

lunes, 25 de abril de 2011

Nuevo trailer de “X Men: Primera Clase”, de Matthew Vaughn.

Esta peli promete tanto que da miedo ir a verla, ¿verdad?

(He dado estos días permiso a la mayor parte de la tripulación para que baje a tierra a gastarse la paga en vicios varios en los puertos cercanos, he puesto la nave al pairo y la estoy aprovisionando para nuevas aventuras mientras yo mismo me dedico a recuperar fuerzas y ganas que falta hacen.

A partir de mañana se acabó el permiso. Todos los tripulantes embarcados y en perfecto orden de revista que partimos a primera hora a explorar los océanos ignotos de las múltiples lecturas).

martes, 19 de abril de 2011

A Todd McFarlane le gusta Lizzy Borden.

Todd McFarlane se encargó el año 2000 de realizar la portada del quinto álbum de uno de los grupos señeros de Trash Metal, aunque quizás no tan reconocido como los WASP, Alice Cooper, Judas Priest y demás grupos de este estilo que florecieron en los ochenta, Lizzy Borden.

El disco, en cuestión, era “Deal with the Devil” y tenía canciones curiosonas como “Zanzíbar”. La portada cumple su cometido aunque no me parece de lo mejorcito de McFarlane en su faceta de portadista.

lunes, 18 de abril de 2011

“Así habló Zaratustra”, de Friedrich Nietzsche (el manga).

La editorial Herder se lanza a la piscina de la publicación de cómics con una nueva obra que seguro dará mucho que hablar, “Así habló Zaratustra”. Esta primera obra, que ha sido un manga superventas en Japón, es calificado con astucia comercial desde la editorial como “el primer manga filosófico”. No quiero ser quisquillas, pero si entendemos la filosofía como el amor al saber y la verdad que ha de hacernos más sabios, probablemente en los anteriores mangas de Tezuka, Mizuki o Taniguchi creo que hay bastante filosofía encerrada, aunque más bien creo que la editorial se refiere a que es el primer manga que desarrolla una historia inspirada en la obra de un filósofo, el alemán Friedrich Nietzsche. Así, sí.

En el manga de “Así habló Zaratustra”, se nos cuenta como un pastor y su familia encuentran a un misterioso bebé abandonado al que crían como propio. En una sociedad en la que cada vez es más difícil predicar como consecuencia de la industrialización y la perdida de fe, el pastor tendrá que bregar con la rebeldía de uno de sus hijos, Zaratustra, que se vuelve el principal objetor a su Fe y a la propia existencia de Dios al tiempo que se burla de su hermano, el manso y obediente Álex.

Hace un par de semanas me dio cierta rabia leer un pie de página en el suplemento cultural de cierto diario mayoritario un tono despreciativo hacia esta obra solo por tratarse de un manga sin entrar en valorar el fondo de su crítica. Me parece un poco apresurado y obsoleto desvirtuar el potencial del cómic a la hora de desarrollar y divulgar obras filosóficas como la de Nietzsche en la que bajo la forma de aforismos y metáforas se construye la mayor parte de su discurso. Creo que el cómic y, en este caso el manga, son un instrumento excelente para ello y este manga es un buen punto de partida en ese sentido.

Así habló Zaratustra”, el manga, es un excelente puente para que los remisos a atreverse a conocer la obra original de Nietzsche le pierdan el miedo ya que la historia que se nos relata toma como punto de partida los principales temas desarrollados por el filósofo alemán en esa obra - la muerte de Dios, el Superhombre, la Voluntad de Poder y el Eterno Retorno- expuestos sobre el armazón de una historia truculenta que no busca profundizar en ellos sino exponerlos de una forma accesible a cualquier lector para que pique más adelante con la obra original. En ese aspecto, creo que el manga cumple sobradamente sus expectativas garantizando un rato de lectura bastante entretenido. Seguro que al iconoclasta Nietzsche le hubiera gustado la combnación.

domingo, 17 de abril de 2011

Premios del XXIX Salón de Barcelona


Os dejo la relación de los premiados en el Salón. Pocas sorpresas y bastantes aciertos dentro de mi quiniela de este año.

