Garth Ennis es uno de esos guionistas que no dejan indiferentes. Se le ama o se le odia, pero lo que puedo asegurar es que no he leído ninguno de sus tebeos que no fuese como mínimo entretenido. El penúltimo ha sido la miniserie de cuatro números que escribiera sobre El Soldado Desconocido, uno de esos desaprovechados personajes del Universo Bélico DC al el que nunca nadie ha sabido sacarle partido hasta que encargaron a Ennis y del meritorio Kilian Plunkett esta historia para reactualizarlo dentro de ese batiburrillo llamado “Vertigo Visions”, que en su momento publicara Norma Editorial en un par de prestigios y que Planeta ha reeditado en unos meses en un único tomo. Les cuento.
El agente Clyde es un bicho raro dentro de la CIA ya que a pesar de su patriotismo y su brillante hoja de méritos es un tipo con conciencia, lo que le hace poco fiable a ojos de sus jefes. Sin embargo, Clyde es un sabueso que no deja un caso por investigar y cuando en su ordenador alguien empieza a añadir a una lista de sospechosos que no deberían estar ahí, Clyde no sabrá mirar para otro lado. De este modo, Clyde le hincará el diente a uno de los secretos más oscuros y sucios de la historia de los servicios secretos norteamericanos desde la II Guerra Mundial. La existencia del tipo encargado de ensuciarse las manos en aquellos trabajos que nadie más quiere hacer cuya existencia es sólo conocida por unos pocos elegidos. La existencia del Soldado Desconocido. Si quieren saber más, tendrán que leerse el tebeo.
Ennis demuestra en este cómic porque es, en mi opinión, uno de los mejores guionistas del cómic “mainstream” sin discusión. En apenas cuatro números, redefine y actualiza uno de los mohosos personajes de DC y abre un atractivo abanico de posibilidades a explotar por otros guionistas en posteriores trabajos en una historia absorbente, oscura y atractiva en la que a través de la investigación del protagonista, el agente Clyde, Ennis realizará un rápido recorrido por el lado más polémico de la política exterior americana con visitas a Irán, Nicaragua o Vietnam en las que sitúa a su desquiciada y ultracon visión del soldado de invierno hasta el espeluznante desenlace. Ennis construye un tebeo en el que equilibra perfectamente la acción con la dosificación del misterio en una trama a medio camino entre “Apocalypse Now” y “El Corazón del Ángel” sustentada por su reconocida habilidad a la hora de construir los diálogos entre sus personajes, logrando en conjunto un tebeo realmente entretenido.
En el aspecto gráfico, Kilian Plunkett cumple sobradamente demostrando su capacidad como narrador al servicio de la historia pergeñada por Ennis, mimetizando su estilo con el del irritante Steve Dillon, aunque demuestre un mejor acabado que este, tanto en la recreación de atmósferas como en la utilización del color para introducir elipsis temporales o a la hora de caracterizar a los personajes y dotarles de expresividad. También hay que destacar la labor de Tim Bradstreet en la realización de las impactantes portadas que son reproducidas en la edición de Planaeta.
En definitiva, “El Soldado Desconocido” es un tebeo que asegura un buen rato centrado en un personaje a la medida de Ennis y en el que vuelve a demostrar una vez más que a pesar de sus excesos – en este tebeo, está muy comedido- siempre se muestra como un valor seguro. Ustedes mismos.
Otras obras de Garth Ennis en El lector imapciente:
“Hitman”
El agente Clyde es un bicho raro dentro de la CIA ya que a pesar de su patriotismo y su brillante hoja de méritos es un tipo con conciencia, lo que le hace poco fiable a ojos de sus jefes. Sin embargo, Clyde es un sabueso que no deja un caso por investigar y cuando en su ordenador alguien empieza a añadir a una lista de sospechosos que no deberían estar ahí, Clyde no sabrá mirar para otro lado. De este modo, Clyde le hincará el diente a uno de los secretos más oscuros y sucios de la historia de los servicios secretos norteamericanos desde la II Guerra Mundial. La existencia del tipo encargado de ensuciarse las manos en aquellos trabajos que nadie más quiere hacer cuya existencia es sólo conocida por unos pocos elegidos. La existencia del Soldado Desconocido. Si quieren saber más, tendrán que leerse el tebeo.
Ennis demuestra en este cómic porque es, en mi opinión, uno de los mejores guionistas del cómic “mainstream” sin discusión. En apenas cuatro números, redefine y actualiza uno de los mohosos personajes de DC y abre un atractivo abanico de posibilidades a explotar por otros guionistas en posteriores trabajos en una historia absorbente, oscura y atractiva en la que a través de la investigación del protagonista, el agente Clyde, Ennis realizará un rápido recorrido por el lado más polémico de la política exterior americana con visitas a Irán, Nicaragua o Vietnam en las que sitúa a su desquiciada y ultracon visión del soldado de invierno hasta el espeluznante desenlace. Ennis construye un tebeo en el que equilibra perfectamente la acción con la dosificación del misterio en una trama a medio camino entre “Apocalypse Now” y “El Corazón del Ángel” sustentada por su reconocida habilidad a la hora de construir los diálogos entre sus personajes, logrando en conjunto un tebeo realmente entretenido.
En el aspecto gráfico, Kilian Plunkett cumple sobradamente demostrando su capacidad como narrador al servicio de la historia pergeñada por Ennis, mimetizando su estilo con el del irritante Steve Dillon, aunque demuestre un mejor acabado que este, tanto en la recreación de atmósferas como en la utilización del color para introducir elipsis temporales o a la hora de caracterizar a los personajes y dotarles de expresividad. También hay que destacar la labor de Tim Bradstreet en la realización de las impactantes portadas que son reproducidas en la edición de Planaeta.
En definitiva, “El Soldado Desconocido” es un tebeo que asegura un buen rato centrado en un personaje a la medida de Ennis y en el que vuelve a demostrar una vez más que a pesar de sus excesos – en este tebeo, está muy comedido- siempre se muestra como un valor seguro. Ustedes mismos.
Otras obras de Garth Ennis en El lector imapciente:
“Hitman”