He estado releyendo estos
días “Ciudad”, estupenda muestra de cómic ochentero de los argentinos Ricardo
Barreiro y Juan Giménez que hace ya unas
décadas publicara completa Toutain en dos apañados volúmenes en España.
Jean es un muchacho aburrido
y hastiado de su existencia gris y anónima
en la deprimente París. Una noche tras discutir con su novia, Jean
decide volver andando a su casa y acaba por llegar a un extraño y oscuro sector
de la ciudad que no conoce donde es atacado por unos automovilistas que
disparan contra él. En el último momento, Jean es salvado por una atractiva
joven que le explica que como muchos otros antes que ellos son náufragos en una cambiante e
infinita ciudad a la que no saben como han llegado ni como salir en la que existen mil y un peligros. Jean y Karen iniciarán un
extraño viaje en el que vivirán mútiples aventuras en su desesperado intento de
escapar de la siniestra Ciudad.
De la fructífera
colaboración, de Barreiro y Giménez nos han quedado un puñado de grandes cómics
de género que son dignos del rescate del olvido no sólo por su pulcra e
incondicional reivindicación de los géneros sino además por su vistoso acabado
y carga crítica en algunos casos. “Ciudad”, concretamente, es una obra en la
que Barreiro mezcla impecablemente elementos de Fantasía diversos para actualizar Los
Viajes de Gulliver a través de Jean, náufrago en una extraña y anónima urbe en la
que se encuentra con diversos personajes y situaciones referenciadas en un ecléctica amalgama de iconos de la Ficción popular que conforman parte ya eso tan jungiano y tan argentino que llaman Inconsciente Colectivo.
De este modo, en cada uno de los capítulos autconclusivos ideados para su publicación seriada en revista aunque guarden una continuidad que permite la hilazón de la historia vemos como los protagonistas se encuentran con monstruos y figuras literarias basadas tanto en el cine como la literatura o el folklore en lo que acaba convirtiéndose en un recorrido por muchas de las influencias y amores del gran guionista argentino.
De este modo, en cada uno de los capítulos autconclusivos ideados para su publicación seriada en revista aunque guarden una continuidad que permite la hilazón de la historia vemos como los protagonistas se encuentran con monstruos y figuras literarias basadas tanto en el cine como la literatura o el folklore en lo que acaba convirtiéndose en un recorrido por muchas de las influencias y amores del gran guionista argentino.
Siguiendo una
estructura sencilla pero muy efectiva los protagonistas de la historia se van
encontrando con los diversos personajes que Barreiro, devorador compulsivo de
todo tipo de Ficción, reinterpreta en sus páginas en sus personales versiones. De este modo, por estas páginas
se traslucen referencias expresas a Borges e implícitas a Bioy
Casares, cultos al Cthulthu lovecraftianos o bandas de motoristas inspirados en
la saga Mad Max por poner solo unos ejemplos obvios.
Además, la poderosa presencia que supone la omnipresente y opresiva Ciudad en la que suceden todas esas aventuras es al mismo tiempo una poderosa metáfora en torno a la alienación a las que las grandes urbes pueden someter a sus habitantes al tiempo que una reividicación del potencial de estos para sublimar sus peligros mediante las propias capacidades personales.
En el aspecto gráfico,
Juan Giménez ya es un autor plenamente formado, que poco antes de deslumbrar en
Europa con “La Casta de los
Metabarones”, mostraba su buen hacer para el fantástico en esta obra en angustioso blanco y
negro en la que Barreiro, buen conocedor de su potencial, permite que se
explaye dibujantdo todos aquellos seres fantásticos con los que el
dibujante disfruta al tiempo que le permite mostrar sus dotes para la narración
en múltiples situaciones resueltas sin necesidad de ningún tipo de texto de
apoyo dejando al dibujante explayarse e insuflar a su estilo un dinamismo que ha sacrificado con los guionistas posteriores con los que ha colaborado.
En definitiva, “Barrio” es
un tebeo excelente de los que ya no se hacen, que encandilará a todos los aficionados al cómic de género
realizado por uno de los dúos creativos que mejor lo supieron interpretar en los
ochenta y que bien merecería una nueva edición al alcance de las influenciables mentes jóvenes.