GRAN PREMIO DEL SALÓN

(Dotación económica: 6.000 euros)
Jordi Longarón
MEJOR OBRA DE AUTOR ESPAÑOL
(Dotación económica: 3.000 euros)
El invierno del dibujante (Astiberri), de Paco Roca
MEJOR DIBUJO DE AUTOR ESPAÑOL
(Dotación económica: 3.000 euros)
Blacksad 4. El infierno, el silencio (Norma), de Juanjo Guarnido
MEJOR GUIÓN DE AUTOR ESPAÑOL
(Dotación económica: 3.000 euros)
El invierno del dibujante (Astiberri), de Paco Roca
PREMIO JOSEP TOUTAIN AL AUTOR REVELACIÓN
(Dotación económica 3.000 euros)
David Sánchez
MEJOR OBRA EXTRANJERA PUBLICADA EN ESPAÑA
(Sin dotación económica)
Los muertos vivientes (Planeta DeAgostini), de Robert Kirkman y Charlie Adlard
PREMIO A LA MEJOR PELÍCULA BASADA EN UN CÓMIC
(Sin dotación económica)
María y yo, de Félix Fernández de Castro, documental basado en la novela gráfica homónima de Miguel Gallardo.
PREMIO A LA MEJOR LIBRERÍA DE CÓMIC
(El ganador de esta categoría obtiene un stand gratis en la próxima edición)
Madrid Comics
PREMIO A LA DIVULGACIÓN DEL CÓMIC
(Sin dotación económica)
Santiago García
MEJOR FANZINE ESPAÑOL
(Dotación económica 1.200 euros)
El Naufraguito
MEJOR REVISTA ESPAÑOLA DE CÓMIC
(Dotación económica 1.200 euros)
Dolmen
PREMIOS POPULARES
(Sin dotación económica)
MEJOR OBRA DE AUTOR ESPAÑOL
Miguel, 15 años en la calle (Glénat), de Miguel Fuster
MEJOR DIBUJO DE AUTOR ESPAÑOL
Autobiografía no autorizada 3 (Diábolo Ediciones), de Nacho Casanova
MEJOR GUIÓN DE AUTOR ESPAÑOL
Aventura bajo el pirineo (Editorial Cornoque), de Dani Garcia-Nieto
PREMIO AL AUTOR REVELACIÓN
Josema Carrasco
MEJOR OBRA EXTRANJERA PUBLICADA EN ESPAÑA
Asterios Polyp (Sins Entido), de David Mazzucchelli
PREMIO A LA MEJOR PELÍCULA BASADA EN UN COMIC
El Gran Vázquez, de Óscar Aibar
PREMIO A LA DIVULGACIÓN DEL CÓMIC
Juan Royo
MEJOR FANZINE ESPAÑOL
Epilepsia
MEJOR REVISTA ESPAÑOLA DE CÓMIC
Malavida
Bueno, no ha sido una valoración profesional que se haya alejado mucho de mi quiniela.
Enhorabuena a todos los premiados.

viernes, 15 de abril de 2011

“Starman”, de James Robinson y Tony Harris.

He leído despacito los diecisiete números que componen el primer tomo (de seis anunciados) de la recopilación que Planeta está realizando de “Starman”, una de las series más interesantes de los noventa, realizada por James Robinson y Tony Harris. Tengo que confesar que hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un tebeo de superhéroes y no me extraña que la serie haya adquirido la consideración de tebeo “de culto” ,consecuencia no solo de su dispersa, incompleta y mínima publicación anterior en España sino también de una incontestable calidad.

Básicamente, “Starman” se centra en explicar como Jack Knight, el hijo pequeño del Starman original, asume progresivamente el legado superheroico de su padre como defensor de la ciudad de Opal City al tiempo que intenta seguir adelante con su vida “normal”. Tampoco os voy a contar mucho más.

Starman” es un tebeo que sobresale respecto a la media por muchos motivos. Por un lado, por la habilidad con que el guionista británico James Robinson amalgama en pocos números toda la idiosincrasia del Starman de la Golden Age –o las diversas reencarnaciones de Starman siendo más correcto- con una nueva y renovada versión que le permite explorar conceptos interesantes como el deber, la responsabilidad, la confrontación entre lo nuevo y lo viejo o las complejas relaciones familiares en unas tramas inteligentes, imaginativas, cultas y cargadas de humor que dan un lavado de cara a los tópicos del género. Por otro lado, en la frescura y profundidad con que Robinson presenta una galería de personajes realmente atractiva para el lector que, más allá de sus extraordinarias habilidades, derrochan naturalidad y humanidad, gracias en buena parte a unos naturales diálogos no exentos de humor y el carácter coral de la serie, que alcanza su máxima expresión en el arco “Los pecados del Hijo”, protagonizado cada uno de los capítulos por un personaje diferente, que le permite al autor abrir completamente el abanico de posibilidades para contar historias situadas en cualquier tiempo o lugar sin que el peso recaíga necesariamente en el personaje protagonista. Aparte de estos elementos, “Starman” es rico en referencias aprovechando la profesión –una especie de chamarilero- del protagonista principal pero que, además, acaban incorporadas a las mismas de un modo directo como es el caso del universo freak de Todd Browning o al mismísimo Oscar Wilde.

En el aspecto gráfico, Tony Harris realiza una excelente labor, con un trazo quizás menos depurado que en otras series posteriores donde me ha gustado menos, como “Ex Machina”. Harris en "Starman" es menos rígido, lo que dota de mayor expresividad a los personajes al tiempo que acierta con la caracterización de los personajes y las localizaciones con un aire entre retro y gótico bastante logrado que da a la serie una uniformidad característica a la que se adapta Teddy Kristiansen en los episodios en los que suple a Harris.

Starman”, a pesar de la edición en tomo (que a mí me parece bastante buena), es una serie que gana en una lectura reposada y a ratitos para dejarse llevar por la excelente planificación de un Robinson con bastante libertad para hacer lo que le da la gana, aprovechándose para ofrecernos un tebeo que nunca debería pasar desapercibido frente a mediocridades que no hacen más que repetir fórmulas anquilosadas.

jueves, 14 de abril de 2011

Wonder Woman, ¿Wonder Woman? ¡¡Wonder Woman!!

Parece que ya está confirmado que Adrianne Palicki interpretará a la Princesa Amazona en la nueva serie que la NBC prepara sobre Wonder Woman. Más allá de los atributos físicos de la Palicki -¿no es rubia?- a uno no le despierta demasiado entusiasmo el que hayan optado por un nuevo uniforme que no mejora los que se ven en algunas convenciones. En fin… Sin embargo, más allá, de preocuparnos del futuro no está de más echar un ojo al pasado. Y es que han sido numerosas las mujeres de carne y hueso que han inspirado o interpretado de un modo u otro a Wonder Woman.


La primera y quizás más desconocida fue Elisabeth Holloway Marston, la mujer del creador del personaje William Moulton Marston, una psicóloga y feminista que colaboró en sus trabajos –juntos inventaron un método precursor del detector de mentiras que inspiraría el lazo de la verdad de Wonder Woman- más allá de su relación sentimental.
El autor de la serie durante buena parte de los años sesenta y setenta Mike Sekowsky gustaba de utilizar modelos como Joyce Miller para la recreación del personaje.

Centrándonos en las actrices que han interpretado alguna vez al personaje sorprende la presencia de Ellie Wood Walker y Linda Harrison, recordada básicamente por su papel de Nova en la clásica “El Planeta de los Simios”, interpretando a pachas una horrible Wonder Woman en un episodio piloto para una serie de televisión de 1967 que intentaba emular el éxito de la serie de Batman. Por suerte, la cosa se quedó solo en un proyecto.


En 1974, apareció un nuevo piloto para una serie que no cuajó con la curiosidad que el papel de Diana lo interpretaba Cathy Lee Crosby, interpretando a una Diana rubia con un chándal –digo, con un uniforme- más propio de una globetrotter que de una princesa amazona.


Hasta que la Palicki demuestre lo contrario, la WW de carne y hueso por antonomasia es Lynda Carter, una aspirante a Miss Mundo que se hizo con el papel con el consiguiente mosqueo de Cathy Lee Crosby en una serie que duró tres temporadas a finales de los setenta. La verdad es que la Carter se ajustaba bastante bien al papel y el uniforme era más fiel con el original aunque la serie se desarrollaba durante la II Guerra Mundial y WW solía pelearse con los nazis.

En la novena temporada de“Smallville”, Erica Durance la actriz que interpreta a Lois Lane en la serie, se disfraza en uno de los episodios de amazona en una clara referencia al personaje de Wonder Woman. Seguramente, habrá más mujeres maravillas de carne y hueso en el futuro. Ya hay postulantes para el papel como la hiperbólica Denise Milani (ejem...).

De momento, para mí la que más se ha acercado a Wonder Woman en el físico ha sido la Harrison. ¿Vosotros qué opináis?

miércoles, 13 de abril de 2011

Jaime Hernandez y The Shame Idols.

Dentro de su fructífera labor como portadista de distintos grupos musicales hay que destacar la intensa colaboración a mediados de los noventa de Jaime Hernandez con The Shame Idols, una destacable banda de punk comercial liderada por Tim Boykin.

Jaime se encargó de las portadas de los dos primeros álbumes de la banda, “I got time” (1995) y “Rocket Cat” (1997), antes de la disolución del grupo debido a la desaparición del sello Frontier. Pese a ello, Boykin y la mayor parte de los miembros del grupo formarían uno nuevo, Lolas. Finalmente, en 2004, The Shame Idols se volvieron a reunir en una nueva formación que ha grabado un nuevo disco, “The ligth is always on”.

Os dejo la única actuación que he encontrado del grupo con una canción perteneciente a este último disco.

Ya se puede votar en el I Concurso de Blogs del ESCOGE.

El Jurado de expertos ha ejercido como tal y ya ha seleccionado los candidatos a llevarse el I Concurso de Blogs del Escenario de Cómics de Getafe. Entre los artículos de gran nivel seleccionados es agradable comprobar que se encuentran comentaristas habituales de este blog como Tristán y Jesús Duce, y otro, Mo Sweat, figura entre los que han recibido una mención especial.

Es interesante ver como funciona esta novedosa iniciativa de este nuevo Festival madrileño en el que más allá de la primera criba de expertos la que cuenta finalmente es la opinión popular que decidirá entre los candidatos quién se lleva el Premio.

Mi voto es secreto pero creo que entre los seleccionados la calidad de los artículos no desmerecerá en ningún caso.

Podéis votar, aquí.

martes, 12 de abril de 2011

Sidney Lumet (1925-2011).

Por los comentarios del blog me enteré ayer de la muerte durante el fin de semana de Sydney Lumet, uno de los directores más interesantes del cine norteamericano de finales de los sesenta y principios de los setenta. En su rica y variada filmografía, si hay una característica común es intentar centrarse en contar historias que despertaran el interés del espectador más allá de la concepción del cine como espectáculo vacío y sin chicha, aunando entretenimiento y reflexión al tiempo que sacaba lo mejor de los excelentes actores con los que trabajó.

Entre sus películas hay varias a redescubrir -“Supergolpe en Manhattan”, “La Colina”, “Punto Límite” o “Network”, por citar unas pocas- pero, en mi opinión, Lumet tiene dos películas que destacan enormemente por encima del resto de su filmografía y por las que merece ser recordado ya que dentro de los géneros en los que se adscriben como auténticas obras de referencia.

Por un lado, “Doce hombres sin piedad”, la película de su debut en 1957 y que supone una de las más grandes películas del cine procesal (si no la más grande).


Por otro, “Serpico” (1973) en la que un joven Al Pacino realiza uno de sus mejores papeles interpretando la vida de un particular policía de incógnito en el corrupto Cuerpo de Policía de Nueva York.

Tras la muerte de Arthur Penn dos grandes referentes del cine norteamericano de los setenta desaparecen con apenas unos meses de diferencia. Brrr….

D.E.P.

“El sueño del celta”, de Mario Vargas Llosa.

La figura pública de Mario Vargas Llosa nunca me ha despertado demasiadas simpatías pero he de reconocer que sigo su trayectoria literaria con interés desde hace muchos años por lo que tenía curiosidad por ver como había asimilado el señor marqués la repercusión del Nóbel. Lejos de la brillantez de sus primeras novelas “El sueño del celta” es una obra que no decepciona si se realizan las necesarias concesiones a un novelista que tira de oficio y de una sabia elección del material que maneja para mantener atrapado al lector. “El sueño del celta” es una novela sobre los últimos días de una de esas figuras olvidadas y anónimas de la Historia, el irlandés Roger Casement. Mientras espera noticias en prisión sobre un posible indulto a su condena de alta traición, Casement rememora su rica y compleja vida de luchador contra la opresión de las políticas colonialistas, primero como cónsul británico en el Congo Belga y la Amazonía peruana, y, más adelante tras haber alcanzado los más altos honores del Imperio británico, como nacionalista irlandés. Como decía, la novela funciona no tanto a la habilidad en la construcción equilibrada del protagonista que Vargas Llosa realiza de Casement ya que su admiración llega hasta tal punto de embobamiento que más que ante un ser humano hay pasajes que parece presentarnos aun nuevo mesias descendido para expiar en su maltrecho cuerpo los pecados de sus congéneres y disculpando eso sí algunas que otra canilla al aire que el arrojado Casement se permitía con los muchachitos colonizados como en la indudable habilidad de escritor avezado de Vargas Llosa quién con una prosa sencilla y accesible presenta unos atractivos hechos históricos protagonizados por Casement quién estuvo de una manera u otra involucrado en los principales procesos coloniales de principios del siglo pasado y los episodios claves previos a la independencia de Irlanda y algunas figuras históricas y literarias de la época a las que trató como Di Valera o Joseph Conrad. Si se tiene estómago para salvar el arrebatado y un poco indigesto alegato con que Casement se compromete en la defensa del protagonista de su obra, la novela llega a leerse con agrado e interés y, aunque no aguante la comparación con sus mejores obras, tampoco desmerece en la larga producción del Premio Nóbel, resultando incluso un buen punto de partida para intentar conocer un poco mejor la figura real de Casement más allá de la poco creíble descripción que de ella realiza el peruano.

lunes, 11 de abril de 2011

“Hellblazer 1”, de Jamie Delano y otros.

Planeta sigue con su tarea de recuperar el material clásico de “Hellblazer” en una nueva edición uniforme y, tras publicar la etapa de Garth Ennis, ahora le ha tocado el turno a la de Jamie Delano en una decisión puramente comercial pues cronológicamente los tebeos de Delano son anteriores a los de Ennis. Este primer tomo de la etapa Delano reúne, por tanto los diez primeros números de la serie original norteamericana y, aparte de suponer un ejercicio de nostalgia para aquellos que los leyeran en su momento (lagrimilla por Ediciones Zinco y nuestra juventud perdida) es una buena muestra para los neófitos de lo maravillosos que eran los tebeos de los años ochenta.

Tras el éxito que tuvo el personaje de John Constantine creado por Alan Moore para la serie de “La Cosa del Pantano”, Moore recomendó –y Karen Berger aprobó- para la serie protagonizada por el mago de la gabardina a su por entonces semidesconocido amiguete Jamie Delano. Y lo cierto es que Jamie Delano, sorprendiendo a propios extraños y con bastante mano libre para hacer lo que quisiera, llevó a cabo a lo largo de los cuarenta episodios de su etapa el que quizás sea su trabajo más conseguido rellenando los huecos insinuados por Moore en su desarrollo del personaje al tiempo que profundizaba en su personalidad y la dotaba de un carisma que lo acabarían convirtiendo en uno de los personajes más atractivos de los años ochenta incorporando a las tramas sobrenaturales de corte barkeriano un contexto de crítica social al neoliberalismo thatcheriano imperante en el Reino Unido saludablemente transgresor y comprometido para un cómic DC de aquella época.

En estos primeros diez números, Delano adapta las estructuras clásicas de las series de novela negra para, sin prisas, ir desarrollando al personaje y desvelando poco a poco su pasado utilizando a los variopintos espantajos que se cruzan en su camino (Mnemoth, los demonios yuppies que comercian en el mercado de almas o las sectas de variopinto pelaje) en metáforas para terrores más cercanos y peligrosos. En estos primeros diez números, el peso de Constantine en la trama es secundario respecto a la ambientación desarrollada por Delano aprovechando el conocimiento que del personaje ya tenían los lectores y se centra sobre todo en las otras notas características de la obra quedando, curiosamente, el personaje protagonista como un elemento más de los muchos que enriquecen una obra en que se antoja casi más importante la opresiva atmósfera que logra transmitir. Jamie Delano se descubre como un guionista comprometido, competente y sutil que, a pesar de resultar en ocasiones farragosamente literario, tiene bastante claro lo que se trae entre manos con lo que, a pesar del tiempo transcurrido, la obra resiste bastante bien los años.

En el aspecto gráfico, aparte de las excelentes portadas de Dave McKean, destaca el trabajo de todo un veterano como John Ridgway durante los nueve primeros números. Un dibujante de amplia experiencia que le da a la serie el toque sucio que requiere –especialmente en los dos últimos, 8 y 9, entintados por Alfredo Alcalá - y se adapta progresivamente a las complejas composiciones de página requeridas por los guiones de Delano cumpliendo honradamente con su cometido. Como curiosidad, tras entre los créditos del décimo número figura un jovencito Mark Buckingham en uno de sus primeros trabajos para DC que junto a Richard Piers Rayner o con Alcalá se mantendrá en siguientes episodios de la serie.

En definitiva, este primer tomo de “Hellblazer” de Jamie Delano es un ingrediente indispensable sin el que habría sido posible cocinar unos añitos después el sello Vertigo y estos tebeos de Delano deben ser considerados todo un clásico del terror moderno. De un terror sofisticado, comprometido, inteligente y, por desgracia, minoritario. Dicho queda.

(La nueva edición solo recoge las cinco primeras portadas de la serie. Es de esperar que el resto aparezcan en posteriores volúmenes. Por si acaso, yo las he reproducido ilustrando la entrada).